Capítulo 27 • Peter Parker

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Los arácnidos se encontraban persiguiendo a Rhyno por las calles de Manhattan, mientras que el rinoceronte hacía a un lado el tráfico, seguiendo al automóvil de Norman Osborn, intentando deshacerse de los trepa muros.

Peter saltó encima de Aleksei. —¡Que Uber tan extraño! —bromeó el arácnido agarrándose de su espalda.

—¡Bájate! —exclamó Sytsevich intentando quitarse a Spidey de encima, con poco éxito en ello.

Por muy molesto que fuera el cabeza de red, Rhyno no frenó en ningún momento, no podía dejar que Norman Osborn se le escapara de nuevo, porque de lo contrario tendría problemas con Fisk.

Miles los seguía balanceándose de cerca, aunque no tan cerca por si las dudas.

A unos cuantos metros por delante de ellos, una mujer iba cruzando la calle con un coche de bebé. A pesar del escándalo no notó al rinoceronte gigante corriendo hacia ella hasta que fue lo suficientemente tarde. Para su fortuna, Miles se dio cuenta de esto y la hizo a un lado, a ella y al coche, antes de que Rhyno casi le pasase por encima.

—¿Se encuentra bien? —le preguntó el moreno.

—Sí, gracias —le agradeció la mujer observando que su bebé en el coche estuviera bien.

Miles asintió con la cabeza y lanzó una telaraña para ir tras Peter y Rhyno.

—Aún estás a tiempo de detenerte —le diría Peter a Aleksei quien se negaba rotundamente, no por gusto propio, sino porque sabía que si de nuevo no lograba su cometido Fisk podría hacerle algo a su hija.

Spider-Man le puso una talaraña en el rostro y tomó la misma con ambas manos, usándola para guiar a Rhyno por la calle. Lo movía hacia un lado y hacia otro, esquivando los autos, mientras Aleksei intentaba quitarse esa pegajosa red de la cara.

En un momento determinado Sytsevich se subió a la acera sin darse cuenta, pues no podía ver por dónde iba. —¡A un lado, rinoceronte suelto! —exclamó Spidey dirigiéndose a los peatones que caminaban por ahí.

Miles le echó una mano y fue quitando del camino a las personas que estaban en la acera para que nadie resultará herido.

Finalmente la cuadra llegó a su fin. Aleksei logró quitarse la telaraña del rostro, no se detuvo y siguió corriendo. Buscó con la mirada el auto de Osborn y lo vio dando vuelta en la esquina unas calles más adelante.

Sabía que no lo iba a alcanzar, así que decidió acortar camino y saltó hacia un edificio. Irrumpió atravesando los cristales y recorrió con Spider-Man en la espalda todo el lobby hasta salir al otro lado.

Al atravesar la pared entró en un estacionamiento el cual atravesó sin importarle los daños. Seguido de una oficinas, y así por varios edificios más hasta que atravesó una pared y salió a la calle.

A unos cuantos metros delante, entre el tráfico iba el auto de Norman. —¡Acelera! —le dijo Osborn a su chófer cuando vio a Rhyno, y a este no le quedó de otra más que obedecer.

Rhyno ya un poco cansado de tanto correr, tomó un auto que estaba estacionado y lo lanzó hacia el automóvil de Norman.

—¡No! —exclamó Spidey, saltando de encima de Aleksei y lanzando una telaraña para agarrar el auto que en este momento surcaba los aires.

Pero antes de poder detenerlo, una manotazo por parte del ruso mandó a volar a Spider-Man contra una pared.

Peter cayó desmayado por el golpe, por lo que no logró detener el auto lanzado por Rhyno, y este acabó cayendo encima del vehículo en el que iba Norman Osborn, causando una explosión que detuvo el tráfico.

Telarañas y Flechas | Spider-BishopDonde viven las historias. Descúbrelo ahora