No way back (Il Dottore)

Capítulo 11

- ... Eres un imbécil. - Odiaba admitirlo, pero se me hacía divertida esa faceta de él. Siempre vacilandome a cada oportunidad que se le daba.

- Pero eh, soy tu amigo imbécil. - Aclaró, soltando una carcajada mientras nos alejábamos del puerto y nos dirigíamos hacia la casa de Madam Ping.

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Al llegar el día me desperté, me arreglé y comencé a hacer mi bolsa de viaje para ir finalmente a Sumeru; también estaba contenta de poder pasar este Rito del Descenso con Zadith, pero el irme a vivir a otra nación y comenzar de cero de nuevo me hacía sentirme extremadamente nerviosa.

Al terminar de guardar mis cosas, me acerqué a Madam Ping, quien me había preparado una pequeña caja con comida para mi viaje, con una expresión triste en mi rostro; me dolía alejarme de ella, alguien que me acogió sin pensarlo dos veces y me enseñó todo lo que sé ahora, alguien a quien consideraba mi familia.

Antes de que si quiera decir una palabra, ella solamente me abrazó y suspiró.

- Por favor, prométeme que cuidarás de ti misma y no correrás peligros innecesarios... - Decía mientras me acariciaba la espalda con sus manos callosas. -...  Y por favor, escríbeme de vez en cuando... No hace falta que sea todos los días, pero me gustaría saber qué estás bien...

Asentí ante sus peticiones, mordiendo mi labio para intentar evitar que mis lágrimas mojaran mi rostro.
No pude decir nada, mas solo un tenue "adiós" escapó de boca. No me había ido todavía, y aún así ya la echaba de menos.

Agarré mi bolsa junto a la caja que Madam Ping me había preparado y caminé con un paso un tanto inseguro hasta salir de la casa.
Los días anteriores aproveché para despedirme de todos mis amigos aquí en Liyue (incluyendo a Tartaglia) para hacer nuestra partida mucho más rápida. Solo quería que mis seres queridos estuvieran a salvo de los Fatui, y aquello sería más fácil conmigo lejos de ellos...

Caminaba por las calles de Liyue a solas mientras observaba a la gente con alegría e ilusión mientras celebraban la festividad que hoy se acontecía. Caminaba despacio a pesar de haber quedado con Zadith frente al lugar donde descendería el Arconte Geo para dar sus bendiciones a la gente de Liyue, quería disfrutar de mis últimos momentos de paz en mi hogar de acogida y de crianza...

Y finalmente... llegué.
La gente se estaba reuniendo alrededor del insciensario, no tan cerca claro para dejar comienzo al ritual. Viendo el ambiente, me quedé casi hipnotizada viendo a la gente tan alegre y emocionada; ancianos, adultos y niños, esperando impacientemente a que sus deseos sean cumplidos por el Rey Geo. La señorita Ninguang estaba por empezar con el ritual cuando alguien posó su mano en mi hombro, dándome un pequeño sobresalto. Al darme la vuelta, Zadith tenía una sonrisa agridulce con la que me saludaba para después decirme:

- Quedamos en la plaza del Ritual para reunirnos y no te dignas a buscarme, me ha parecido un gesto muy feo. - Escuchando esto, solamente pude suspirar y mirar hacia otro lado.

- Simple: me quedé mirando el lugar y se me olvidó lo que tenía que hacer.

- Entiendo... Bueno, recuerda que cuando termine el Ritual del Descenso nos vamos a Sumeru. Hay un barco comercial que zarpará dentro de unas horas en dirección al Puerto Ormos, podemos tomar ese barco e ir tranquilamente o ir a pié. Personalmente puedes elegir lo que quieras, a mí me es completamente indiferente.

- El Puerto Ormos... Me gustaría visitarlo la verdad, pero primero debería buscar al a-

No pude terminar mi frase dado que el ritual comenzó, y con ello, las cosas fueron cuesta abajo. De un momento a otro nos encontamos corriendo por las calles de Liyue hasta el puerto.
Todo sucedió muy rápido... El cuerpo de Rex Lapis estrellándose contra el suelo, la gente entrando en pánico, la Geo Armada empezando a controlar quien entraba y quien salía y después, Zadith agarrándome de la mano, comenzando a correr lo más rápido que podía sin mirar atrás.

Al llegar al puerto, nos dimos cuenta de que la Geo Armada no estaba dejando salir a los barcos del puerto por los recientes acontecimientos.

- Mierda.... Joder... - Zadith murmuró para si mismo al ver como el barco que supuestamente nos iba a llevar al Puerto Ormor estaba siendo vigilado por varios soldados. Se giró a verme, su rostro mostraba cierto desconcierto a la vez que un aire pensativo. - Vamos a seguir corriendo, no vamos a ir por la Sima, demasiado arriesgado... Hay que hacer otro recorrido...

Dicho esto no tardó en comenzar a correr de nuevo sin soltar mi mano en ningún momento como si no quisiera perderme entre las masas de gente que se encontraban en cierto estado de pánico y estrés.
Corrimos hasta alejarnos de la ciudad, con suerte evitando a los soldados de la Geo Armada que vigilaban las entradas y salidas.
Cuando nos encontramos fuera de peligro dejamos de correr y simplemente seguimos caminando.

- Ya me puedes soltar. - Comenté, sacudiendo su mano hasta que me soltó.

- Querrás decir gracias. Si no te hubiera agarrado seguramente te habrías perdido en la multitud. - Me miró de reojo, esquivando por completo mi comentario. - Y hasta me hubieras echado en falta si llego a irme sin ti.

- Ya quisieras, pero no. - Mientras caminabamos, me quedé pensando en silencio por unos momentos. - ¿Cuál es el plan?

- Atravesar el Valle Maderero rodeando la Sima y entrar a Sumeru por la Colina Gandha.

- Algo me dice que ya lo tenías planeado. - Fruncí el ceño; no creía que él se esperase que algo similar iba a ocurrir.

- En mis viajes siempre tengo un plan B y un plan C, ya sabes, por si acaso.

- Aja...

- Una semana. - Soltó de repente. - Vamos a tardar una semana.

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HOLAAAA

Resucité de entre los muertos jajaja.
Feliz año nuevo!!
Also, hace no mucho fue mi cumpleaños, así q este es mi regalito para ustedes, un nuevo cap.

Quiero continuar la historia pero cuesta mucho, has pocas ideas y tengo muchas cosas que hacer, intentaré que esto se mueva un mínimo y responder a los comentarios

Ahora sí, espero q os haya gustado y hasta el siguiente cap, se os quiere mucho!! 🫶🫶🫶