Capítulo 6

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Estuvimos durante un rato más hablando entre los dos, compartiendo anécdotas y hablando sobre Snezhnaya. Me contaba que habían cambiado muchas cosas y que, con su trabajo, ha podido viajar a través de las naciones, pudiendo conocer a gente nueva.

Pasaban las horas y rápidamente comenzó a oscurecer, por lo que nos despedimos y cada uno nos fuimos por un lado diferente.
De camino a la casa de Madam Ping (o más bien, donde se encontraba su Relajatetera), me topé con Yan Fei, mi mejor amiga desde que llegué a Liyue gracias a nuestra querida anciana.

- Hey, Jereni. ¿Qué tal va todo? - Comenzó a caminar junto a mí con su sonrisa típica de todos los días. - Te he visto hablar con un chico, ¿quién era?

- Todo bien, gracias, y solo es un amigo, nada más. - Sonreí por su curiosidad, a lo que ella llevó sus manos a su cintura.

- ¿Segura? Parecía muy coqueto. - Me miró con una sonrisa traviesa, a lo que solo rodé los ojos. - Puede traerte problemas~.

- Sabes que no quiero nada de eso, además, no termino de fiarme por completo, no confío en él, pero intento llevarme bien para precisamente no meterme en más problemas del que ya tengo encima. Además, necesito hablar contigo, es algo serio.

Yan Fei cambio su semblante divertido a uno más sereno, entendiendo la importancia del asunto. Caminamos en silencio hasta casa, donde la invité a entrar y nos dirigimos a mi habitación. Ya dentro me senté en mi cama mientras que ella se sentó en una silla en frente de mí.

- Después del Rito del Descenso me iré a Sumeru, no puedo seguir quedándome aquí. - Me quedé cabizbaja. No quería mirarla sabiendo que esa decisión era bastante reciente, aún que el plan inicial era ese, cuando llegué aquí por primera vez decidí quedarme y olvidarme del tema.

- ¿Y cuando pensabas decírmelo? ¿No éramos amigas íntimas? - Frunció el ceño, se notaba que estaba confusa.

- Sí, lo somos, pero ha sido una decisión de último momento. - Hice una pausa, soltando un pequeño suspiro. - Los fatui saben que estoy aquí y no quiero meteros en problemas.

- No, vas a volver a huir, sigues teniendo miedo. - Debí tomarla por sorpresa o en un mal momento ya que comenzó a ponerse a la defensiva. En todo el tiempo que llevo junto a ella, nunca la había visto así. - Tienes que luchar, ahora manejas tu visión y un arma, puedes defenderte, pero parece que prefieres huir de nuevo. - En este punto exploté, tenía demasiadas cosas encima, me abrumaba el hecho de que mi vida estaba en riesgo, de que mis padres adoptivos y mejor amiga probablemente estuvieran muertos.

- ¡¿Y qué si quiero huir?! ¡Soy consciente de que tengo miedo, pero NO soy rival para ellos! ¡Moriré si sigo aquí con tu estúpidas ideas de luchar contra ellos! - No sabía lo que estaba diciendo; la ira llevaba las riendas de mis palabras, lo cual haría que más tarde me arrepintiera de todo aquello. - ¿Sabes qué? Nunca debí haberme quedado aquí, de hecho, me arrepiento profundamente ahora que va a ser el lugar de mi puta muerte.

Después de decir eso, Yan Fei se levantó, me dedicó una mueca de asco y se fue del lugar, dejándome sola en mi cuarto. Sabía que no pensaba así en lo absoluto y todo lo que dije era mentira, pero cuando uno está enfadado no piensa en lo que dice.

El resto de la noche me quedé dando vueltas en la cama sin poder dormir, me atormentaba la ira y el arrepentimiento, solo podía dejar pasar las horas con la imagen de la discusión en mi cabeza, ahora sin ya poder hacer nada para arreglarlo por ahora, era mejor dejar que se enfríe en un poco el asunto antes de meter el dedo en la llaga.

Pasaban los días y Yan Fei evitaba todo contacto conmigo, por otro lado, comencé a entablar una "amistad" con Tartaglia. Quedábamos en el Salón del Té para hablar y pasar el rato; sorprendentemente era más amable de lo que pensaba.
Me contó que conocía al consultor de la Directora de la Funeraria 'El Camino' y que eran buenos amigos, pero como lo contaba sonaba más a que el señor Zhongli lo usaba por su dinero.

Fuera de Liyue ciudad, tanto los fatui como campamentos de hilichurls aparecían con más frecuencia, causando que recibiera más misiones del gremio para encargarme de ellos, lo bueno es que aquello para mí era Mora fácil de conseguir.

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Todavía quedaban un par de días para el Rito del Descenso y todo seguía igual: Yan Fei evitaba hablarme todavía, los encargos del Gremio de Aventureros se acumulaban por la aparición de tanto Fatui como hilichurls y terminaban las últimas preparaciones para la festividad.

Hacía unos días que no me reunía con Childe ya que tenía mucho trabajo, por lo que el tiempo que tenía libre lo pasaba visitando a otros amigos de Liyue como Xinqiu o Ganyu (aún que esta última estaba muy ocupada también) o explorando la nación, visitando poblados y acampando en el campo.

Me encontraba caminando por una zona peligrosa a las afueras de la ciudad.
Los casos de apariciones de Hilichurls por la zona habían causado el cierre de las vías comerciales por la zona, por lo que me encargaba de terminar con aquellos monstruos para poder abrir de nuevo aquellos caminos.
A lo lejos pude distinguir una pequeña carpa con una persona en ella, al lado de un campamento Hilichurl, así que decidí acercarme para comprobar si la persona estaba bien.

Al llegar a la entrada de esa pequeña carpa pude ver bastantes libros por el suelo abiertos con algunas páginas marcadas con líneas remarcando algún que otro texto y ahí, sentado, se encontraba un joven aparentemente de mi edad leyendo aquellos libros.

Llevaba puesto las ropas de un erudito, no era la primera vez que veía uno, pero que estubiera tan cerca de un campamento de monstruos era muy peligroso. Pude fijarme en que llevaba un ojo tapado con vendajes, mientras que el otro era de un color marrón rojizo, con ojeras de seguramente pasar sus noches en vela. Tenía el pelo ondulado y azulado que me recordaba al de uno de los amigos de Xinqiu, Chongyun se llamaba si no me equivoco, y su complexión era delgada.

Su aspecto me resultaba familiar pero lo dejé pasar por el momento.

- Hey, no deberías estar aquí. Es peligroso acercarse tanto a un campamento hilichurl. - Le dije, pero para mi sorpresa, ni si quiera se molestó en apartar la mirada de sus libros.

- Eso me trae sin cuidado. Si me molestara ya me habría ido. - Bufó con un tono entre molesto y despreocupado. - Además, ¿nunca te han dicho que es de mala educación interrumpir a alguien mientras lee?

- Lo siento por eso, pero voy a tener que pedirte que desmontes tu carpa y acampes en un lugar más seguro que este. - Me quedé cruzada de brazos, mientras que él rodó los ojos y cerró su libro, levantándose y acercándose a mí. Por lo visto, era más alto que yo.

- No vengo desde Sumeru para que una aventurera cualquiera de por aquí vaya mandándome y diciéndome donde puedo acampar y donde no, así que, si me permites, continuaré con mis estudios en este mismo lugar.


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WUUUUUUUUUU

Nuevo capítulo, nuevos personajes, el salseo abunda señores, no se lo pierdan.

Nos vemos en el siguiente capítulo, chaoo!

<3

No way back (Il Dottore)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora