11. Venganza.

1.7K 90 2
                                    

Apreté los puños con rabia. Quería desaparecer unos días del internado, nadie se daría cuenta de mi falta, ni si quiera mis padres. Me quedaría en casa de mi amiga Esther, como ella tenía dos años más que yo, 18, vivía sola, me dejaría quedarme una semana. Hice todas las provisiones para una semana, solo faltaba una cosa, sed de venganza

Cogí mi bolsa, y fui directa a la 198. Ni si quiera llamé, la puerta estaba abierta. Laureen estaba recosatada en su cama.

-Buenos días, Samy.

Ni buenos días ni leches. Le solté un puñetazo como los suelta Chuck Norris.

-¿Yo zorra? Tú puta.

Seguidamente de decir eso me fui.

Estaba saliendo de las puertas del internado, no pude evitar soltar alguna que otra lagrimilla. Miré una vez más atrás antes de abandonar esto, (joder Samy, que solo te vas una semana) vi a Jesús a lo lejos hablando con Dani, parecía enfadado. Corrí hacía el muro antes de que mirasen hacía aquí. Mientras caminaba por las calles iba recordando la carta que les dejé.

"Hola Dani, Jesús y Gisela. Sé que están enfadados conmigo porque creen que yo tomé esa foto, pero fue Laureen. No la maten, seguro que cuando estén leyendo esto ya le habré pegado un puñetazo estilo Chuck Norris. Dani, cuida bien de Gisela, no sé cuando volveré, en principio pensé solo irme una semana pero...cuando vi a Jesús tan disgustado se me partió el corazón. Jesús, perdóname, todo fue culpa mía, nunca debí haberme internado aquí aunque fuese por error, ni siquiera debí haberte conocido, porque mi presencia te ha hecho mucho más daño.

PDT: No me busquéis. Os quiere, Samy.

-MIENTRAS TANTO, EN EL INTERNADO-

-¡Mierda!-gritó Jesús.- Se ha ido por mi culpa.

-¡Cálmate hermano! ¡La buscaremos!

-¡Ella quiere estar sola!.-replicó Gisela.-

-Hermano, eres su novio, ¿no sabes si alguna amiga suya vive en esta ciudad? Porque sabes que ella vive a dos horas de aquí.

-Me contó sobre...una amiga, ¿Esther? Decía que vivía por aquí y que tenía casa propia, porque tenía ya sus dieciocho.

-¿Dónde vive?

-No lo sé.

-La encontraremos.-dijo Gisela.-

-VUELTA AL MUNDO DE SAMY-

Ya estaba casi al lado de la casa de Esther, podía verla desde aquí.

Llamé al timbre y ella me abrió con una sonrisa radiante.

-¡Samy! ¿Qué haces aquí?

-Me he peleado con Jesús...

-¿Y ese es...?

Le conté todo a Esther. Ella solo asentía y cada dos por tres abría los ojos como platos.

-No puedo creer que seáis pareja, tú le odiabas...

-Em...si. Pero ahora el que me odia es él. ¿Puedo quedarme en tu casa? No se cuando volveré... pensaba estar fuera una semana pero creo que me he decidido por un mes.

-Sabes que mis puertas siempre estarán abiertas para ti, te debo la vida.

-Gracias.-dije tímidamente.-

Tenía una casa tan acojedora. Jesús y yo íbamos también a pintar nuestras paredes de este color... Jesús... El recuerdo me vino a la mente, agaché la cabeza, no podía evitar recordarle. ¿Me perdonará? O mejor dicho, ¿me creerá?

Llamaron a la puerta, Esther fue a abrir, habíamos pedido antes unas pizzas.

-¿Es usted Esther?

-Si, pero, ¿tú no eres muy joven para ser un repartidor de pizzas?

-¿Es usted Esther? Llevamos una hora llamando a timbres intentando encontrarla.

¡NO! Era la voz de Dani, corrí por la puerta de atrás del jardín para huir al sótano, pero unos brazos me atraparon antes de que pudiese encontrar un refugio seguro.

Miré hacia él, esos bonitos ojos avellana...Jesús...

-Hola princesita, creo que nos debes una explicación a todos, ¿o me equivoco?

Tragué saliva nerviosa.

Internada con ¿Gemeliers?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora