MIKE
Otra vez no. La sentía temblar en mis brazos. La cargué en mis brazos y coloqué frente a mí en la motocicleta. Aceleraba y desviaba cuanto coche podía para llegar al hospital y ver que su médico la evaluara.
-Aguanta Alexa, no cierres los ojos- dije pero no conseguí respuesta.
La había visto forzarse por hablar pero ningún sonido salía de su boca. El temor en su rostro se acentuó más al intentar un par de veces y no obtener resultado. Había estado moviéndose entre mis brazos pero ya no. ¿Estaba dormida?
-Alexa, llegamos, ¿despierta?- dije volviéndola hacia mí para cargarla y lo que me encontré alarmó aún más -¡Médico por favor! ¡Doctor White!- gritaba como enajenado por los pasillos del hospital.
-¡Mike!- me volví y vi a Mel corriendo tras de mi - ¡Alexa! ¡¿Qué pasó?!- dijo llevando sus manos a la boca sorprendida.
-¡Por favor Mel! ¡El Doctor White!- dije desesperado sintiendo como Alexa se volvía más pesada en mis brazos.
Aún estaba débil, recién recuperándose de lo vivido y saliendo del coma y ese bastardo. Maldito. Llegué hasta la habitación de Alexa y volví a colocarla en su cama. Quité de ella toda su ropa mojada y veía el hilo rojo que dejaba la sangre que corría por su nariz. Me hice de una bata que hallé en el armario de la habitación y la vestí. Recorría su pequeño cuerpo con la mirada una y otra vez. Acaricié su rostro suavemente.
-¿Mike? ¡Pero qué demonios pasó aquí!- dijo sorprendido y asustado el doctor.
-Debemos hallar al responsable. Su nombre es Jake y es la ex pareja de Alexa. Él estuvo aquí. La buscó. Ella se negó y la llevó por la fuerza- expliqué a resumidas cuentas.
Era lo más importante que debía saber. El resto sería aumentar más el morbo que ya tenía toda la situación.
-Llama a Mel, hay que estabilizar a Alexa, luego veremos con la policía como ubicar y hacer pagar al tal Jake-
Sin más decidí abandonar la habitación en busca de Mel. Los gestos del doctor mientras examinaba a Alexa no me dejaban para nada tranquilo.
-¡Mel!- dije agitando las manos para llamar su atención -Lo siento mucho Mel- dije viendo que estaba en su descanso en la cafetería -El doctor te necesita, hay problemas con Alexa-
Abrió sus ojos y se levantó de la mesa abandonando todo lo que estaba haciendo. Con su bocado a medio comer caminaba detrás de mí con paso acelerado. Estuve tentado de preguntar por qué no corría.
-No puedo correr- decía con el bocado de comida en la boca.
Vi cómo se forzaba a tragarlo y se hizo a la carrera conmigo hacia la habitación de Alexa.
-¡Mel! ¡Ayúdame! ¡Pronto!- dijo White mientras luchaba por sostener a Alexa.
-Convul...- no pude terminar la palabra cuando sentí un par de brazos empujarme fuera de la habitación.
-Espere aquí. Saldremos a darle un informe cuando se estabilice la paciente-
Asentí sin decir nada y me recargue contra la pared con la cabeza en las manos. Eso era malo. Que Alexa estuviera así era malo. Maldición. ¡No quiero perderla Dios!
-¿Hijo?- oí a mi padre acercarse.
Levanté la mirada y los vi con mi madre viéndome fijamente y eso culminó con la fachada de hombre fuerte.
-La pierdo papá. Mamá- mi voz quebrada y dolida acompañada por las lágrimas fue todo.
Mi madre corrió hacia mí y me abrazó conteniéndome como sólo ella siempre supo hacerlo. Acariciaba mis cabellos mientras mi padre sujetaba mi mano con fuerza.
-Todo saldrá bien hijo, lo verás, ten fe- decía mi padre sin soltar mi mano.
-¿Por qué papá, por qué hay personas tan malditas que se dedican a lastimar y matar?- musité cayendo contra la pared junto con mi madre y golpeando el suelo con el puño.
