No era uno ¡sino dos! Y ya venían en camino... Cómo tan pronto, pensó, pero su felicidad era tal que se atrevió a sonreír como un adolescente delante de su prima.
"¿Te sientes bien?" inquirió Arya, frunciendo el ceño. Nunca lo había visto con esa expresión en el rostro. Se preguntó si realmente conocía al demonio. Al parecer, no tanto como ella creía.
Sesshoumaru no respondió, sino que salió corriendo en dirección a la cocina. Rin le daría dos hijos más, su mujer volvería a convertirlo en padre. Cuando la vio de espaldas junto al mesón, cortando cebollines y zanahorias, no pudo reprimir el profundo anhelo que tenía de abrazarla y acariciarle el vientre, de decirle que la amaba y que nunca la dejaría ir, porque le pertenecía y era suya para siempre.
"¡Amo...!" exclamó Rin, dando un respingo al sentir los fuertes brazos del demonio aferrados a su cintura. Sesshoumaru entonces la tomó del mentón para girar su cabeza y encontrar sus labios, los que besó con adoración, reclamándola de manera apasionada. Rin gimió en su boca y se estremeció al notar las grandes manos del demonio sobre sus pechos, los que comenzó a masajear por debajo del delantal de cocina que llevaba puesto, alcanzando a pellizcar suavemente un pezón.
"Te amo. Te deseo. Tanto" suspiraba Sesshoumaru contra su cuello, depositando suaves besos mientras introducía los dedos por debajo del camisón de seda, directo en su húmedo sexo. Rin jadeó con fuerza, temblando al sentir su contacto, y soltó el cuchillo que tenía en la mano. Su cuerpo respondió más pronto de lo que esperaba y, alargando la mano hacia atrás para tocar al demonio, masajeó el duro miembro por encima del pantalón, que amenazaba con rasgarse debido a la presión. Sesshoumaru gimió fuerte y, sin decir nada, apartó las cosas de un manotazo y la tumbó sobre el mesón, acariciándola suavemente mientras le separaba las piernas y le subía el camisón hasta la cintura. Rin sintió una oleada de deseo y ansiedad al oírlo respirar entrecortadamente, y casi murió de desesperación al notar la cabeza del miembro de él tentando sus ahora húmedos pliegues, sin llegar a penetrarla.
"Por favor..." le suplicó en un hilo de voz, girando la cabeza para mirarlo, con las mejillas sonrojadas y la labios entre abiertos. La expresión más sensual del mundo para él.
"¿Qué es lo que quieres, preciosa?" le preguntó, con voz grave, sintiendo su miembro palpitar, ansioso por penetrarla profundamente.
"¡Métalo, por favor!" jadeó, alzando las caderas, un tanto avergonzada por ser tan directa. "Lo quiero dentro..."
No alcanzó a girarse cuando vio que Sesshoumaru la tomaba bruscamente de una sola embestida, lo que casi le sacó lágrimas de placer. El demonio tenía los ojos entre cerrados y apretaba los dientes con fuerza, entrando profundamente y saliendo rápido, para volver a entrar hasta el fondo, aumentando el ritmo con cada penetración. Con la cara y los pechos presionando sobre el mesón, Rin golpeaba frenéticamente su trasero contra las caderas de él, sacudiéndose entera y emitiendo sonoros gemidos al comenzar a estimularse ella misma, acariciando el hinchado clítoris. Sintió las garras del demonio aferrándosele en la piel mientras la sostenía fuertemente por las caderas, impulsándola hacia adelante y hacia atrás, a la vez que jadeaba su nombre con insistencia. Las lágrimas brotaron de sus ojos al sentirse cada vez más cerca del orgasmo, y comenzó a quejarse cada vez más alto al notar las inevitables contracciones. Sesshoumaru también estaba en su límite, palpitando en el interior de ella, calentándose más a medida que iba llegando al clímax. De pronto, se dio cuenta de que en todo ese tiempo no había visto el extraño fenómeno que venía repitiéndose cada vez que tenían sexo. La tomó entonces del rostro para girarla con suavidad, y volvió a invadirlo esa sensación de alerta al observar los familiares colmillos y el rojo intenso de sus ojos delirantes, que pedían más y más. Repentinamente, la soltó al experimentar la última sacudida y la explosión de placer, que volcó en el interior de ella en forma de un líquido claro y viscoso, el cual se derramó por la entrepierna de Rin en el preciso instante en que ella alcanzó su propio placer, emitiendo un prolongado y sonoro gemido contra el mesón.
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Mi RIN
Storie d'amorees de lo que mas me encantó me encanta y además usan a una rin de 17 años Esta historia no es de mi autoría así que os dejo el link del creador así que disfruten : https://www.fanfiction.net/s/3804607/1/Hambre-de-ti