Capítulo 3

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Comencé a abrir los ojos poco a poco, oliendo el agradable olor del té recién hecho y la luz que se colaba entre las ventanas iluminaba el cuarto en el que estaba.

Me levanté rápidamente de la cama al no reconocer tal lugar, sin embargo, al levantarme una señora mayor con una sonrisa cálida entró a la habitación con una taza de té en sus manos. Esta se acercó a mí tranquilamente, dejando la taza sobre la mesilla de noche junto a la cama.

- Tranquila pequeña, no voy a hacerte daño. - Dijo con un tono suave, haciendo que me calmara un poco, lo suficiente como para mantener una conversación.

- ¿Quién es usted? ¿Dónde estoy?

La anciana simplemente sonrió y se sentó sobre la cama, dando palmaditas a su lado para que me sentara junto a ella, lo cual hice con desconfianza.

- Me llamo Madam Ping, te traje hasta mi casa para que pasaras la noche tranquila y con una buena cama donde dormir. - Dijo, parecía amable, me trataba con amabilidad como si fuera su nieta lo cual me hacía sentir como en casa. - No pareces ser de aquí, ¿de donde eres?

- S-soy de Snezhnaya, vine sola hasta aquí para buscar un sitio para estar a salvo... - Prefería no contarla mi problema con los fatuis, de todos modos, tenía que mantenerme escondida hasta que se enfriara el caso.

- Bueno, Liyue es un lugar tranquilo donde podrás vivir en paz. El Lord Geo nos protege desde las montañas para que vivamos una vida plácida. - ¿Estaba en Liyue? Entonces debía ir desde aquí hasta Sumeru como indicó mi padre, pero quedarme una temporada no sería malo. - Vi que tienes una visión, ¿me permites? - Dijo extendiendo su mano para que la dejara ver la visión, lo cual hice en silencio, quizá ella sabría como utilizarla.

Estuvo inspeccionando la visión electro durante un rato, viendo los detalles de oro que la rodeaban. Después de aquello, me invitó a desayunar junto a ella, donde continuamos hablando tranquilamente; se ofreció a darme cobijo y enseñarme a manejar tanto la visión como un arma para que pudiera defenderme e ir a explorar por Liyue.

Me explicó como era la vida en esa nación y me trataba como a una hija, dándome ropa y enseñándome los distintos sitios entre la ciudad. Ella me dijo que siempre llevara conmigo mi visión por si pudiera ocurrir algo aún que no pudiera controlar aquel poder.

Pasaron unos meses después de llegar a la nación de los contratos; Madam Ping me enseñó a manejar el mandoble junto a mi visión, mi manejo del arma no era perfecto pero era lo suficientemente bueno para poder matar algunos hilichurls.

Un día me levanté de la cama para comenzar a hacer algunas tareas que me había mandado hacer Madam Ping, así que me preparé rápido, agarré mi mandoble y salí de la casa, yendo a toda velocidad saliendo de la ciudad hasta la posada Wangshu, donde tenía que entregar algunas cajas con teteras de cerámica dentro las cuales llevaba en mis brazo y que, milagrosamente no se me habían caído.

La señora Verr me esperaba junto a su gato Bigotes, los cuales pude conocer con antelación gracias a la anciana.

- Pareces cansada, ¿otra vez corriendo desde Liyue hasta aquí? Ese entrenamiento debe de ser muy duro.
- Dijo divertida, posando sus codos sobre el mostrador y mirándome con una sonrisa amigable.

- No no, solo no quería hacerte esperar por el encargo, además así puedo conseguir parte del Mora por hacer de repartidora. - Me limpié el sudor de mi frente con el brazo, suspirando ya con más aire en mis pulmones.

- Te mereces una recompensa por hacer buen trabajo aún siendo tan pequeña, ¿por qué no bajas y le pides a Yanxiao un plato de tofu de almendras? Madam Ping me dijo que te gustaba. Ah, deja las cajas aquí, ya las colocaremos después no te preocupes. - Hizo una señal para que dejara las cajas al lado del mostrador, a lo cual acepté con gusto y me fui a recoger aquel plato.

