5. Noticias y Amenazas.

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Tragué saliva ruidosamente y los dos me miraron riendo, ¿qué? No podía evitar estar nerviosa ante lo que respondiera Jesús. Es decir, no me gusta, osea si, es decir, aaargh vale me gusta mucho.

El corazón me latía a mil, miraba a Jesús, miraba a Dani, miraba a Jesús, miraba a Dani, miraba a Jesús, miraba a...¿mi móvil?

Estaba sonando en mi móvil la canción de Brujita, ups, es cierto que odiaba a los gemeliers, pero me encantaba su canción de brujita.

Los dos me miraron y se pusieron a reír.

-Samy, ¿tú no nos odiabas?-preguntó Dani que ya se le saltaban las lágrimas de la risa.-

-¿Qué? Os odiaba pero me encanta esta canción, ¿ok?

Los dos ya estaban llorando de la risa, y yo roja como un tomate.

-Nah, nah... Samy es Gemelier, nah, nah... Samy es Gemelier...-empezó a canturrear Jesús.-

Me lancé a por él para matarlo. Él era más fuerte que yo, y consiguió que acabase debajo suya. Me agarraba por las muñecas, me había atrapado. Nuestras respiraciones se juntaron, estaba con esa sonrisilla nerviosa que me sale. Entonces Dani nos interrumpió.

-Jesús, tienes que contestar a la pregunta. La canción favorita de Samy nos interrumpió antes.

Fulminé a Dani con la mirada por decir que era mi canción favorita, aunque era verdad...

Volvió el momento de tensión. Jesús seguía encima mía, pero sin aplastarme del todo, y yo no podía moverme. Todavía no había respondido a la pregunta de Dani.

-Voy a contestarte, hermano.-dijo Jesús.-

Entonces se acercó a mi y me besó, me quedé estupefacta.

-Ya tienes tu respuesta.

Jesús se bajó de encima mía y se sentó junto a mí. Todavía no había encajado lo que había pasado. Hace una semana les odiaba, y ahora soy...¿novia de uno de ellos? Jesús empezó a cantarme-susurrarme en el oído la cancion de Brujita.

" Y es que me hechizas
Con tu mirada tu me alocas me excitas
Baby tu me envuelves
Eres la estrella bendita
Que le da luz a mi vida
Hechizas
Niña traviesa con dulzura infinita
Eres mi brujita
Que hechizó mi corazón con este amor
Uh oh oh oh uh oh oh "

-Samy.-comenzó a decir Dani.- mañana tenemos aquí una firma, Gisela viene, tú...¿querrías venir?

-Claro.-contesté.- pero... ¿y la nota amenazante? Si me junto con vosotros, entonces...

-No te preocupes Samy, estaremos contigo en todo momento.-dijo Jesús orgulloso.- además, tenemos que anunciar que estamos saliendo...¿o no?

El comentario de Jesús hizo que me pusiese roja como un tomate por...¿tercera vez? Reí nerviosa.

-Claro.

Jesús sonrió y me abrazó, mientras Dani sonreía victorioso.

****
El día de la firma...
****

Se oía una música, no cualquier música, su música. Muchísimas gemeliers gritaban alocadas sus nombres, yo nunca había asistido a ninguna firma, estaba...alucinada.

Dani se acercó a mi y me susurró.

-Se te nota demasiado que es tu primera firma.

Sonreí y asentí. Gisela no estaba tan alucinada como yo, se notaba que ya había estado en una.

Varias chicas susurraban entre ellas y me señalaban, me sentía un poco intimidada. Me encontraba sentada en una silla junto a Gisela detrás de Jesus y Daniel. Varias chicas se acercaban a mi y me pedían fotos con ellas...me sentía...genial.

Divisé que una niña pequeña se acercaba tímida a Dani, que mona era. Se echó una foto junto a él, pero cuando se acercó a Jesús, el guarda la empujó hacia la salida, la pobre se puso a llorar, tenía apenas 7 años.

Me acerqué a ella y la cogí en brazos. La acerqué junto a Jesús, con el guardia maldiciendome, y le pedí que se echara una foto con ella.

La niña sonrió y me susurró "gracias."

Habían pasado dos horas, necesitaba ir al servicio. Se lo dije a Gisela y cuando fui a bajar por las escaleras de salida Jesús me cogió del brazo. Todas las miradas se centraron en mi.

-¿A dónde vas?-me preguntó.-

-Al servicio, enseguida vuelvo.

-¿Te acompaño? Ya sabes, por todas las cartas amenazadoras que has recibido...-reí ante el comentario de Jesús y le dije que no hacia falta.-

Al principio me perdí un poco, pero al final encontré los baños. Cuando terminé, me lavé las manos. Unas chicas salieron de los baños de detrás y me pusieron una bolsa en la cabeza. No sabía a donde me llevaban, pero me soltaron y me empezaron a pegar patadas.

-¡Jesús me buscará!-les grité.-

-¡Nadie te buscará, zorra!

Cerraron la puerta con llave. Me empecé a agobiar, no sé si por la bolsa o por las patadas, entonces me desmayé.

Internada con ¿Gemeliers?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora