Capitulo 17- Grandes Mentirosos

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Johanna se encontraba con Alex y Eva. En la sala del pequeño departamento de ambos hermanos. Johanna estaba llorando entristecida, y solloza les decía,

—Es como una maldición. Austin esta muerto y aún así nos sigue haciendo la vida imposible—

—Loca, y si no es Austin—, dijo Eva. Johanna la vió confundida pero Eva trato de explicarle más detallada su conclusión. —Claro loca. Los muertos no tienen poder sobre los vivos. Alguien esta detrás de todo esto. Con todo esto que nos acaba de contar, de que el muchacho este Edwin termino con su novia, el otro el tal Dayv ese fue despedido de la disquera con la que trabajaba, entonces ahora tu video, y la amiga tuya esa Estrella con VIH—

—Si. Pero no le vayan a decir a nadie nada de esto, y menos sobre los de Estrella, por favor—

—Descuida—, dijo Eva.

Alex solo escuchaba, en silencio, era lo que siempre hacía, andaba pensando en sabrá Dios que cosa. Johanna se veía triste y Eva preocupada por la situación, ella quería mucho a Johanna, y aunque ella le importaba una mierda lo que pensara la gente, la verdad es que Johanna no podía de dejar pensar en todas las cosas horrible que le han dicho su familia, en especial su papá. Alex, de un brinco, se levantó del sofá y dirigiéndose a la puerta dijo,

—Bueno, mmm...iré a la tienda, ¿quieres algo Eva?—

—No esta bien—, exclamó ella.

—Bien, al rato nos vemos—

Se marchó, tirando de la puerta haciendo que sonara bien fuerte. Johanna se levantó y con una preocupación desmedida y un desánimo, le dijo a Eva,

—Creo que yo también me voy—

Eva la interrumpió y dandole un susto gritó, —¡Ay!, déjame decirle a Alex que me traiga un helado de chocolate—

—¿Y para eso tienes que gritar?—, dijo Johanna desconocido su actitud repentina.

El teléfono de Alex sonó sobre el sofá donde estaba sentado, se le había olvidado allí. Eva y Johanna escucharon el sonido y ella con un quejido dijo,

—¡Mierda Johanna, corre llévaselo, te da tiempo alcanzarlo!—

—Estas loca—, dijo Johanna haciendo una cara de rechazo.

—Ve Joha, porfa, corre—, dijo tomando el teléfono de su hermano y poniéndolos en manos de la chica.

A Johanna no le quedó de otra más que tomar el teléfono y llevárselo. Pero lo hacía con mala gana, sin ánimos.

—¡Gracias mi amor bello!—, gritó Eva sonriendo, a ella se le hacía gracioso que había terminado por convencerla.

Más sin embargo, Johanna camina de forma indispuesta, esperando no alcanzarlo y regresarse a su casa, ya que sus ganas de estar fuera de ella eran mínimas. Pero para su suerte, Alex no había salido del edificio, se encontraba con un amigo.

Johanna baja, y lo ve, él también la mira y como si nada le dice, —¿Que paso?—

—Se te olvido esto—, dijo entregándole el teléfono en la mano.

Johanna se sorprendió al ver que él amigo de Alex, ya lo había visto antes, pero su cabeza estaba tan estresada que no podía recordar nada.

—¿Te pasa algo?—, preguntó Alex, viéndola confundido, sin entender porque veía a su amigo así.

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