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— ¡¿Viste la cara que puso?!

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— ¡¿Viste la cara que puso?!

Habían salido a dar un paseo por los jardines del hotel después de huirle a la furia de Neito, casi estaba por lanzarse a Eijiro queriéndole dar un zarpazo, cosa que fue evitada por Bakugou quien le dio un sutil golpe en forma de reprimenda por sus infantiles acciones.

El brazo del pelirrojo rodeaba el de Katsuki, su cabeza apoyada en su cuerpo demostraba la confianza que le tenía; la caminata era lenta, como si no quisieran llegar a las habitaciones y tener que separarse.

— ¡Lo sé! — soltó una risa de gozo al aire, aprovechando que donde estaban no había mucha gente transitando

— ¿Sabes lo feliz que me puso? Ya se lo quiero contar a Denki — su risita diabólica era tierna

— Y su maldita cara cuando hiciste de malabarista, tus malabares fue la mejor parte

— ¿Te gustó?

— ¡Me encantó!

— ¡Y cuando hablaste de sus brazos operados!

— Reconozco una cirugía cuando la veo — alzó los hombros sin importancia — Lo mejor es que le está poniendo una paliza a myMan ahora

— Eso es seguro

Recorrían el pasillo donde conectaban sus suites sin muchas ganas; querían seguir hablando por horas ahora que estaban en confianza fuera del horario laboral. Más allá de las historias de Bakugou y sus conquistas, más allá de los problemas de Kirishima en casa. Su plática era amena, el rubio descubrió cosas de su asistente que antes no le habían interesado en lo más mínimo y Eijiro solo confirmó sus sospechas, detrás de la cara amargada y comportamiento promiscuo de Bakugou, se escondía un corazón herido que temía amar.

— Me encanto esta noche, fue muy divertido — concluyó llegando a la puerta de su suite — Creo que es la primera vez que tú y yo hemos salido solos, nosotros dos

— Así es, y la verdad me siento mal por el de la sonrisa psicópata, ahora que saliste con alguien que no parece que le gustan los tríos con su chef personal

— Me parece adorable lo obsesionado que estás con ese tipo

— Es que no te imagino teniendo con una cita con él ¿Comprendes?

— Blasty, repite conmigo, fue solo un almuerzo, que te entre por esa dura cabezota que tienes — picoteaba su sien con desesperación — Escucha, hay una cosa que quería discutir contigo

— ¿Ahora qué pasó?

— Me ofrecieron un puesto en el hospital de Nueva York como asistente de un tal Dr. Shishikura — el corazón de Bakugou dio un vuelco al reconocer el nombre del doctor, su respiración se entrecortó y lágrimas amenazaban con salir de sus brillantes ojitos — Tal parece que su anterior asistente fue despedida pues mantenían relaciones sexuales dentro del hospital y fueron descubiertos por un paciente, que horrible

Un esposo de mentira [Bakushima]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora