21. Bogotá.

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Mathya Pérez.

Si André decía que yo tenía estrellas en la garganta él era el puto universo.

No podía explicar con palabras todo lo que estaba sintiendo, y lo que comencé a sentir desde que lo conocí y se volvió más cercano a mi.

Era un chico, fue duro aceptar que estaba sintiendo cosas por un chico.

Pero era un gran chico, el chico que me saco de mi gran vacío.

—Que hermosa vista. —Dijo totalmente embelesado por la vista que teníamos en un restaurante en el centro de Bogotá que era el más alto de la ciudad.

Estábamos en un balcón de este, fumando, y yo lo miraba y no podía creer que alguien como él se enamorara de alguien como yo.

Las luces de la ciudad se reflejaban en sus ojos, su cabello rubio se movía de un lado para otro por el viento, iba tan elegante como cuando lo conocí.

Ahora pensando, casi nunca lo había visto en ropa normal, solo cuando estábamos en su casa be...sandonos.

—Tu eres hermoso. —Solté sin querer y me tapé la boca, mierda, me sentía como todo un adolescente.

El volteo a verme y se echó a reír, amaba su risa.

—Gracias. Tu eres hermoso también, cariño.

Puso el cigarrillo entre sus labios, mantuvo el humo y lo soltó.

Yo hice lo mismo.

—Estaba deliciosa la cena. —Dije yo.

—Si, no estaba mal..pero sabes que quiero? —Se acercó peligrosamente a mi y tragué saliva.— Las arepas de tu madre y unas buenas cervezas.

Golpeé su hombro porque pensé que iba a decir otra cosa.

—No me esperaba eso de ti, D'Angelo. Eso no es para nada elegante. —Me quejé haciendo un puchero.

Esta vez se acercó más a mi y me tomo del mentón.

—¿Eso crees? —Su voz. SU MALDITA VOZ RONCA Y DESPACIO.

Morí en ese instante, sentía su aliento cerca de mis labios.

—Disculpen. —Dijeron detrás de nosotros, haciendo separarnos.

—¿Si? —Dijo mi chico acomodándose la corbata, era un mesero.

—Como petición de los demás clientes, para que las muestras de afecto las hagan fuera del restaurante, han presentado quejas y...

—¿Disculpa? —Dijo André un poco alto.

—Como lo oyeron señores. —El mesero era un tipo algo viejo y tenía esa cara de arrogante. —Estan causando incomodidades en el restaurant....

—¿Incomodidades a los clientes o es solo una queja suya? No estábamos haciendo nada, solo estábamos hablando cerca.

—Son novios.

Iba a replicar cuando el rubio se me adelantó.

—Si, ¿y que con eso?

—No toleramos tales abominaciones en nuestro restaurante.

La mandíbula de André estaba por explotar y temí de que se lanzara contra él y armar un escándalo, como la vez con el novio de su madre.

—Abominacion robar, matar, no me joda. —El rubio tomó mi mano y comenzó a caminar hacia dentro del restaurante, no sin antes pegarle en el hombro al mesero con el suyo.—Odio a los malditos homofóbicos. —Dijo llevándome con él a la salida, ya habíamos pagado así que podíamos irnos.

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⏰ Última actualización: Jan 04, 2023 ⏰

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