No es mi vida, es solo una misión más.

Capitulo VIII: El trabajo. (Editado)

— ¡Y…5, 6, 7, 8! —nos indicó la entrenadora mientras se paseaba por afuera de las colchonetas observando nuestro trabajo, observando que no tengamos ningún error para el juego que será en 3 semanas, practicamos mucho para un juego que será en 3 semanas pero como entramos 3 nuevas. Tiene que estar todo perfecto, cité a la entrenadora.

— ¡A las duchas! —nos gritó alegremente Beverly, definitivamente era una chica con problemas de positividad y alegría, no digo que sea un problema pero es que es demasiado. Bueno por algo debe ser la capitana.

Luego de 2 horas de entrenamiento que se realizaba en las horas extracurriculares que estaban 2 veces a la semana, martes y jueves, para que aquellos que participan en una clase extracurricular, como las animadoras, puedan realizarla sin tener que venir horas y días extra que no corresponde a la escuela, claro que la animadoras teníamos 1 hora de entrenamiento después de las clases del lunes y miércoles, y para aquellos que no tienen clases extracurriculares son 2 horas libres. Bueno. A lo que iba, estoy exhausta. Me duche y me cambie mi ropa de entrenamiento al nauseabundo uniforme de animadora, la falda azul a tablas amarillas y la remera azul sin mangas que muestra el abdomen y tiene escrito en letras blancas con toques amarillos ‘CYCLONES’. Hermoso, pensé sarcásticamente.

Iba caminando por los pasillos atrayendo gran parte de las miradas de los chicos y miradas despectivas de parte de las chicas. Es la primera vez que uso esto delante de todo el mundo, pensé. Y cuando vi a Sam doblando la esquina para encontrarse conmigo en mi casillero las palabras que vinieron a mi cabeza fueron: A ella no le gustará esto.

— ¿Hola? —le pregunté dudosa al ver su cara de atónita.

—Tu…eso…tienes… —la mire divertida mientras miraba con repulsión todo mi uniforme. —Tienes el uniforme —dijo de corrido al fin.

—Así es —le dije mientras habría mi casillero para buscar mis cosas para la clase de Sicología.

—Bueno, no diré nada. Es…lindo —dijo con dificultad.

—No te esfuerces solo no hablemos de eso y listo.

—Muy bien —dijo alegre. —Oye ¿No tienes que hacer un trabajo con mi hermano?

—Sí, ¿Por? —le dije cerrando la puerta del casillero.

— ¿Se han puesto de acuerdo? —me miro.

—Ahora que lo dices…no, supongo que lo hablaremos en... —mire mi reloj. —5 min. En clase.

—Ahh…bueno me debo ir a Matemática. Adiós. ¡Suerte con mi hermano!

— ¿¡Por qué suerte?! ¡No vamos a tener una cita romántica o algo! —le grite dudosa. Y me dirigí rápido por el pasillo al salón de la profesora Moore.

‘SIENTENSE CON SU COMPAÑERO Y TRABAJEN. QUEDAN 3 SEMANAS’

Eran las palabras que estaban escritas en el pizarrón. Con la mirada busqué a Zayn quien se encontraba en la esquina más alejada del salón, resignada, me dirigí hacia allá.

—Hola —lo saludé sentándome en el asiento de al lado.

—Hola —me sonrió.

—Bueno…hay que comenzar el trabajo.

—Si, al llegar Moore me dio esta carpeta con lo que nos toca a nosotros —me comunicó colocando una carpeta blanca con unas 2 páginas al lado de mi mano.

—A ver… —Suspiré y abrí la carpeta que tenía escrito con tinta negra:

TRABAJO PARA COMPRENDER LAS VIDAS DE LOS CIEGOS.

Investigar: Sobre las causas de la ceguera  y diferentes accidentes que la producen.

Ejercicio: Vendarse los ojos ambos compañeros y con las manos tratar de sentir todo lo que puedan por 30 min. Continuos (SIN SACARSE EL VENDAJE EN NINGUN MOMENTO) en el mundo normal, haciendo lo de siempre. Usar una venda gruesa y negra que no permita la visión.

Entrevista: Entrevistar a una persona ciega. Anotar los siguientes datos;

NOMBRE:

EDAD:

SEXO:

ACCIDENTE:

FECHA DEL ACCIDENTE:

¿QUE ES LO DAÑADO?:

¿COMO LO LLEVA DIA A DIA?:

— ¡Wow! Es un trabajo algo largo y delicado —cerré la carpeta.

—Exacto, hay que comenzar ahora.

—Pero no tenemos como investigar —le dije obvia.

—Mmm… —dudó. — ¿Podríamos hacer el trabajo en mi casa? — ¡SI!, exclame feliz interiormente. Etapa 3 en proceso.

—Claro —le dije sin importancia. — ¿Cuándo? Y ¿Dónde?

— ¿Mañana después de clases?

—Si…Espera — ¡Rayos, malditos entrenamientos! —No puedo, tengo entrenamiento de las animadoras después de clases. ¿El jueves puedes? Después de clases…- me encogí de hombros.

—Claro, nos vamos juntos —me afirmo.

—No hay problema.

—Así que… ¿las animadoras? —me pregunto cruzándose de brazos.

—Así es… ¿algún problema? —lo mire.

—Ninguno —se defendió extendiendo las palmas.

— Y… ¿Por qué la pregunta?..- fruncí el ceño.

—No lo sé, no parece ser tu estilo.- sonrió.

—Y no lo es —murmuré.

— ¿Perdona que dijiste? — ¡Mierda! Yo y mi bocota.

—Nada, solo que… —dudé. — ¿Cómo se llevan Sam y tú? —le dije cambiando de tema.

—Emm… —me miro extrañado. —Bien, supongo. Es una hermana genial.

Y así fue como desvié el tema a ellos y su familia.

-Estuvo cerca, Idiota.–me dijo mi conciencia que por cierto aún no tiene nombre.

-Demasiado -.