~5~

68 15 8
                                    

Nuestro turno había terminado y mis sentimientos no podían ser más confusos.

Pensé en sus palabras una y otra vez, analizando su pequeño susurro con mi nombre, comparándolo con las hirientes palabras que me dio esa noche.

No debería preocuparme tanto, pero es como si me hubiese olvidado completamente de donde estábamos, un manicomnio.

Como si dentro de esos gritos, esos lamentos, esas personas que solo necesitan ayuda psicológica, quisiera buscar algo de esperanza.

Eran las 6 de la mañana, estábamos de camino a mi departamento en el auto de 8cho y a pesar de su charlatanería, no podía escucharlo.

Estaba pensando, rebuscando, confundido, totalmente inquieto de si podría trabajar en ese lugar.

Sentía que me estaba haciendo mal, que tal y como dijo 8cho en su momento, podría obsesionarme fácilmente, y con algo que ni yo mismo entiendo.

Como un fantasma, como una voz que decía en mi oído hacer esas tonterías que al avanzar por las puertas de la salida, se iba calmando poco a poco, pero ese sentimiento extraño seguía ahí.

¿Que había ocurrido? ¿Por qué actúe tan extraño? ¿Por qué su voz seguía retumbando en mi interior como un cálido fuego?

Estaba perdiendo la cabeza poco a poco y mi única salvación era salir de ese trabajo, pero no quería abrir los ojos, no quería entender, no quería pensar en nada más, ni siquiera en ese extraño personaje con el que arriesgue mi profesionalidad, ¿Acaso quería liberarlo? ¿Verlo? ¿Tan solo su atención? ¿Alguna explicación?... aún no lo tenia claro.

Habíamos llegado fuera de las puertas que llevaban a mi único rincón en el mundo. Aún con la cabeza volando en mis pensamientos, me baje, despidiéndome de mi compañero, el cual podía notar su mirada preocupada.

Camine solitario hasta el viejo elevador, subiendo por él hasta llegar a mi pequeño piso.

Pase por el corredor, el cual parecía más grande que lo normal.

Mis pies arrastrándose mientras mi mente no despertaba del todo, sintiendo un pequeño dolor de cabeza.

Llegue a mi puerta agotado, como si derrepente hubiera notado el peso de mi propio cuerpo.

Cerré la puerta, casi de un golpe, para después caer rendido en mi sofá.

...

Vicios, pequeños momentos de mi vida que al final me llevaron a la auto destrucción.

No podía llamarlos placer, no lo hacía realmente por eso, si no por una distracción, un respiro entre un montón de problemas que tenía. ¿Se le puede denominar a eso placer?

8cho me convenció de llevarme al psicólogo en su momento por mi depresión, obviamente evitando que lo pusieran en mi hoja de vida para que no me dieran de baja en mi profesión.

Tenía la pequeña espina que 8cho ya había sufrido algo parecido, pues conocía al doctor desde hace bastante y... no tendría realmente razones para que su familia lo conociera, de igual manera, ¿Que más da?

Pero, ¿Que me llevo a la depresión en primer lugar? ¿Tiene que haber realmente una razón para ello?

Si, ocurrieron cosas malas en mi vida, así como que a corta edad tuve que observar cosas que no le deseo a nadie, al igual que ingerir sustancias o solo pelear con personas con las que ahora debería tener paz, pero no puedo.

Pero dudo mucho que eso me haya llevado al bucle de vicios, nah... era por mi soledad, mi tranquilidad, mi miseria.

Algo que mucha gente quiere es ser independiente, yo, en verdad nunca lo hubiera hecho sabiendo el poco tiempo que le quedaba a la persona más importante de mi vida.

Total Madness (Farcus) [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora