La Nueva Vida.

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El chavo disfrutaba del trabajo, casa y ropa. Era lo que siempre deseaba de niño. Ya trabajo por 2 semanas.

La hora de trabajo termino y Jaimito fue con el chavo a su casa.

-Es un buen trabajo- dijo el chavo feliz.

-Es lo que un buen anciano como yo puede desear.

-¿Cree que algún día volveré a encontrarme con Kiko, Ñoño y el Sr. Barriga?.

-Claro que si.

-Algún día los iré a visitar, algún día.

-¿Podré acompañarte en tu visita?.

-Claro que si.

-No tardaré mucho en vestirme.

El chavo y Jaimito llegaron a la casa y se fueron a dormir.

-Buena noches, chavo.

-Buenas noches, Jaimito.

El chavo se durmió de forma muy profunda.

Se despertó y luego se vistio para ir al trabajo.

-¿Estás listo para ir, chavo?.

-Claro que si.

El chavo camino junto a Jaimito muy tranquilo hacia su trabajo. Jaimito inició un poco de charla.

-¿Cómo estuviste cuando saliste del orfanato?.

-Estaba triste, pero ahora las cosas mejoraron para mi.

-Mientras que el jefe no nos haga trabajar bajo la tormenta.

-¿Te hace trabajar bajo la tormenta?.

-A veces si, a veces manda a otro.

-Debe ser muy feo tener que ir bajo la tormenta, mojado.

-No es tan, tan malo cuando al fin te acostumbras a estar así.

-¿Alguna vez te cayó una tormenta?.

-No, por que no salimos cuando hay tormentas.

-¿Por que?.

-Por que nos podría caer un rayo y morirnos, y el jefe podría tener mala reputación y su negocio va a quebrar.

-¿Y si cierra el negocio nos vamos a quedar sin trabajo?.

-No solo eso. El jefe perderá gran parte de su dinero, su negocio es uno de un gran éxito.

-Ya veo.

-No le importa si morimos, eso es obvio. Pero si nos deja en un clima que puede matarnos, su reputación se iría a la basura y quedaría en banca rota.

-Creo que ya llegamos.

El día estuvo normal. El chavo entregaba periódicos en un día con clima normal. Hasta que se encontró con alguien que tenía un rostro muy familiar. Decidió acercarse para hablarle.

-¿Hola. Usted es...?- pregunto el chavo.

-Doña Florinda. ¿En que puedo ayudarte?.

-¡So-soy el cha--chavo!.

Doña Florinda se quedó muy sorprendida.

-¿Eres el chavo?.
-Si.

-¿Trabajas de cartero ahora?.

-Si, trabajo con Jaimito. Y vivo en su casa.

-¿Cuánto te pagan a la semana?.

-Unos... 20 dolares, no esta tan mal para empezar.

La Guerra del Chavo del 8Donde viven las historias. Descúbrelo ahora