IX.

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Luna Páez

Pablo y yo nos despedimos de los hermanos González y entramos a casa. Mi hermano ya se había duchado después del entrenamiento, así que mientras que hacia la comida yo aproveche a ducharme, porque después que el canario me tirara a la piscina no tuve tiempo para ducharme. Me di un baño con agua fría, me vestí cómoda y baje a la cocina para ver como iba Pablo.

- ¿Qué tal va?- le pregunté sentándome en una de las sillas de la mesa
-  Yasta. Toma- me dijo poniéndome un plato de arroz con pollo frente a mi
- Gracias- le dije mientras que el se sentaba en la silla que había frente a mi
- Oye, ¿podemos hablar de anoche?- me dijo y se llevó un bocado a la boca
- ¿Tiene que ser ahora?- le dije sirviendo un vaso de agua
- Si. Antes no tardamos ni cinco minutos en contarme todo lo que te pasaba- me respondió con un tono de decepción
- Estas cosas son diferentes- le dije yo llevándome el arroz a la boca
- ¿Por qué?- me pregunto
- Por que estoy enamorada de tu mejor amigo- le dije haciendo que le saliera una sonrisa increíble y segundos me diera cuenta de lo que había soltado
- Porfin, porfin te escucho decirlo. Enana llevas enamorada de él desde hace meses, aunque tu te autobencieras que no, yo siempre supe que lo estabas- me soltó haciendo que me saliera una pequeña sonrisa
- Como te gusta tener la razón- le dije riendome
- Porfavor dime que ayer hablasteis de esto- me dijo dandole un sorbo a su vaso de agua
- Lo que es hablar hablar no- le respondí riéndome de nuevo
- No me asustes- me dijo sabiendo a qué se refería
- No malpienses. La cosa es que cuando baje a por el móvil aprovecho para leer mi diario y hay ponía todo lo que sentía por él- le dije haciendo que casi se atragantarse con el pollo
- No se ni para qué me sorprendo, si es Pedri- me respondió riendo
- La cosa es que le pille, estaba muerta de vergüenza pero de la nada me beso- le dije y solo el tenedor de golpe
- Joder, porfin da el puto paso- solto como para el pero en voz alta y luego me dijo- ¿despues te dijo algo sobre sus sentimientos?
- Si. Me dijo que era mutuo, que todo lo que sentía por él era mutuo- le respondí con una sonrisa por recordar ese momento
- Lo sabía y el cabron nunca me lo admitía- me respondí haciendo que nos viésemos los dos
- Bueno yo mejor no me rio por que yo tampoco lo admitía- le dije
- Oye, luego cuando salgamos con Fer y tu amorcito no quiero ninguna cosa que todavía se me hace extraño hasta pensarlo-  me dijo levantándose a levantar la comida
- Tranquilo no haré nada, no quiero aparecer en todos los lados, bastante tengo contigo- le respondí riéndome
- Bien visto hermanita- me contestó

Cuando terminamos de comer Pablo se quedó jugando a la play, mientras que yo me quedé en mi cama leyendo un libro. Me encantaba leer, me hacía escapar de todo mi alrededor haciendo que me adentrará en una historia paralela. Leer me hizo saber todo sobre el amor, pero igualmente no pude escapar del cliché de enamorarme del mejor amigo de mi hermano. Leer tenía muchas partes buenas pero yo siempre le vi una mala, esa cosa era darme cuenta lo mucho que me podía doler el amor. Siempre que pasaba algo malo en la historia que leía lo pasaba fatal, así que no me quería imaginar cómo pasaría si algo malo pasara en mi historia, en mi historia de amor. Supongo que esa fue la razón más grande de mi miedo al amor y de admitir mis sentimientos.

Hacia las seis de la tarde los maravillosos hermanos Gonzalez vinieron a recogernos a casa, habíamos quedado para dar un paseo. Todo el viaje hasta aparcar tuve una sensacion rara, tenia la sensacion que ese paseo no iba a salir bien, pero no me parecía una sensación fuera de lo normal, ya que siendo unos futbolistas del FC Barcelona habían decidido dar un paseo por el malecón de la maldita playa de Barcelona. A pesar de que fuera la hermana de un futbolista, lo mío no era la gente, me daba igual hacer caso a unas personas pero cuando empezaban a ser muchas empezaba ese agobio que no me dejaba respirar. Mi hermano y Pedri iban tapados con la capucha de la sudadera pero era completamente inutil, se les reconoce muy fácilmente. Logre despreocuparme por unos minutos y fuimos a comprar helados.

Mis fotografías favoritas [Pedri González]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora