El sol proyectaba ya sus últimos rayos cuando el grupo de viajeros alcanzó la parte más profunda del bosque finalmente. La travesía les había llevado todo un día, ya que no era nada fácil traspasar el límite con el mundo mágico, menos ahora que el pozo de huesos estaba en el más absoluto desuso debido al paso del tiempo y al desvanecimiento del anterior hechizo.
"¿Estás seguro de que es por aquí?" preguntó Inuyasha, fatigado y ya sintiéndose demasiado impaciente como para soportar alguna negativa de Jaken, quien venía detrás a toda prisa.
"¡Pues claro que sí!" respondió la criatura verde desafiante, con un deje de orgullo en su chillona vocecita. "Recuerdo como si hubiese sido ayer cuando visité el Castillo junto al Amo Sesshoumaru… ¡Y te digo que éste es el mismo escalofrío que sentí aquella vez!"
"Solo espero que no haya ocurrido una desgracia. Por lo que nos contaste en la casa, el asunto es de extrema gravedad…" dijo Kagome, sintiendo un peso en el alma que se iba haciendo cada vez más agudo a medida que avanzaban.
"No creo que haya pasado nada… además, ¡ya no sean tan pesimistas! Sesshoumaru sabe cuidarse muy bien solo" gruñó el híbrido, apresurando la marcha y obligando a los otros a ir más rápido, pero de manera precavida.
"Sí, pero igual estoy preocupada por la bebé. ¡Y pobrecita Rin! Debió de estar aterrada al enterarse de lo ocurrido…" volvió a suspirar Kagome, llevándose las manos a la cabeza. "Es cierto que tu hermano es muy poderoso, pero no puedo evitar pensar en que tal vez…"
Pero no alcanzó a terminar la idea, pues Inuyasha se había detenido de golpe y ahora olfateaba el aire de manera insistente con la anticipación subiéndole por las venas. El ruido apenas y había sido percibido por Jaken cuando una expresión del horror se dibujó en el rostro de Kagome.
Habían sido descubiertos, no le cabía la menor duda.
"Ni se les ocurra moverse…" masculló Inuyasha y comenzó a acercarse al lugar desde donde provenía el movimiento. Tragando el nudo que tenía en la garganta, se dispuso a sacar el cuchillo con el que venía armado y, justo cuando lo puso frente a la cara de su oponente, un ahogado grito de mujer interrumpió la tensión del momento, trayéndolos a todos a la realidad.
"¿Inuyasha?" había preguntado un azorado y sorprendido Sesshoumaru, ocultado a Rin inmediatamente a sus espaldas al reaccionar ante el peligro. "¿Qué demonios haces aquí?"
"¡Amo lindooooo!" salió gritando Jaken desde atrás, con los brazos abiertos y los ojos llenos de lágrimas mientras corría hacia Sesshoumaru. "¡No le sucedió nada, qué alivio!... ¿Y tú, niña, cómo te encuentras?"
"Señor, Jaken… qué susto" dijo Rin, recuperando finalmente los colores del rostro. Había estado a un paso de abalanzarse contra Inuyasha sin importar las consecuencias.
"¿Por qué están todos aquí?" volvió a preguntar Sesshoumaru, dirigiendo una gélida mirada a su indiscreto sirviente. "¿Qué les dijiste, Jaken?"
"Oye, oye, oye, espera un momento… El enano solo quería ayudarte y fue desesperado a buscarnos porque creía que estabas en problemas" intervino Inuyasha, tratando de aplacar el mal genio de su orgulloso hermano. "Así que mejor bájale a la agresividad, ¿quieres?"
"No pretendíamos entrometernos, Sesshoumaru. Lo que pasa es que quedamos muy preocupados con la historia de Jaken. Yo insistí en que debíamos venir…"
"Eres muy amable, Kagome, pero de verdad no tendrían que haberse molestado" le dijo Rin, tomándola cariñosamente de las manos. Se le notaba la angustia en el rostro y en el temblor de sus delgados dedos, aunque sus hermosos ojos brillaban y sus mejillas estaban teñidas de un rubor encantador que le recordó a Kagome otro tipo de situación. Tal vez no se equivocaba, a juzgar por lo mal abrochada que tenía la blusa y por el atuendo poco usual de Sesshoumaru…
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Mi RIN
Romansaes de lo que mas me encantó me encanta y además usan a una rin de 17 años Esta historia no es de mi autoría así que os dejo el link del creador así que disfruten : https://www.fanfiction.net/s/3804607/1/Hambre-de-ti