Capitulo 3- Pajaro sin Jaula

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Pasaron unas semanas. El verano había llegado a su gran extremo. Temperaturas en Nueva York en los noventa grados. Estábamos en la playa, mi familia y yo. También estaban con nosotros, Edwin y Katy. El paisaje era un poco deprimente. La playa de Coney Island en Brooklyn no era ni la minima copia barata de mi país. Estábamos todos bajo dos sombrillas que hacían sombra. Comiendo y tomando. Erica, mi hermana le hacía una sección de fotos a Katy con su teléfono. Debo resaltar esto, y es que Katy es la típica amiga de cuando van un grupo de amigos a un restaurante, nadie puede comer hasta que ella tire todas las fotos necesarias. Y si salíamos a algún lugar, sus fotos no podían faltar.

Fue un día increíble, la calor provocando nuestros saltos al inmenso mar. Nos tomamos muchas fotos, casi todas las tomé yo. Le tomé a Katy, a Johanna, Edwin junto a ella, ella y yo, Katy con Erica y así. Pasamos unas seis horas en la playa aquel día, corriendo en la arena y majándonos en el mar. Todo marchaba de lo más normal hasta que cuando llego el momento de irnos, Edwin me pide que hablemos un momento a solas, lo cual me encontré extraño y rápidamente pensé en que se trataría de Johanna, no se porque pero pensé eso y acepté.

—Hermano, porque diablos Johanna tiene que mandarle fotos a Eliza de nosotros. Oyeme, lo bueno es que Eliza no le esta dando importancia a eso, pero dónde Eliza vea una foto de nosotros besándonos ya no lo voy a poder seguir negando—, me dijo molesto.

—¿De que hablas bro?—, le pregunté confundido. No tenía idea de lo que me hablaba.

—Hace unos días comenzaron a enviarles fotos de Johanna y mía a Eliza—

Eliza era su novia, que vivía en República Dominicana y con la cual ya llevaba varios años de relación. Él siguió hablando,

—Cuando fuimos el otro día al parque, la vez que estuvimos aquí en su casa con sus amigos Eva y Alex, Estrella y Austin. ¿Te acuerdas?. Ese día también—

—¿Y que es lo que le dice?—

—Que Johanna y yo estamos juntos, que sigo con ella por lastima, que a quien yo amo es a Johanna y no a ella. Incluso le dijo que yo le iba a comprar un teléfono nuevo y me iba a mudar junto con ella—

—Enserio—, pregunté sorprendido.

Comencé a pensar en porque rayos Johanna haría eso y que estaba ganando con eso.

—¿Estas seguro hermano que es Johanna?—, le pregunté inseguro.

—Que si hermano. ¿Quien más haría algo así?, ¿o eres tu?—

Me sorprendió que dijera eso, hasta risa me causó, y así me reí delante de él.

—Yo la quiero mucho hermano—, me dijo, —Pero amigos solamente, yo a Eliza no la voy a dejar por ella. Johanna es muy bipolar y aún no sabe lo que quiere con su vida—

Edwin tenía razón en todo, pero aún no encuentro motivos del porqué Johanna haría eso, si ella me decía que no quería nada con Edwin y que solo lo veía como un amigo con derechos, como él la veía a ella. Todo era confunso porque...¿Y si en verdad era Johanna?.

Esa tarde Edwin se fue sin esperarnos, pidió su uber y se marcho sin decirle nada a nadie más que a mi. Al pasar las horas, me encontraba en mi casa, tenía la toalla en mano, iba de camino al baño cuando mi mamá me preguntó, —¿Papi qué pasó con tu graduación?, ¿si la harán?—

Esa pregunta me revolvió un montón de sentimientos que tenía en el pecho. Con todo el dolor de mi alma tuve que responderle,

—Me dijeron que se hará, pero en linea, no tendré una graduación presencial—

Hace unos meses empezó una de las peores plagas en el mundo, un virus que acabo con la vida de muchos y cambio la de los que quedamos aquí. Cerraron todos los lugares públicos y inició el distanciamiento social. Eso causó que todos los estudiantes que se graduaban ese año como yo, no tuvieran el sueño por el que muchos luchas, la satisfacción de su último año tener la ceremonia que los corona de orgullo al escuchar su nombre ser mencionado delante de sus familiares y alumnos, y el poder decir que lo lograron.

InfelicesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora