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— Gran trabajo doctor, estuvo excelente — su voz seductora encajaba perfecto con su presencia, era tan hipnótica que solo lograba atraer más a Bakugou

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— Gran trabajo doctor, estuvo excelente — su voz seductora encajaba perfecto con su presencia, era tan hipnótica que solo lograba atraer más a Bakugou

— La distracción, supongo

— ¿Cómo?

— El chico se distrajo y por eso resbaló

— ¿Entonces yo tengo la culpa? — hizo un ligero puchero con sus labios, y las ganas del rubio por devorar aquellos belfos regordetes aumentaban

— Así es, tu sensualidad lo empujó escaleras abajo

— Tendrá que demostrarlo a la corte, señor sabelotodo

— ¿"Sabelotodo"? ¿Es lo que dicen en las chicas del cable hoy en día? — su risa era como el canto de un ángel, por favor, si estaba en el cielo que alguien lo despierte pronto antes de caer en los encantos de aquel apolíneo ser

— ¡Sabía que ustedes dos se iban a encontrar! — vociferó a sus espaldas el anfitrión de la fiesta con una carcajada — Pero ten cuidado Izuku, los cirujanos plásticos en serio saben cómo operar

— Que lindo Mirio, gracias — dijo con sarcasmo para después retirarse del lugar junto al apenas presentado Izuku

Rondaban por la mansión, saliendo al patio a petición del mayor que necesitaba de un poco de aire fresco al sentirse cohibido dentro de la casa, reiterando su punto, no le gustaban los espacios ajetreados.

— A mí no me convence la cirugía plástica — opinó el peliverde — Siempre se ve falsa ¿No crees?

— Bueno eso depende del doctor, yo soy bueno — su acompañante le dio una mirada dudando de la veracidad en sus palabras — De verdad, aquí hay algunos de mis pacientes, tú solo echa un vistazo y vas a encontrar... alguien que se vea decente

— ¿Qué hay de ella?

Apuntó discretamente a una mujer a unos cuantos metros de ellos junto a la piscina, ojos grandes, pómulos demasiado marcados, nariz diminuta y respingada, y unos labios enormes que parecía se había llevado todo el Botox de la clínica. Su maquillaje oscuro más su comisura caída solo resaltaba aún más la obvia cirugía.

— ¿La sonrisa de Guasón? — Bakugou jamás haría un trabajo mediocre como ese, ni trabajaría en su rostro de saber que la anestesia le provocaría una parálisis facial total como lo tenía ahora

— Bien, ¿A quién de aquí operaste?

— No quiero delatar al tipo, eso es poco ético, pero ¿Ves a ese de allá?

Un hombre con un gran y proporcional trasero fue señalado por el cirujano, Midoriya se llevó una gran desilusión al enterarse que su trasero era falso cuando a simpe vista pasara desapercibido, admitía que la habilidad de Bakugou con la aguja era impresionante.

— ¿Te refieres al del trasero sexy?

— Antes de conocerlo no tenía nada de trasero, la espalda le llegaba a los talones — Izuku abrió la boca impactado, cómo de tener nada pasó a tener un culazo más grande que el suyo y que se viera natural — Cuando iba al baño caía dentro del inodoro

Un esposo de mentira [Bakushima]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora