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XXV.

Pedri González

Abrí los ojos, tenía todo el cuerpo sudado, me temblaban las piernas, y todo por una pesadilla, en la cual pasaba lo mismo que horas antes pero con la diferencia de que Luna ya no recuperaba el pulso. La pesadilla se me hizo como si hubiera dormido durante cuatro días, pero al mirar la hora solo había pasado una simple hora y media. Gracias a ese horrible sueño me di cuenta de tres cosas; la suerte que había tenido Luna al volver a la vida, las secuelas que iba a dejar en todos nosotros ese accidente y por último, Liam. Yendo a la última cosa, Liam también había sufrido el accidente, y no habíamos escuchado su nombre ni una sola vez, nadie sabía cómo estaba. Los hermanos Páez seguían dormidos, así que aproveché para ir al mostrador a preguntar por el mejor amigo de mi novia. ¿Pedro González Lopez preocupándose por él? Pues sí, aunque os sorprenda. Liam es una persona muy importante para Luna y encima lo que ha pasado no es una chorrada, podría estar muerto y nosotros sin saberlo.

- Hola, buenas- le dije a la chica del mostrador en un tono bajo por las horas

- Buenas, ¿en que puedo ayudarte?- me pregunto bastante cansada

- Mira, hace unas cuantas horas han traído a mi pareja a este hospital por que ha sufrido un accidente de coche, pero ella no estaba sola en el coche, su mejor amigo era el conductor y pues me gustaria saber como se encuentra, no he sabido nada de él- le dije con la voz un poco entrecortada, me costaba mucho hablar del accidente, era nombrarlo y notaba como mi corazón se encogía. Ella empezó a teclear y a buscar cosas en el ordenador

- Su nombre es Liam, ¿verdad?- me dijo, pero lo dijo en un tono que no me gusto mucho, el tono que puso era de tristeza o preocupación

- Si, es él- le respondí yo, mientras que pedía al universo de que el estuviera vivo

- El esta bien, ya ha despertado- me dijo haciendo que todo mi cuerpo se relajara

- Menos mal- dije yo en bajito

- Si quieres puedes ir a verlo, se ha despertado hace un rato

- ¿No hay nadie en su habitación?- le pregunté extrañado, me extraña que no estuvieran sus padre ni nada

- No- me respondió con cara de poco amigos

- ¿Qué habitación es?- le pregunté

- La del final del pasillo- me respondió ella un poco más animada

- Muchas gracias- le dije y fui hacia la habitación

El pasillo se me estaba haciendo eterno, no podía ver el final. Intentaba mantener la calma pèro no podia, tenia miedo de como me lo iba a encontrar, de cómo iba a reaccionar, de cagarla por hablar antes de pensar, de cegarme por los celos y de repente empezar a culparle por el accidente, aunque sabía perfectamente que él no tenía la culpa, el solo quería ayudarla, él solo quería llevarla al maldito partido. Después de andar todo el pasillo, llegué, llegué a la habitación y toqué tres veces la puerta.

- Adelante- escuché decir a Liam,así que abrí la puerta

- Hola Liam-le dije mientras que entraba por la puerta

- ¿Pedri?¿Qué haces aquí?- me pregunto sorprendido mientras que observaba su cabeza vendada, el corazón de su cuello,y la escayola de su brazo

- Venía a saber cómo estabas- le respondí mientras seguía mirando cada uno de los rasguños que tenía en el cuerpo

- Que gracioso, ahora dime la verdad. ¿Vienes a culparme de el accidente?¿a decirme lo mala persona que soy?- me dijo el poniendo los ojos en blanco

- Te he dicho la verdad, he venido ha saber como estabas y no, no te voy a culpar, aunque no sepa lo que ha pasado, sé que nunca pondrías en peligro de esa manera a Luna- le conteste, lo vi impresionado pero feliz a la vez.