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Estaban en el aeropuerto esperando para abordar el avión que los llevaría a Hawái, el viaje se había decidido a la mañana siguiente por lo que después de la gran comida en aquel restaurant de cuarta corrieron a sus casas y hacer las maletas

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Estaban en el aeropuerto esperando para abordar el avión que los llevaría a Hawái, el viaje se había decidido a la mañana siguiente por lo que después de la gran comida en aquel restaurant de cuarta corrieron a sus casas y hacer las maletas. Bakugou no les dijo cuántos días estarían allá por lo que empacaron de todo en caso de que su estadía en la bahía se extendiera.

El rubio se cuestionaba cómo fue que llegó a esa situación. Más importante aún, ¿cómo dejó que un niño de siete años lo extorsionara de tal forma? Se sentía como un imbécil y frustrado restregó su cara deseando que esa pesadilla termine. Se suponía que solo sería una tarde con esos malditos mocosos traicioneros, ¡una maldita tarde! Pero el niño abrió el perro hocico y ahora estaba encadenado a pasar más tiempo de calidad de que gustaría junto a su asistente, sus hijos, y la niñera.

— Es increíble que un niño de siete años me chantajee

— Vi la oportunidad y la aproveché — sonrió el pequeño con travesura

— Enójate contigo mismo, tú fuiste quien nos metió en todo esto

— ¿Yo los metí? Fueron estos dos chamacos con sus insoportables métodos de manipulación

— Bakugou escucha, mi tolerancia a estos teatritos, está aquí — señaló su cuello para luego elevar su mano a su cabeza — Y si sube hasta acá tomaré a mis hijos, te voy a delatar y me iré a casa

— Estoy súper emocionado de que estemos haciendo esto

— ¿No es increíble? Iremos a Hawái y nadaremos con delfines — su actitud cambió drásticamente con la aparición del peliverde — Será muy divertido, se lo decía al enano, ¿Traes una revista de seventeen? ¿Se la compraste a ella o es tuya?

— Es mía, es mi favorita

— ¿Oíste? ¿Has leído esa revista? Hace unos treinta años quizá — se burló del pelirrojo yendo a donde Izuku para darle un dulce beso en los labios — Solo espero que pasemos un rato juntos, ¿si, lindo?

— ¡Alto! ¡Alto! — escucharon a lo lejos, Katsuki con cólera volteó a ver al idiota que interrumpía su momento con su amado

A lo lejos y con dos maletas en manos se acercaba corriendo una mota amarilla intenso, de inmediato el rubio supo de quien trataba e hizo unos cuantos ejercicios de respiración para controlar su ira que se canalizaba en su puño listo para golpear al estúpido que cada vez estaba más cerca.

— ¡Bakugou, espera! — gritaba la persona

— ¿Qué haces aquí? — inquirió Kirishima cuando su mejor amigo estuvo a su lado, mas recibió como respuesta un beso en labios que rápido detuvo aplastando los mofletes de Kaminari hasta que formara una boca de pez

— Bizcochito, sabes que no soportaría jamás que te fueras tu solo — dijo coqueto paseando su nariz por el rostro del pelirrojo — Oh, y veo al Coronel von Generoso enfrente de mí — extendió su mano, pero el otro hombre no la aceptó

Un esposo de mentira [Bakushima]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora