La Guerra del Chavo del 8

El Regreso de Ñoño.

Pasaron 2 años buscando a Ñoño y Doña Clotilde.

-¿Adónde crees que deberán están?- pregunto Esteban.

-Creo que como el padre de Ñoño fue arrestado, a Ñoño se quedó en un orfanato.

-Eso es posible.

Usaron los trajes de guarda bosques y fueron para la ciudad.

-¿En que orfanato crees que debe estar, chavo?.

-No se. Solo busquemos.

Vieron el primer orfanato y les preguntaron a los dueños si conocían a Ñoño.

-Perdón, ¿conocen a un tal Ñoño?.

-¿Hablas de Ñoño Barriga?.

-Si, ese es el.

-Ahora es el dueño de una tienda de antibióticos.

-¿En que calle esta la tienda?.

-Esta cerca de acá.

-¿Pero donde?.

-A unas 2 cuadras.

-Gracias.

Caminaron unos 7 minutos y al fin llegaron a la tienda de los antibióticos. Entraron a la tienda y le preguntaron al médico.

-Disculpe ¿El dueño de esta tienda se llama "Ñoño Barriga", no?.- pregunto Esteban.

-Si, ¿quieren hablar con el?.

-Si- dijo el chavo.

-Esta en el piso de arriba.

-Gracias- dijo Esteban.

-Gracias- dijo el chavo.

Fueron hacia el piso de arriba y tocaron la puerta que tenía escrito "oficina". El jefe salió de la puerta.

-¿Puedo ayudarles en algo, señores?- pregunto el jefe.

-Si, posiblemente me conozcas.

-No te recuerdo.

-¿Recuerdas al niño que vivía en el barril?.

El jefe se quedó sorprendido por ver que se encontró con el chavo.

-Soy Ñoño, chavo.

-Ya lo sabía. Este es mi amigo, Esteban.

-Hola, Esteban. Me llamo Ñoño.

-Un gusto.

-Desde que mi padre fue a la cárcel, siempre juro que haría esto si te encontraba.

Ñoño le dio un golpe fuerte en la cara. Pero Esteban lo agarro del cuello.

-¡Déjalo, Esteban!.

-¡Pero te golpeo!.

-Hablaremos de eso, pero no hay por qué recurrir a la violencia.

Esteban soltó a Ñoño.

-Perdón por lo de tu padre, pero no puedes golpearme.

-¡¿Tu sabes lo que es perder a un padre?! ¡¿Tu sabes lo que es que tu padre muera?! ¡no! Por que no tienes familia.

-Mi madre me abandono en una maldita guardería. ¿Crees que no se como se siente?.

-Tu dolor no significa nada para mi.

-Es--escucha, Ñoño: yo se quien es el verdadero culpable de la muerte de nuestro vecinos, Don Ramon y Chilindrina.

Ñoño miro fijamente al chavo y le pregunto quien los mato.