El tofu de almendras era una de las especialidades de la posada y al parecer, yo no era la única interesada por ello aquel día.

Al recoger el tofu y hablar un poco con el chef subí a la planta más alta de la posada para poder comer y disfrutar de las vistas, pudiendo ver los hermosos paisajes que Liyue ofrecía.
Antes de que pudiera si quiera hundir mi cuchara en el tofu escuché un sonido de alguien callendo desde alto hasta quedar detrás de mi, de pié con la mirada fija, no en mí, sino en mi plato.

- Parece que al final Madam Ping si que accedió a entrenar a un ser humano, aún que no me extraña viniendo de ella. - La misma voz que me habló o intentó hablar esa noche estaba detrás de mí. Era afilada, como si de cuchillas se tratase, pero no me giré para comprobarlo.

- Entonces, ¿tú fuiste quien me encontró? - Pregunté, no lo había visto antes por la ciudad ni alrededores, por lo que me pareció raro aquel gesto.

- Sí, es mi deber proteger la ciudad y por ende, la gente que contiene. - Dijo decidido para después sentarse a mi lado, o mejor dicho, dejando un sitio de distancia entre ambos.

- Entonces, por lo que me has dicho, debes de ser un adeptus como Madam Ping o Preservadora de Nubes, ¿no? - Todo aquello me lo enseñó mi nueva maestra mientras la veía fabricar teteras en su puesto.

- Sí, pero me sorprende que una cría tan pequeña que no es de este lugar sepa tanto y haya conseguido una visión que no es de aquí. - Debió de darse cuenta de que estaba huyendo de algo y mi capacidad para retener información con facilidad, después de todo, se me "adiestró" para eso.

No tuve más remedio que contarle lo que pasó en Snezhnaya y de por qué huía de allí, pareció entenderlo y se compareció de mí como si de una presa se tratase.
Poco después me pidió parte de mi tofu diciendo que estaba hambriento y antes de que se fuera pude sacarle algo de información, aún que fue muy poca.

- Antes de que te vayas, ¿cómo te llamas? Para recordarlo si nos cruzamos de nuevo.

- Xiao, y si nos vemos asegúrate de traer tofu de almendras contigo, se me hará más fácil hablar contigo así. - Y dicho eso desapareció sin dejar rastro, como una ráfaga de viento.

Tras aquel pequeño encuentro volví a Liyue y le conté a Madam Ping sobre Xiao, la cual me contó su historia y el por qué siempre estaba solo. Me dio pena pero al fin y al cabo así es la vida, llena de injusticias y crueldad. Sabía lo que se sentía al perder a alguien importante... Un mejor amigo.

El tiempo pasaba rápido, los días se convertían en meses, y los meses en años, llegando así al día de hoy.

Después de cinco años, Madame Ping me inscribió en el gremio de aventureros para que pudiera explorar con más libertad Liyue y a la vez conseguir Mora para comprar los recursos que necesitase, así pudiendo por fin explorar el mundo libremente, aún que  Aliona no estuviera conmigo. Cuando volviese a Snezhnaya acabaría con los fatuis en su nombre y me encargaría de que los niños de aquel orfanato no fueran victimas de aquella organización nunca más.

A medida que pasaba el tiempo, conocí a mucha gente, entre ellos una adeptus entrenada también por la misma maestra, Yan Fei y gente también con visiones como Ganyu, Xinqiu y Hu Tao, aún que esta última no me terminaba de causar buena impresión ya que me decía que sentía que algo grande se iba a cernir sobre mi persona y que, por si acaso, debería reservar un funeral con ella.

Un día me encontraba caminando por las calles de Liyue como era normal, hasta que a lo lejos volví a verles...
fatuis, que para mi mala suerte no venían solos.

Sabía que este día llegaría, pero no me esperaba que fuera tan pronto y además, en una nación donde no eran bienvenidos.

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Aquí tenemos el pasado de nuestra querida prota, y quien sabe, algún día llegará a Sumeru? No se sabe jeje

Lo de siempre, dejad lo que querais comenrar y vuestras ideas por aquí y darle una estrellita si os ha gustado, lo cual me ayuda mucho <3<3

Hasta la próxima!!

No way back (Il Dottore)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora