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No importaba el tiempo, eso no quitaba que todo se sintiera tan rápido, esta misma noche Damian iba a volver a la normalidad, volvía a ser un niño de 10 años que se creía un viejo total.Todo ese tiempo compartido con sus hijos y Alfred, hasta los de la liga, estuvieron comprometidos, pero todos aceptando la decisión del murciélago de que él era capas de volverlo a la normalidad: solo.


Cuando dice "solo", se refiere a que Alfred ayudo al cuidado del menor, Tim estaba haciendo la forma de un antídoto, Jason y Dick patrullando. Su soledad era esa, sí que sí.

Hoy era uno de esos días que quería disfrutarlo solo, junto a Damian.


Un día que quería disfrutar con su hijo. Claro está que invito al trío, pero se negaron a asistir.

El niño vestía un busito rojo y un pantaloncillo de mezclilla, nada que llamara la atención, en cambio, él cargaba un bigote y unos lentes de sol oscuros. Lo suficientemente discreto ara que nadie sospechara de él. Poco, pero eso bastaba para ser confundidos entre la multitud a su alrededor.


Damian, quien estaba sosteniendo su mano sin mucha gana, tratando de seguirle el paso al adulto, dando grandes zancadas, el pobre niño tenía que dar tres pasos para hacer uno de su padre. Era gracioso verlos, el pequeño enfurruñado de la vida y su cuidador totalmente absorto en la multitud, vigilando que no haya peligro al redor; Uno nunca sabe lo que puede haber en un parque de diversiones. Peor sí se trata de Ghotam.

Bruce se detuvo, dio un último vistazo alrededor y luego paso toda su atención a su hijo, quién respiraba agitado por todo el drama que pasaba frente a él. Mucha multitud para un lugar tan simple.


Bruce suspiro, tratando de convencerse de que a Damian le fascina el lugar y no todo lo contrario.


Varias veces había querido traer al niño a un parque, pero este siempre negándose con la escusa que era lugar para niños, cosa que él afirma que no es.


Bruce río bajito en tan solo recordar a su niño terco y testarudo.Recuerda las veces en dónde tuvo la oportunidad de cargarlo en brazos. Tan liviano y pequeño entre sus manos, a pesar de sus diez años, ese sentimiento de calor en su pecho no cambiaba.

Pestañeo un par de veces para volver a concentrarse en el pequeño de su hijo.— Como dijiste, un niño debe venir al parque— sonríe con picardía, sabía lo mucho que le enojaba a Damian, él trató que le daban ahora que era más consiente de sus acciones.

El pequeño soltó la mano del mayor para cruzarse de brazos.Su labio inferior sobresalía en un puchero tan infantil. Diablos, algo tan inapropiado para un Alghul: decía.

— Pero no soy un niño— Bruce lo miro aún con su sonrisa, el juego lo tenía ganado, su pequeña riña por fin estaba llegando a su final ahora que él tenía fundamentos para hablar. Pero todo lo que pintaba ser una victoria se fue al vacío cuando Damian continuo:— Ellos si son niños.— farfullo Damian señalando a un pequeño que parecía de unos seis años. El niño cargaba entre sus manos un peluche y con su otra mano libre sostenía con una sonrisa la mano de su madre, tras de ellos un hombre robusto y alto que pareciera ser el padre de la criatura. Eran una familia unida en un paseo común en sus vidas.

Bruce no entendió al principio, pero cuando se fijó en quienes rodeaban al niño entendió a lo que se refería. El pequeño que señalo su hijo parecía de buena familia, una como en las propagandas, donde todo se veía perfecto, el niño sonriente y dos padres amorosos. Carajo, eso era un sueño para cualquiera.Miro a otra dirección, la misma imagen, otra vez, una pequeña familia con dos niñas, otro lado, un niño sonriente corriendo entre las atracciones, risas y jadeos.

Una pequeña bolita de odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora