Ciento y cinco días pueden bastar para que muchas cosas pasen dentro de ese periodo de tiempo, así sin más, sin aviso o explicación, tres meses y medio habían pasado desde que HeeYoung volvió a su vida cotidiana, a su empresa y sus proyectos que cada vez estaban siendo reconocidos internacionalmente. Hee, decidió dejar los sucesos que habían pasado en Isla Jeju de lado.
El primer mes trato de ser positiva, distraerse con su trabajo, pero era inútil, pues, una vez llegaba la noche, las lágrimas eran sus compañeras hasta que caía dormida profundamente; intentó aparentar estar bien cuando realmente no lo estaba. Incluso su mejor amigo lo notó, Hwan quien había percibido la baja energía de su mejor amiga, y no fue hasta que ella sacó todo lo que sentía aquella noche de viernes.
HeeYoung caminaba sin ánimos de regreso a su automóvil, aquel viernes por la noche se sentía solitario y sobre todo triste, en su garganta sentía un nudo y no quería caer en medio del estacionamiento. Solamente quería llegar a casa, quitarse su ropa, con la que sentía asfixiarse y tirarse a la cama; aquella meta de hacer alguna actividad extra la mando a volar, pues últimamente todo le recordaba a él y eso significaba querer llorar desconsoladamente.
Desde una escena no tan lejana, Hwan veía a su mejor amiga, era preocupante verla en ese estado y saber que estaba dispuesta a volver a casa casi como un zombi. No sabía qué había pasado en aquel viaje, pero de antemano sabía que Jungkook había lastimado a su mejor amiga, justamente lo que no quería que pasara. No quería odiarlo, pues no tenía, hasta el momento, una razón para hacerlo.
Sin pensarlo, Hwan tomó su móvil y con marcación rápida, llamó a Hani.
-Hani, llegaré un poco más tarde a casa; Hee no se ve muy bien.
-¿Está bien?, ¿Qué le pasa? -la voz de su novia se escuchaba preocupada.
-Nada malo, solamente la veo muy ida, la seguiré a casa y verificar que llegue bien.
-No te preocupes Hwani, si necesitan algo llámame.
Hwan afirmó con un leve gruñido.
Sin aviso alguno a su mejor amiga, subió a su automóvil sin voltear atrás, específicamente donde el auto de Hee se encontraba. Apurado, quitó el seguro y abordó, prendiéndolo mientras Hee arrancaba. No espero mucho y salió tras ella, seguramente en algún punto del camino se daría cuenta de que Hwan la seguía.
En aquel momento, HeeYoung no tenía ánimos de escuchar la radio o alguna playlist en su plataforma musical, simplemente apagó el estéreo y se dispuso a llegar a casa. Agradecía que su loft no estuviera tan retirado de su oficina, el camino sería corto y entre más rápido llegara a casa, mejor para ella.
Con sus pensamientos por las nubes, logró llegar bien a casa, cosa que Hwan daba gracias al universo porque el estado ido y triste en el que se encontraba Hee era preocupante.
Hwan, quería que ella se pusiera cómoda antes de subir; la conocía bastante bien entonces le daría su tiempo necesario, esa noche estaría para ella.
Por su parte, Hee, subió lentamente, entre suspiros y pucheros; las lágrimas querían salir, pero ella no lo quería hacer, no en ese momento. Llevaba noches enteras haciendo lo mismo, una vez llegaba a casa, lloraba desconsoladamente, hasta que no podía más y comía algo antes de ir a la cama o simplemente lloraba hasta quedarse dormida y empezar un nuevo día fingiendo que estaba bien.
Agregó los dígitos de su clave de seguridad y la puerta abrió, por fin paz y tranquilidad; como era habitual dejo sus llaves y bolsa en la mesa de entrada junto a sus zapatos y descalza, fue hasta su habitación donde quito toda su ropa, poniéndose su hoodie tallas más grande y unos chándales.
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TFW ; jjk
FanfictionHee Young a sus 26 años ha logrado sus objetivos; sin embargo había una palabra que no estaba en su vocabulario: amor, pues siempre había estado enfocada en su carrera. El señor Jeon, un abogado centrado y fiel a su trabajo si que se había relacion...