Capítulo 23 • Caos Multiversal (Parte 4)

579 55 14
                                    

Un portal se abrió en el Sanctorum y por él ingresó Stephen Strange, seguido por América Chávez. Un silencio ensordecedor abundaba en el santuario, no había rastro de nadie en todo el lugar, parecía estar vacío.

Pero eso no quería decir que estuvieran solos...

Pero eso no quería decir que estuvieran solos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Hola...? —preguntó al aire para saber si alguien más se encontraba con ellos. Era extraño que el santuario estuviera tan desolado, definitivamente algo no andaba bien.

—Creo que no hay nadie por aquí —habló América con suma tranquilidad, pero el hechicero no estaba en sintonía.

Strange iba a abrir la boca, cuando el crujir del piso de encima llamó la atención de ambos.

—No esperaba verte de nuevo, Stephen —exclamó una voz femenina, y conocida por ambos, asomándose por las escaleras. Era imposible no reconocerla, su cabello pelirrojo,  la diadema que hacía juego con su traje escarlata. El mencionado quedó perplejo y América igual. Esta última dio un par de pasos ocultándose tras el hechicero.

 Esta última dio un par de pasos ocultándose tras el hechicero

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Wanda... —saludó Strange a la pelirroja —No esperaba encontrarte aquí —.

—Lo sé —respondió con su clásico acento, mientras bajaba los escalones acomodándose su corona escarlata. —Si buscas a tu otro tú, lamento decirte que no lo encontrarás —.

Strange arqueó una ceja —¿Por qué, lo mataste? —acusó fríamente.

—No —respondió ella con la misma frialdad. —Encontré un universo sin un Dr. Strange. Espero entiendas que no busco pelear, pero si me atacas... Responderé —amenazó en tono fulminante, lo cual asustó un poco a América. —No tienes porqué temerme, ya no busco tu poder —le dijo a la joven —Con lo que alcancé a tomar me fue suficiente para llegar hasta aquí —.

—Esta incursión, ¿Tú la provocaste? —preguntó Stephen.

—No, hallé la manera de permanecer aquí por un tiempo prolongado sin causar problemas. Esto no tiene nada que ver conmigo —se paró jugando con sus manos, como hacía comúnmente. La tensión en el ambiente era casi palpable, pero lentamente iba disminuyendo.

Telarañas y Flechas | Spider-BishopDonde viven las historias. Descúbrelo ahora