Ver a Jake en el hospital realmente me había sacado fuera de foco y de todo uso de razón, estaba totalmente desencajada, quería huir, quería gritar y llorar, todo había vuelto como una oleada de memorias que habían estado queriendo salir y me había llevado años cerrarlas bajo llave en lo profundo de mi mente.
-¿Alexa?- oí a Mike susurrar acercando tímidamente su mano hacia mi rostro.
La manera en que reaccioné era la razonable para mí, no así para él, el estado de shock en el que me había sumergido me había dejado muda, al sentir su mano acercarse automáticamente la rechacé de una bofetada, sentía mi respiración agitada, mis ojos desorbitados y el corazón queriendo salir de mi cuerpo. Lloraba, lloraba como una niña débil suelta en medio de lobos, aquellos recuerdos me devorarían y no podía hacer nada por salvarme, sólo podía sujetarme de mis piernas pegadas contra mi pecho y llorar.
-¿Alexa? te haces daño, debes soltar tus piernas, Alexa, por favor-
Oía a Mike repetir asustado y ansioso junto a mi cama pero mi cuerpo no obedecía, se negaba a soltar mis piernas.
Veía que me hacía daño, sentía el gusto metálico en mi boca, la sal de mi sangre corría por mi garganta pero ni aun así podía salir de mi estado patético de autocompasión. Me volví hacia Mike y estaba alejado pero atento a lo que podía llegar a suceder.
-Llamaré al doctor- dijo mientras se acercaba a la puerta -No me tardo nada-
Quería decirle que se quede, que no me deje, que tenía miedo, de mí misma, de él, de lo que sentía.
-¿Alexa?-
-¿Jake?- balbuceé.
-¿Por qué eres así amor? ¿Qué mal te he hecho para que estés así?-
Se aproximaba lento, jamás se había ido, estaba allí, todo este tiempo. Sentía abrirse dentro los candados que encerraban mis temores y lo sentía recorrer mi cuerpo estremeciéndolo a su antojo. Seguía sin poder moverme, con paso firme y la sonrisa que lo caracterizaba se acercaba hacia mí.
-¡Aléjate!- grité y salté de la cama arrancando los últimos cables que tenía conectados a mi cuerpo.
-No lo hagas de la manera difícil cariño- dijo tomándome de los hombros.
-¡Déjame!- sollocé reuniendo la poca fuerza que tenía en mi rodilla para golpearlo en su entrepierna.
El mareo apenas me permitía moverme pero continué caminando aprovechando los segundos que me daba de ventaja mi pequeño golpe. Veía como los enfermeros me miraban consternados, sentía dolor en el brazo del cual salía un hilo de sangre del lugar donde tenía conectada el suero.
"Corre Alexa, pero no podrás escapar, ¿recuerdas?"
Mi mente se burlaba imitando la voz de Jake riendo y canturreando esas palabras. Debía huir, mamá, te necesito, lágrimas, dolor, ahogo en el pecho, no, no, no, otra vez.
-No- grité mientras caía de rodillas.
-Cállate y tranquila levanta ese culo del piso y muévete- susurró al oído mientras con una sonrisa falsa explicaba al enfermero que se acercaba a nosotros que fue un mareo el que me había provocado la caída.
-¿Señorita? ¿Se encuentra bien?-
-Sí, volveré a la habitación, creí que estaba lista para caminar pero me equivoqué- contesté con toda la tranquilidad que pude sintiendo la presión de su agarre en mi brazo.
-Bien, informaré al doctor White para que vaya a observarla, acompáñela por favor- culminó diciendo antes de retirarse el enfermero.
-No se preocupe, queda en buenas manos, ¿no amor?-
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Aprendiendo a vivir
Ficção GeralCada uno de nosotros reacciona de distinta manera a los estímulos que nos brinda el mundo. Cada persona tiene emociones diferentes, lo que puede ser el fin del mundo para uno puede ser el inicio de algo mejor para otro. Eso es lo que está aprendien...