Capitulo 18

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Aemond y Rhaeliz luego de el agitador día que tuvieron decidieron por darse un baño en la hermosa tina dorada que se encontraba en la habitación de la princesa. La princesa antes pido a sus doncellas que calentaran su agua, y la dejaran sola para poder tomar su baño con Aemond. Este se encontraba escondió en el armario de la joven. Ya que tenía que ser discreta porque si veían a Aemond en la habitación, la sospechas de que había perdido su virtud iban hacer peor. Cuando finalmente pudieron adentrarse en la tina hicieron el amor, fue un baño lleno de pasión, caricias, lujuria y algunas gotas de agua cayeron por el suelo de la habitación debido a los movimientos sexuales de estos jóvenes enamorados. Al culminar ambos se quedan en la tina, Aemond estaba recostado del borde mientras que la princesa se encontraba entre medio de las piernas del príncipe, con la espalda acostada en el pecho del principe. Aemond acariciaba el cabello de la joven. Y ambos hablaban sobre el pasado y sobre un futuro juntos.

-cuantos hijos quieres tener?-le pregunta la princesa. Un tanto asustada por la respuesta.

-Los que tu quieras tener, no quiero poner a mi esposa en riegos por decidir tener más de 3 hijos-responde. Rhaeliz lo mira sonriente ya que su respuesta fue todo lo que ella esperaba.

-El embarazo me asusta sabes-dice la princesa mientras juega con los dedos mojados del príncipe.

-porque?-pregunta Aemond.

-Mi abuela murió por un embarazo y mi tía Leana también y no quiero eso para mi-responde

-No tenemos que tener hijos si no deseas-contesta Aemond y acaricia la espalda de la princesa.

-Sere reina, necesitaremos un heredero-Se encoge de hombros-Ser mujer es complicado-Rie la princesa

-Mi princesa, yo haré lo que tú desee-Rhaeliz le dedica con sonrisa de enamorada a Aemond.

Luego del largo baño, ambos fueron directamente a la cama.

....

Al siguiente dia la joven princesa se encontraba en la librería buscando un nuevo libro para leer. Mientras está buscaba entre los viejos libros escucha la puerta abrirse, gira su mirada para ver el responsable y observa a Aegon el cual tenía sus ojos rojos de tanto haber llorando. El sabía que Rhaeliz no le iba a volver a ver de la misma forma sabía que el poco amor que la princesa podía sentir por el se había ido.

-Rhaeliz quiero expli...-La princesa lo interrumpe.

-Lo que hiciste ayer no tiene excusa-Rhaeliz se acerca a Aegon para que esté la pueda escuchar mejor.-Violaste a una joven-dice casi en susurro.

-Estaba ebrio y muy dolido por...-Rhaeliz vuelve a interrumpirlo. Ya que nada de lo que el dijera iba a ser una excusa para violar a alguien.

-Aegon yo no deseo estar alrededor de alguien como tú, lo que hiciste no tiene excusa y porque tomes no significa que tienes derecho a violar a mujeres-Rhaeliz le recalca con algo de enojo en su tono.

-Lose, y quiero cambiar por ti-responde el príncipe. Aegon amaba a Rhaeliz y el estaba dispuesto a ser todo por el amor de la princesa.

-Debes cambiar por ti, no por mi-le dice Rhaeliz y intenta marcharse pero este la detiene agarrando su mano.

-Te amo, mucho más de lo que Aemond te puede amar-Rhaeliz rápidamente se suelta del agarre del
Príncipe.

-Dejame en paz-le contesta de mala manera y sale de la habitación. Rhaeliz no podía ver a Aegon si sentir repulsión lo que había hecho no tenía perdón, y jamás iba a poder verlo de otra manera que no sea la de un violador. Aegon sigo a la princesa por los pasillos y le pedía que se detuviera. Rhaeliz lo ignoraba y daba pasaso rápidos para que este no le sugiera. Luego de unos segundos Aegon se detuvo al ver que Rhaeliz no se detenía.

La princesa fue a el jardín donde se encontraba sus hermanos y su padre. Baela no pudo evitar soltar un comentario sarcástico al ver a su hermana mayor.

-La hija no tan prodiga ya-Se burla Baela . Rhaeliz le da una sonrisa falsa mientras se iba acercando a ella de manera retante. Pero cuando iba ya lo suficientemente cerca para golpear a su hermana su padre se pone en medio.

-Rhaeliz basta-la princesa lo mira incrédulamente su padre jamás le había puesto límites y mucho menos cuando se trataba de golpear a alguien.

-No la escuchaste-Se queja Rhaeliz con enojo.

-Si y además es tu hermana no la puedes golpear -Rhaeliz miro a Baela la cual tenía una sonrisa de burla.

-no la puedo golpear mmm pues -Replica la princesa y una sonrisa malvada se formó en su rostro-Según las leyes si no estoy de acuerdo con su ofensa puedo retarla a un combate no?-Daemon podía estar molesto con su hija pero aún así siempre le asombraba lo inteligente que era. A Baela rápidamente se le borra la sonrisa, Rhaeliz era una de las mejores guerrar y ella ni sabía cómo sostener bien una espada.

-No estamos en juicio-responde Daemon-Pero si es lo que tú deseas, Baela-Daemon mira a su hija menor-aceptar el combate de la princesa.

-Padre estás loco, Rhaeliz me mataría en tres segundos-responde asustada.

-Es eso o te arrodillas ante mi-le contesta Rhaeliz sonriente. Daemon mira a su hija con orgullo. Rhaeliz es todo lo que Daemon deseaba en un hijo inteligente, guerrera, hermosa lista para ser una gran reina que no se deja someter por nadie.

-Estas loca, padre dil...-Daemon interrumpe a su hija poniéndose alado de Rhaeliz.

-Esa son las reglas-Daemon se encoge de brazos. -Combate con Rhaeliz o pídele perdón-Baela mira aterrorizada a su padre. Este ama a sus hijas por parte de lady Laena pero Rhaeliz era su favorita y era muy evidente.

Baela sin más opción estaba comenzando a hincarse para pedirle disculpa a su hermana mayo.Pero cuando Esta estába apuntó de estar arrodillada, Rhaeliz comienza a reírse de una manera sarcástica. Baela mira a su hermana con confusión y algo de humillación ya que sentía que Rhaeliz se estaba burlando de ella. La futura heredera a el trono se as cerca con superioridad.

-No deseo que te arrodilles me basta con saber que me tiene miedo-Baela la miro con odio ya que la humillo y lo hizo delante de todos y su padre no hizo nada. Rhaeliz le pasó por el lado sin decirle nada más y camino alado de su hermano Jace.

-dejaste que me humillara-Baela le reclama a su padre entre lágrimas.

-Deje las lágrimas para otro día, aquí gana el más fuerte y Rhaeliz lo es-Contesta Daemon sin darle mucha importancia a su hija menor. Baela enojada se va corriendo del campo de entrenamiento.

-Rhaeliz tu maldad no tiene límites-le dice Jace enojado con su hermana y se va tras Baela.

-No debiste hacerlo eso a tu hermana-Le dice Daemon a Rhaeliz cuando se acerca a ella.  La princesa lo mira de manera incrédula.

-y porque no la defendiste?-le responde

-Ella debe aprender hacerlo por si sola como tu.-Le contesta Daemon a su hija. Este se iba a marchar pero la princesa lo detiene llamándolo.

-Sigues enojado por mi casamiento?-le pregunta. Rhaeliz sentía que sin la aprobación de Daemon no podía continuar feliz su matrimonio. Ella cada cosa que hacía lo hacía por ver a Daemon orgulloso de ella.

-Se que eres fuerte Rhaeliz de eso no tengo duda. Lo que no quiero s que dejes que por culpa de Aemond dejes lo que te pertenece atrás-responde

-El trono es primero que cualquier cosa y tú mismo me lo has dicho y jamás haría algo para defraudarte-dice Rhaeliz. Daemon le dedica una sonrisa a su hija y rápidamente la abraza.

-Lose, pequeña-Rhaeliz sentía felicidad en su corazón ya que su padre y ella habían hecho las paces. -la cena de pospuso para mañana -le dice Daemon a la platinada cuando se rompe el abrazo-asi que mañana le debes unas disculpas a tu hermana-Rhaeliz rueda sus ojos y acierte.

-No prometo nada-dice con sarcamos, Daemon suelta un bufido ya que su hija era una bromista que amaba el sarcamos y la ironía igual que el.

-Tu madre te estaba buscando hace un rato-

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