La Tutora | NI-KI | [EDITANDO]

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NI-KI

Ni-Ki había pasado la noche en casa de Taki, habían jugado videojuegos hasta el amanecer y por la tarde despertaron.

Las últimas semanas Kairi había estado preparandose para su graduación de la universidad y estaba muy ocupada.

Ni-Ki había dedicado su tiempo libre a hacer lo que más ama, bailar, pasaba todo los días en el estudio de baile de su madre bailando junto a su hermana mayor.

Cuando terminaron de comer Taki volvió a la cama, seguía cansado por las horas de sueño perdidas y Ni-Ki aprovechó para llamar a Kairi.

Espero a que ésta contestará y llevo su celular a su oído para escucharla con una sonrisa.

─Hola, Nishimura.

─Hola, mi dulce Kairi ¿cómo ha estado tu día?

─Mm... Bien, eso creo, tengo buena salud, así que no me quejo.

─¿me extrañas no es así?

─así es... Has estado ocupado, ya no te veo seguido ─él sonríe.

─ahora eres tu quien no quiere separarse de mi, te llamo todos los días.

─es cierto, entonces, hay que vernos, hablar por teléfono no es suficiente.

─entonces veámonos, ¿mañana está bien?

─muy bien, ¿y qué haces?

─estoy con Taki, aunque prácticamente está dormido... No acostamos muy tarde jugando, sólo despertamos para comer y volveremos a dormir.

─entonces descansa bien Riki, y ya no duermas tan tarde.

─esta bien, Te amo.

─También Te amo.

─Ni-Ki, guarda silencio, intento dormir ─se queja Taki.

─lo siento ─ríe─. Kairi, hablamos luego.

─esta bien, descansa ─cuelga y Ni-Ki se acuesta en la cama junto a su amigo.

─no puedo hablar con mi novia porque estas quejandote.

─puedes hablar con ella, pero afuera de mi habitación.

─ya, gruñón, duerme ─le dice Ni-Ki y luego cierra sus ojos para también dormir un poco más.

Al día siguiente

─Kononniiii ─alarga la "I", sabía que su hermana odiaba que la llamará así.

─no me llames así, no estoy de humor ─sale de su habitación y Ni-Ki la sigue hasta la sala de estar, donde se sientan en el sofá.

─lo siento ¿qué puedo hacer para animarte?

─comprarme la tinta de cabello que me robaste el otro día para hacerte esas mechas feas ─dice desornedando el cabello del menor.

─me acabó de peinar Kononni, no seas fastidiosa, y no son feas, a Taki y a mamá le gustaron ─se arregla el cabello.

─como sea, sabes que me costó dinero comprarlo, así que las quiero devuelta, además me robaste mi idea, yo también me haría mechas ─de cruza de brazos.

─ahora es mi estilo, no quiero estar igual que tu.

─algún día te dañaras el cabello, no haces más que pintarlo todo el tiempo, lo tenías rubio al iniciar el año, luego negro y ahora mechas rubias, se te caerá.

─¿se puede caer? Pero mamá dijo que mi cabello estaba fuerte la última vez.

─sólo no quiere preocuparte.

─¡Qué!

─¡compra la tinta Ni-Ki!

─bien, lo haré, pero no me grites Kononni.

─¡no me llames así!

─esta bien, Kononni.

─¡Aish!

─Ni-Ki ya deja a tu hermana en paz ─habla su padre.

─¿por cierto, me prestas esa chaqueta que compraste la semana pasada?

─no luego de eso, me robas mis cosas.

─no soy ladrón, sino, no las estuviera pidiendo.

─no, ya dije que no.

─¡pero tengo una cita hoy!

─no creo que haga una diferencia si vas con otra cosa.

─es que me gusta tu chaqueta.

─comprate una.

─no tengo dinero.

─pídele a mamá.

─la última vez me dijo que no me daría más dinero porque me compré mucha ropa y no tuvimos para comer por una semana.

─¿entonces por eso comimos la misma comida todos los días esa vez?

─sí.

─ay, niño─vuelve a desordenar el cabello de su hermano menor.

─¡Mamá, Kononni esta tocando mi cabello, lo acabo de peinar y lavar! ─empiezan a pelear.

─¡ya deja de llamarme Kononni!

─¡y tú aleja tus sucias manos de mi preciado cabello limpio!

─¡ya basta ustedes dos! ─los separa su madre.

─tu ─señala a Ni-Ki─. ¿Quieres ganar dinero? Darás clases en la academia a los novatos, y tu ─mira a Konon─. ¿Puedes prestarle la chaqueta a tu hermano sólo por esta vez? No hay necesidad de pelear, con el dinero que gane en el estudio pagará la tinta de cabello que tomó.

─¿de verdad me dejarás enseñarle a los novatos? ─habla emocionado.

─así es.

─¡yes! ─celebra.

─aun así, no le prestare mi chaqueta.

─ya no la quiero ─le muestra la lengua y se va a su habitación dando bailecitos felices.