🌸Omega🌸

capitulo 5. transmigración.

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Un rayo de luz se atraviesa por las cortinas blancas de las ventanas de un pequeño omega, la claridad hace que un joven de ojos verdes despierte de su sueño encantador.

El olor le es familiar, tocando las finas sábanas, dónde estaba acostado, eran suaves como la seda.

Ya no le dolía el cuerpo, se sorprenden por qué ahora los vagos recuerdos viene a su mente, y lo gracioso es que el está en su cuarto, se sienta de golpe mirando las paredes decoradas de su habitación, todo en orden como lo había dejado ayer..

Se supone que lo que le pasó fue ayer, aunque está seguro que no fue así.

Se tocó la cara lentamente su cuerpo, pues recordando los besos y toques que están llegando en su mente como una serie de grabación de películas que ponen en los cines

Tenía sus ojos cerrados, aún venía esos recuerdos, para asegurar algo que lo dejo más helado y muy avergonzado fue como el de cabellos rojos, estaba haciendo lo que menos imagino.

Ahogo un pequeño jadeo en su garganta, discriminado mentalmente por recordar esa escena no poco agradable.

Si fue agradable, fue genial.....

Retiro la sábana de sus piernas y bajo sus pantalones, creyendo que el alfa dejo alguna marca, mirando su pequeño miembro  que este parece recobrar vida, por lo que pensaba, es que imagino la boca del alfa tragando lo que dijo que era como una fruta.

-Eres un pervertido-.

Se regaño así mismo por imaginar tales cosas, dejando de revisarse, para salir del lecho y preguntarse que fue lo que pasó.

Solo siente un leve malestar en su nuca, lleva su mano derecha y toca esa área, siente un papel suave en aquel lugar, es un parche la cual se usa para controlar las feromonas.

Respiro profundo se encaminó al baño para lavar su cara, lo que se fijó en la trayectoria era que la mesita, había una molde y varias toallas pequeñas parece estar limpias, se usan para bajar la fiebre, algunos medicamentos.

Se miró en el espejo, todo normal reviso su cuello, no había nada.

Recordó cuando que el alfa rubio cenizo, besaba su cuello, lamiendo y susurrándole a su oído.

Tocó esa área también dónde mordió, su cuerpo se eriza recordar esas sensaciones, que sacudieron su cuerpo en una forma extraña.

Esos momentos el se desmayo no sabia que había pasado, solo quiere saber que paso, por qué más aya que quiere recordar no hay nada en su memoria.

Cuando salió del baño se topo con una de las llaves de casa, llevando lo que había visto en la mesa.

-Bueno días joven midorya-

Saludo con amabilidad dándole una sonrisa, ver al chico despierto la puso aliviada.

-Bueno días Nana-

Devolvió el saludo para caminar a su ropera en busca de ropa.

-Me alegra verle, con buenos ánimos, y me siento tan feliz ya el joven midorya, ya dejo ser un niño ahora es todo un señorito-

La señora halagaba al pecoso pues, ahora que tuvo su primer celo, llega a la edad que pronto tendría que estar en la lista de comprometerse con un alfa.

-Quiero preguntarte algo importante-

Cerro la puerta del ropera con algo de fuerza, asustando a la señora por su reacción, y es que su rostro no estaba como cuando salió del baño, estaba muy serio.