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—seamos honestos—Jisung dijo mientras entraba primero a la biblioteca. 

Felix levantó la mirada y el chico lo saludo de manera cortés, dirigiéndose a los pasillos, Seungmin estaba con él y le saludó del mismo modo, diciéndole a su amigo—¿en qué quieres ser honesto? el amor no es mirarlo, que te mire y que sea un final feliz, no puedes sustentar una relación en base a la idealización. 

—no me hables como si fuera estúpido, sé que no es así, pero ¿no crees que es mágico? como si todo el mundo se redujera por un instante y supieras en ese momento exacto que es la persona destinada para ti—el chico continuó hablando. 

Y Felix que estaba demasiado aburrido desde las nueve de la mañana, simplemente fingió limpiar los estantes mientras escuchaba a furtivas. 

—es absurdo—se limitó a responder Seungmin, tomando un libro del estante—como si fuera a enamorarme de una persona solo porque es bonita ¿qué tal si tiene manías extrañas? peor aun ¿qué tal si tiene un muerto debajo de la cama?

El chico alto y de brackets se fue hasta la recepción y lo buscó con la mirada, Felix apareció sonriendo y con el trapo en las manos—¿vas a llevar este hoy?—preguntó, dejando el trapo en un rincón mientras se limpiaba las manos con unas toallitas húmedas. 

—sí—simplemente respondió. 

—eres tan aburrido—murmuró Jisung, dedicándole una mirada al bibliotecario, corriendo la vista rápidamente—¿por qué es tan lindo el chico de la biblioteca?—preguntó cuando se fueron. 

Felix quiso escuchar la respuesta de Seungmin, pero no lo oyó, se quedó pensando en qué habría dicho él, el chico alto solía aparecer dos veces por semana, siempre se llevaba algún libro y Felix no podía creer que realmente leyera todo lo que se llevaba, es que ¿cómo hacía?

La última vez que intentó leer una novela estuvo dos meses y el libro apenas tenía doscientas paginas. 

Había días en que Seungmin tenía horas libres entre clases, en ese tiempo él aparecía y buscaba algún libro al azar y se sentaba en un rincón a leer, Felix buscaba los títulos y descubría lo que leía, sus intereses le parecían curiosos, nunca leía los libros, no tenía tiempo para ello, pero se preguntaba si quizás Seungmin se los contaría si le preguntaba. 

—De pronto oigo la voz del agua—cantó el nombre de la novela cuando Seungmin decidió que se la llevaría a casa unos días—¿es interesante? 

El chico alto asintió—tiene la particularidad de Kawakami, fluido y como si fuera un cristal a punto de romperse, es una buena lectura para perderse. 

¿Para perderse? 

Felix miró a los ojos al chico alto y Seungmin corrió la mirada.

La mayoría de las veces mientras bailaba sentía su muslo temblar, como si su cuerpo no quisiera resistir más a sus movimientos, siempre tenía música en sus oídos incluso cuando no la había, casi al igual que su música, Seungmin empezó a permanecer en sus pensamientos. 

Era como la misma nota en un piano. 

—¿Cuándo volverás?—le preguntó a Chan, era mitad del primer cuatrimestre y su amigo debía viajar por una emergencia familiar. 

—hasta que mi madre se recupere, sé que solo es una quebradura, pero mi hermana no puede ir por el trabajo y mi padre está en un viaje de negocios. 

Felix asintió, un poco triste, aunque tenía su propia vida y estaba haciendo las cosas que le gustaban, separarse por un tiempo de su mejor amigo le aturdía. 

Migajas SeunglixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora