—Estás loco.— dijo asombrada por sus palabras. —¿Lo haces siempre? —preguntó.
—¿El qué?— él la miró confundido haciendo que su entrecejo se frunza levemente, el tomo un poco de distancia al notar que casi invadía su esoacio personal, y no pudo evitar mirarle las bronceadas piernas de la muchacha.
—¿Hablar con tus víctimas, proponerles besarlas y follar?— alzó una ceja.
Ella sabía que estaba jugando con fuego, y a pesar de lo que él dijo pudo provocarle nervios y un poco de esperanza sabía que debía tener cuidado.
—Y las mato.— sonríe victorioso.
Y no mentía, no hacía su trabajo como se lo pedían, él jugaba con sus víctimas cuando se trataban de chicas guapas, les coqueteaba y ellas caían siempre. Suele follarlas y decir que no quiere matarlas para finalmente hacerlo. Todo era un juego para él.
Pero es primera vez que se le presentaba una chica desafiante y guapa.
—Y las matas— repite ella para sí misma, asintiendo con la cabeza.
—Me caes bien Cenicienta, te prometo una muerte rápida.— se burló agarrandole el mentón a la chica.
—Imbécil— insulta, el ríe y le guiña el ojo.
Los minutos pasaron rápidamente, y sin darse cuenta el tiempo se estaba acabando. Era hora de terminar el trabajo.
—Bien, Genevieve.— la chica se tensó al escucjar su nombre salir de sus labios. Sus ojos se llenaron de lágrimas y sabía que iba a terminar pronto.
Había pasado diesiciete años de su vida con un comienzo de año en paz, nada había pasado hasta ésta noche. Su hermano mayor había muerto, sus padres probablemente se encontraban en el mismo estado. Drew se encontraba solo y lo que le venía no iba a ser nada fácil, solo esperaba que al pequeño no le ocurrieran estas cosas, solo esperaba paz para él.
Lloró, botó todo lo llevaba adentro que se estaba conteniendo desde hace más de tres horas. Le gritó cuánto amaba a su madre, cuanto amaba a su padre, a su familia. Perdono a su primo Jacke y a su mejor amiga, a pesar de la traición. Si se iba, se iba a ir en paz y totalmente desahogada.
Louis la obserbava sin hablar, supo que iba a sería hora, Liam le había mandando un mensaje diciendo que la plata estaba lista en su cuenta, tenía dinero para todo el año, no podía fallar en ésto, trabajo es trabajo.
Desató las manos y piernas de una derrotada chica, que lo único que hacia era llorar y mirar la puerta donde se encontraba su hermano dentro. Quise liberarse para ir hacia él, pero Louis no se lo permitió y la atrajo consigo.
Finalmente sacó cuchillo que llevaba afirmado en su cinturon rodo el tiempo y la miró a los ojos por última vez.
—Te vas a pudrir en el infierno.— le susurró Gena con rabia.
—Chica, ya estoy en él.
Y la apuñaló hasta dejarla tirada en el piso, ahogandose en su propia sangre.
