II

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—Muchisimas gracias, Charlie, por favor que nada suceda ésta noche.— ocupó los veinte minutos que le quedaban en ir a dejar a Drew a la casa de los Sandin. Sabía que ahí tendría seguridad y su casa no se la iba a dar.

—Tu también deberías quedarte aquí, Gena.— espetó Mary preocupada por la chica. Gena le sonrió y negó con la cabeza.

—No se preocupe, yo estaré bien...— suspiró. Se agachó a la altura del pequeño y él enredó sus brazos en el cuello de ella, dándolde un cálido abrazo. —Te amo ¿vale? Cuidate y protege a los Sandin hoy.— beso la mejilla de Drew mientras asentía con la cabeza.

—Llámenme cualquier cosa.— dijo, por último. El señor Sandin le dijo que todo estaría bien, que marchara antes de sonido de la sirena sino podría tener problemas en el camino.

Al llegar a casa, cerró todas las ventanas con seguro sólo para tener un poco más de seguridad, si éstas se quebraban era porque algo iba mal y tenía que alistarse para cualquier situación.

Se sentía demasiado inseguro, por un momento pensó que no debió declinar a la propuesta del señor Sandin, pero debía cuidar a su hermano por sobre todas las cosas, y ella en esa casa no lo iba a lograr.

Un llamado telefónico la sacó de la comodidad del sillón, se levantó a cogerlo.

—¿Bueno?— habló, la voz del otro lado no tardó en respoder.

—Genevieve...

—Si, con ella.— la chica estaba más inquieta, la poco reconocible voz del otro lado tardaba demasiado en respoder. Pegó un salto cuando el canal del televisor cambió, volviendose a uno azul.

Esto no es una prueba, este es su Sistema de Emisión de Emergencia anunciando el inicio de la purga anual autorizado por el gobierno del país. El uso de armas de clase cuatro y nivel inferior está permitido durante la purga, el resto de las armas están prohibidas. Se ha conseguido la inmunidad a los funcionarios gubernamentales de rango 10 y no se les deberá hacer daño. Después se sonar la sirena, cualquier delito incluyendo asesinatos, será legal. La policía, los bomberos y los servicios de urgencia no estarán disponibles hasta mañana por la mañana a las 7:00 cuando concluya la purga. Bendito sean nuestros Padres Fundadores y Estados Unidos, una nación renacida. Que Dios los acompañe a todos.

Sus nervios incrementaron.

—Ayudame por favor.

—Lo siento ¿Quién eres? No tengo tiempo, tengo que cortar.

—¡No!— exclamó el hombre rapidamente, sobresaltando a la chica. —Soy kevin. Me mataran Gena, me matará....

Y la llamada se corta.

Kevin.

¿Kevin estaba vivo?

Imposible, es imposible que sea él. Jamás se había comunicado con ella antes, era imposible que tuviera el número todavía despues de cinco años.

Aún así, tenía los nervios de punta por el llamado. Sus ojos se nublaron gracias a las lágrima que habían en ellos. Él estaba en peligro, el chico que fue torturado por su culpa iba a morir por segunda vez. ¿Qué tenía que hacer?

Sólo lo que debía hacer.

Peligraba su vida por aquello, pero tenía que estar tranquila consigo misma en saber que él chico estaría bien.

Agarró un cuchillo de carnicero, que era lo único que tenía a su alcance para defenderse, no podía salir exponiéndose, era el sola, tenía que ocultarse lo mejor posible.

The Purge » LouisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora