Donde en una noche de tragos un Tae borracho le propone matrimonio al famoso empresario Jung, quien de paso sería su jefe la próxima semana para ayudar con su tesis.
"- Murphy me aplicó un hechizo para que yo fuera su sucesor. "
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× Colores de cab...
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El menor no se encontraba contento,si había algo que lo caracterizaba era el ser un poco posesivo con sus novios y aunque Hoseok no lo fuera todavía, no le gustaba mucho el hecho de que en su primera cita mucha gente se estuviera interponiendo o llamando la atención contraria, pero además de eso el tipo desde que lo vio no le dio buena espina, contrario a como su mayor usualmente lucia siendo un hombre imponente y cualquiera diría que podría destruirte la vida con un chasquido de dedos, ahora se mostraba con la mirada baja y temeroso, o eso es lo que podría distinguir Taehyung, lo que de verdad le hirvio la sangre fue ver cómo casi lo besa, no obstante HoSeok se apartó sorprendido ante su acercamiento por lo cual no logró su cometido.
— Hola hyung, ya volví — saludo ignorando olímpicamente a la presencia del otro muchacho —. ¿Bailamos? — pregunto y Hoseok estuvo a punto de responder sino fuera por el chico naranja.
— Disculpa, pero estoy hablando con él ahora mismo y él no desea ir contigo en este momento ¿verdad, Seok?
— Yo...
— ¿Perdón? ¿Quién demonios te crees para poner palabras en su boca? Además, ¿cuál sería la razón por la cual MI novio no querría pasar tiempo conmigo?
Las palabras del menor si lograron dislocar un poco a Seung que hasta ese momento pensó que aquel niñato era un simple aparecido que por culpa de la cara de su traumado ex novio había pensando que lo estaba acosando, sin embargo Seung no se consideraba aquello, jamás estaría arrastrandose por un hombre pero si por su cartera y contactos. En este caso, pensó que por como habían sido las cosas de Hoseok este no había superado su ruptura, sin embargo de por sí ya había intentado sacarle información de que hacia allí, ahora lo entendía mejor.
El mayor analizó al niño que lo miraba como un perrito rabioso, recordandole haberlo visto en algún lado pero sin acordarse por completo, debía admitir que él era un muchacho hermoso.
— ¿Son novios? Vaya, al fin pudiste avanzar Seok — hablo después de un minuto recibiendo la mirada asustada del hombre. —, aunque cuéntame como fue su historia, ¿te ofreció dinero a cambio de soportarlo? O mejor aún, se arrastró como perr-