-No te hagas daño hijo. Alexa te necesita sano y fuerte- tomó mi rostro entre sus manos y besó mi frente -Todo estará bien, estamos aquí, a tu lado, siempre-
La espera se hacía eterna, veía entrar y salir enfermeros y ninguno llegaba cerca de nosotros. Siquiera Mel salía para preguntar novedad de Alexa. Me consumía poco a poco. ¿Qué le habría pasado? ¿Sería la lluvia?
-Hijo, no te ves bien- dijo mi madre posando su mano sobre mi frente.
-Déjame ver- oí decir a mi padre -¡Mike! Vamos a la enfermería-
-No me...- intenté luchar contra mi padre pero la debilidad se hizo presente y un fuerte mareo me dejó sin sentido y caí sobre su pecho.
-¡Mike! ¡Mike!- oía lejana la voz de mi madre llamando.
Los párpados me pesaban y sentía mi cuerpo arder y adolorido. Unos brazos me cargaron y sentía que me despojaban de mis ropas. Mis ropas. Había quedado con las ropas mojadas. De seguro y un buen resfriado era el responsable de mi estado. Quería abrir los ojos pero no pude seguir soportando y caí profundamente dormido.
-¡Alexa!- exclamé despertando con las gotas de sudor cayendo sobre mi frente.
-Hijo, por favor, cálmate y descansa. Alexa está estable, lograron controlar sus convulsiones y está mejor- explicó mi madre con su paciencia divina.
-Tu madre tiene razón ¡Deja de hacer tonterías y arriesgarte! Cómo piensas cuidarlas si te descuidas tú- reprochó mi padre.
-Lo siento mucho- contesté apenado.
-Ahora explícame, qué demonios pasó que Alexa y tú terminaron en estas condiciones- pidió mi padre más calmado luego de que mi madre lo fulminara con su mirada.
-Jake- dije dubitativo.
-¿Jake?- repitió mi padre viéndome con una ceja elevada -¿Quién es Jake?-
-Es la ex pareja de Alexa. La había maltratado reiteradas veces. Ella lo dejó. El volvió a reclamarla y ella lo rechazó. Estábamos en la habitación y se apareció y comenzó a querer dar a entender que el la cuidaría. Cuando Alexa lo vio su rostro se transformó, se puso pálida, dejó de hablar, tal como lo hacía mi madre- cerré los ojos intentando dejar de lado aquello.
Sentí las manos de mis padres sobre las mías y continué con el relato.
-Y el tal Jake ¿Qué pasó con él?- preguntó mi padre.
-No lo sé. Quedó allí inconsciente- encogí mis hombros como si no fuera importante.
-¿No han llamado a la policía aún?- dijo mi madre.
-Mamá ¿Cómo iba a hacerlo si estoy aquí?- sonreí al ver su rostro.
- Llamaré a la policía. Vuelvo enseguida-
Mi padre salió fuera a hablar con la policía. Su expresión preocupada me dejó intranquilo.
-Todo va estar bien amor- susurró mi madre acariciando mi mejilla -Al menos la fiebre ya bajó.
-Quiero verla- suspiré.
-Después- dijo mi padre con tono severo -La policía viene en camino. Ese tal Jake levantó una denuncia en tu contra. Llamaré a Denis. Necesitaremos un abogado- terminó diciendo antes de abandonar la habitación.
-¡Maldito!- gruñí apretando las cobijas de la cama.
-Calma hijo- decía mi madre sosteniendo mi mano.
-¿Por qué mamá? ¿Por qué inocente paga por pecador?- dije viendo como mi madre se acercaba a mí abrazándome con fuerza.
No supe por qué. Pero algo me decía que eso era tan sólo el inicio de la venganza de Jake.
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Aprendiendo a vivir
General FictionCada uno de nosotros reacciona de distinta manera a los estímulos que nos brinda el mundo. Cada persona tiene emociones diferentes, lo que puede ser el fin del mundo para uno puede ser el inicio de algo mejor para otro. Eso es lo que está aprendien...