Somos la A.S.I

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—Eres un...maldito —Anabelle apoyó su espalda en el suelo mientras sus brazos rodeaban su pierna. La sangre salía sin parar, al igual que paso en el disparo que sufrió Cole.

—Tú fuiste la perra que empezó —Cole se cruzó de brazos—, esto no te hubiera pasado si no me hubieras perseguido.

— ¡Yo-yo no te perseguí! ¡Solo no quería quedarme a que tus amigos me mataran! ¡Te vi sin protección y aproveche la oportunidad, te merecías ese disparo!

—Bueno, yo también aproveche la oportunidad —Cole emitió una sonrisa—, y si sigues con esa actitud te vas a ganar el segundo disparo y no tengo intenciones de hacer que te lleven a curarte.

Anabelle se mordió el labio. Podría ser para evitar responderle a Cole y así evitar caminar derecho a su sentencia de muerte o podría ser por el inmenso dolor que estaba sufriendo.

Mire a Harry de reojo, él miraba a Anabelle en el suelo.

—Todos a esa pared —Cole apuntó la pared del fondo y al ver que nadie se movía grito: — ¡Ahora!

Mis padres ayudaron a Daniel a llegar la pared, lo que me hizo ver su pierna, estaba herido. Se me encogió el corazón.

Harry tomó en brazos a Anabelle, entre quejas de ella, y la llevo a la pared. Se quedó a su lado en el suelo y yo opte por sentarme al lado de él.

—Supongo que estarán confundidos —Cole nos miró a nosotros—, si, si, debe ser raro. Y ustedes —miro a mi familia—, no deben tener ni puta idea de lo que ocurre, pero eso no me importa es demasiado largo darles una contextualización de porque estamos aquí, porque estoy herido, etc., mucho bla bla bla y odio eso.

— ¿Por qué, Cole? Pensé que eras mi amigo, pensé que en verdad querías ayudarme, tú...viste mis prácticas de tiros, me dijiste como disparar mejor —Harry se volteó rápidamente hacia mí, él no estaba al tanto de eso—, grabaste el momento en el cual ya no fallaba ninguna vez. ¿Para qué?

—Tu... —mi papá miro a Cole—, tú la grabaste —sus ojos miraban a hacia todos lados como queriendo ordenar sus ideas, de pronto era como si sus ojos ardieran en llamas—, pensamos que la tenían aquí pero no, tú la grabaste y por eso les creímos.

— ¿De...de que grabación hablas, papá?

—Estos malditos nos engañaron —mi padre estaba furioso—, nos mostraron una grabación tuya disparando y por eso les creímos el cuento de que ellos te tenían y no mi padre.

Un momento de silencio. Ordené mis ideas.

—No... —miré a Cole—. ¡¿Para eso lo hacías?!

Cole rio entre dientes.

—Están haciendo que me desvié del tema...

Lo interrumpí—. ¡Eres un maldito mentiroso! —quise pararme y en el momento en que al menos seis pistolas me apuntaron Harry tiró de mi brazo haciendo que me sentara de nuevo.

—Me prometí que te sacaría de aquí viva —me susurró al oído—, no me lo pongas más difícil, Rocky.

Bufé los mechones de cabello que se soltaron de mi coleta.

—Sí, sí, sí, fui yo y no me importa —Cole bostezó—. Vayamos al grano, como soy una persona honesta...en cierto sentido, les contaré porque les está sucediendo todo esto, así quizás cooperen un poco con nosotros y no tendremos que vernos obligados a hacer algo que ninguno de los dos quiere.

Al ver que nadie hacia ningún comentario Cole prosiguió.

—Verán, mis padres murieron cuando yo tenía seis años o por lo menos eso es lo que yo sabía hasta los diecisiete años. Un día me mandaron en una misión, algo pequeño sin mucha importancia porque aún era menor de edad, simplemente necesitaban a alguien que se metiera en la casa de un narcotraficante. En esa misión conocí a la persona que me abrió los ojos y me sacó de la estupidez de fantasía en la que me tenía metido la policía secreta.

No es mi vida, es solo una misión más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora