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"Solo porque sí" era una respuesta demasiado ambigua para Seungmin, y extrañamente él no era ambiguo, no le gustaban las cosas que se daban porque casualmente ocurrían, era demasiado cauteloso como para dejar fluir su vida pensando en que algo sucedía solo porque sí, para él siempre habían motivos y razones, hasta el más mínimo suceso era un disparador para que algo se desarrollará.

Por ejemplo, él no habría aceptado la salida al café de Felix si no hubiese sabido desde un principio que le gustaba, porque por dentro sabía que amigo de Felix nunca podría ser, no tenía interés en ser su amigo, se notaba a leguas que eran diferentes, el chico rubio era un remolino arrasador y Seungmin era polvo sobre un estante.

Había accedido por la curiosidad de saber por qué le gustaba, pero ¿Solo porque sí?

Ni siquiera podía sorprenderse ¿Qué podía esperarse de una persona bonita? La gente bonita no necesita indagar sobre sus sentimientos, no está acostumbrada a aprender de sus propias acciones porque son fácilmente aceptados en la sociedad incluso cuando no saben expresarse bien, basta una expresión linda y una disculpa con un tono dulce para recibir la aprobación rápidamente.

—me gusta mucho este lugar—Felix comentó, abriendo la puerta de una cafetería a cuadras de su punto de encuentro—suelo venir a comer algo cuando no tengo tiempo de regresar a casa.

Seungmin miró vagamente alrededor y se sintió abrumado, el lugar era agradable, tenía una buena decoración y estaba cubierto de plantas, y una iluminación limitada para generar un ambiente relajante, pero las mesas estaban demasiado juntas y había demasiadas personas, lo cual arruinaba la primer intención.

El chico rubio fue a tomar asiento en una mesa en el fondo del lugar, la ventana daba hacía unos edificios y Seungmin realmente lamentó la vista.

—puedes pedir lo que quieras, déjame invitarte, fue mi idea en primer lugar—Felix dijo, sus orejas estaban rojas y era notorio gracias a su cabello rubio—yo voy a comer un sándwich de tofu, es bueno y se alinea con mi dieta—murmuró.

Seungmin leyó la carta y notó la variedad de platillos saludables, se limitó a pedir lo único que conocía del menú, un cheesecake con frutos rojos.

—¿Estás haciendo una dieta en particular o siempre estás a dieta?—preguntó, dejando la carta sobre la mesa mientras veía hacia los edificios, era una mala vista, pero mirar fijamente a Felix podía ser inapropiado.

—siempre estoy a dieta, si me descuido puedo aumentar de peso con facilidad, estoy lleno de complejos—Felix rio y Seungmin se sorprendió de que hubiera dicho eso, así que le miró y notó que el rubiecito estaba más nervioso de lo que parecía, pudo ver sus dedos temblar y su mirada perdida en una carta que ya había leído seguramente en muchas ocasiones.

El amor puede ser como un vaso y su contenido, al principio quizás está desbordando el recipiente y con cada sorbo comienza a perder pasión, pero también, otras veces puede estar completamente vacío y empezar a llenarse de a poco.

En su primer cita hubieron dos vasos en la mesa, el que estaba lleno y pertenecía a Felix y el que estaba vacío, que le pertenecía a él.

—tengo dos hermanas—Felix le contó un poco de su familia, él acomodó su cabello rubio y largo en varias ocasiones, aunque Seungmin no había querido mirar mucho, no pudo evitar hacerlo.

El chico bonito delante suyo representaba algo que nunca había conocido, desde su carrera como bailarín hasta el sándwich de tómate y tofu con pan integral y semillas, sin mencionar el jugo de menta y jengibre que se había pedido.

Seungmin se sentía como un niño con el cheesecake y un vaso de jugo exprimido.

—me encanta jugar videojuegos, mi compañero de habitación dice que estoy obsesionado—el rubiecito empezó a reír y Seungmin observó sus afilados colmillos, de verdad, tenía los dientes más lindos que había visto en su vida—¿Te gustan los juegos?

Migajas SeunglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora