capítulo diecinueve.

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Los siete días siguientes fueron eternos para Rodrigo. Cada minuto. No podía sacar a Iván de su mente. Todas las cosas que habían ocurrido.

Debía estar preparado para lo que sea que fuese a ocurrir. Acomodó su uniforme azul marino, colocó el gorro negro que Iván le había obsequiado sobre su rizado cabello, y se dirigió al centro comercial.

-"Llegaste temprano"- dijo el encargado con las llaves en sus manos, comenzando a abrir el local para la jornada del día.

-"Sí, desperté temprano y no me pude volver a dormir"- dijo con una risita. En realidad apenas si había podido conciliar el sueño durante la noche.

La jornada laboral empezó. Rodrigo trataba de mantenerse ocupado tanto como le fuera posible para alejar todos los pensamientos que tuvieran que ver con Iván, pero era inútil. Cada figura humana que ingresaba al local, él la veía inmediatamente, esperando que se tratara de él. Pero no era así. Hacía rato había pasado el horario del almuerzo y él no aparecía. Tenía hambre, sí. Pero nada que no pudiera soportar.

-"¿Por qué tenés que tardar justo hoy?"- susurró más para mí mismo que para ser oído. Los minutos y las horas pasaban y lo que más temía se hizo realidad. Era la hora de cierre de MusicWorld. Un nudo se formó en su garganta.

El encargado tenía listas las llaves para asegurar todo. Rodrigo le pidió por favor que se tomaran quince minutos extras ese día alegando que debía ocuparse de un papeleo. Él recordaba aquella vez que Iván había llegado justo minutos antes del cierre. Tenía la esperanza de que eso volviera a ocurrir. Pero una vez más no fue así.

-"Quince minutos. Perdón, no puedo esperar más"- dijo fríamente el encargado,apagando las luces que iluminaban el salón. Rodrigo quedó devastado. Él no había ido después de todo. Micaela y Camila lo observaron preocupadas.

-"Capaz le surgió algo y no puedo venir"- dijo la rubia tratando de darle alguna especie de consuelo a lo que sea que el chico estuviera sintiendo en ese momento.

-"Andá a tu casa. Necesitás descansar. Ni siquiera almorzaste"- dijo ahora la morena, afligida. Pero Carre no emitió sonido alguno. Ellas se despidieron de él simpáticamente y se marcharon. Ahora sólo quedaba él y su vacío.

¿Por qué? Esa pregunta se repetía una y mil veces en su cabeza. ¿Por qué? Era el segundo sábado que Iván no aparecía en el local. Rodrigo comenzaba a sentir un horrible ardor en la boca de su estómago cada vez que pensaba en ello.

Tercer sábado sin rastro de él. ¿Acaso había echado a perder todo e Iván jamás volvería a dirigirle la palabra?

Cuarto sábado. Rodrigo se encerró en el baño durante toda su hora de descanso -"¿Acaso una promesa no vale nada para vos?"- susurró, sentado en el frío piso del baño con sus brazos alrededor de sus piernas.

Quinto sábado. Mica vio lo destrozado que estaba Rodrigo por la ausencia del chico y colocó una mano en su hombro para darle su apoyo. Pero él se quitó rápidamente con una expresión de ira en su rostro. Ya no era el chico alegre de siempre. Sólo estaba ahí, respirando con su mirada enfocada hacia la nada.

Sexto sábado. Ya no podía soportarlo. No podía simplemente pararse detrás de un mostrador con una estúpida y falsa sonrisa y fingir que todo estaba de maravilla cuando no era así.

Ese día, inmediatamente luego de acabar su turno, tomó su abrigo y se fue del lugar con prisa, sin siquiera dirigirles la palabra a sus compañeras.

Cruzó el estacionamiento y luego la plaza continua. No sabía exactamente lo que estaba haciendo. No podía pensar con claridad. Sólo sabía que estaba dejándose llevar por cada una de sus emociones. Caminaba deprisa. El frío del invierno se colaba por sus huesos. Él estaba sumido en sus pensamientos, pero era consciente del camino. Ese camino. Estaba yendo directamente hacia la casa de Iván. No tenía otra opción. No era como si pudiera verlo en otro lugar, o tuviera su número telefónico.

Dejó salir una sarcástica risa cuando cayó en la cuenta de sus acciones. El pibe no quiere verte y vos vas hasta su casa. Bien Rodrigo, sos un genio. Pero necesitaba una respuesta o jamás volvería a conciliar el sueño adecuadamente por las noches.

El lugar no era lejos. No tardó mucho en llegar. Sin mencionar que el bombardeo de pensamientos lograba que se mantuviera lo suficientemente entretenido.

Allí estaba. Frente a esas rejas negras, cubiertas de nieve en la base. ¿Por qué había ido? ¿Qué se suponía que debía decir? Una vez más el impulso fue más fuerte y presionó el timbre de la casa. Estaba temblando. De frío, de coraje, de miedo.

Pasaron unos segundos hasta que la puerta del frente se abrió. Pudo distinguir la hermosa figura femenina y esbelta de su madre caminando hasta las rejas que daban a la acera.

-"Rodrigo"- dijo la mujer con pánico en su voz, al verlo allí, al verlo con el gorro negro de Iván en su cabeza. Era de noche y no había logrado reconocerlo hasta estar cerca de él.

De acuerdo. Era peor de lo que pensaba. Incluso la madre no se alegraba en absoluto de verlo. La mujer abrió la puerta de las rejas y Rodri se adentró un poco en el jardín para poder hablar mejor con ella. Sus figuras se veían iluminadas por un farol de la calle de luz anaranjada.

-"Buenas noches, Silvia"- saludó cordialmente. Si había llegado de repente a su casa, lo menos que podía hacer era ser educado.

-"Escuche"- comenzó titubeando pero con determinación al mismo tiempo -"Ya sé que es muy raro que me haya tomado el atrevimiento de venir hasta acá. Pero necesitaba hacerlo. No estoy seguro de qué pasó, pero me encantaría saber. ¿Podría por favor hablar con Iván?"-

Ella cubrió su boca con su mano. Negaba con su cabeza y su mirada estaba llena de algo que Rodrigo no podía descifrar.

-"Por favor. Es importante. Lo dejo en paz después de eso si es lo que quiere"- suplicó.

-"No, Rodri. No podés"- dijo con dolor en sus palabras. Se había imaginado esa respuesta. Pero no quería oírla. En verdad no quería.

-"Ese día..."- habló su madre con la voz quebrada -"Era un día de tanta niebla"- Rodrigo la observó confundido -"Las calles llenas de escarcha... pudo haberle pasado a cualquiera ¿Sabés?"-

¿De qué demonios estaba hablando?

𝙚𝙡 𝙘𝙝𝙞𝙘𝙤 𝙙𝙚 𝙡𝙤𝙨 𝙘𝙙'𝙨 ★ 𝘳𝘰𝘥𝘳𝘪𝘷𝘢𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora