(P1) 𝕰𝖑 𝕮𝖔𝖓𝖙𝖗𝖆𝖙𝖔

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"Ni el amor es una Jaula, Ni la libertad es estar solo. El amor es la libertad de volar acompañado, es dejar ser sin tratar de poseer" (Mi granero)

Una nueva mañana surgió en el Reino de Yharnam. En una habitación cómoda y especial para la huésped que como tal, era Armelle; quien yacía dormida en la cama, abrigada de pie a cabeza con más de una sabana sobre ella, de rosado pastel con diseños dorados finos. En cuanto despertó, parpadeó más de una vez, mirando a su alrededor preguntándose 《 "¿Donde estoy?"》. Al levantarse, solamente miro a su alrededor algo asustada hasta que entró enseguida una de las sirvientes del palacio.

S1- ¡Oh, finalmente despertó, jovencita! ¡Samantha, comunícale a su majestad Damon que la señorita ya ha despertado! -Dijo aquella joven plebeya levantando la voz a su compañera, la cual no pensó dos veces para ir a comunicarle al rey-

Armelle- ¿Su majestad Damon? -Dijo confundida y perdida en lo que sucedía-

S1- ¿No sabe quién es? ¿Usted no es una duquesa o Dama de algún reino cercano? -Preguntó la sirvienta, sirviéndole un chocolate caliente a la chica para que siguiera recuperando el calor-

Armelle- Em, gracias. Yo, ¿Dama? No, no, yo soy una princesa...-Dijo algo tímida ante la sirvienta que era más sociable-

S1- ¿Una princesa? ... ¿Qué hace una princesa lejos de su reino? -Preguntó con sorpresa mirando a la pelinegra que se le notaba tímida-

Armelle- Bueno, yo...

Enseguida la puerta se abrió, la sirvienta solamente quedó en silencio al reconocer los pasos. Se trataba del rey que hizo acto de presencia y Armelle solamente se le quedó viendo con algo de timidez, ya que de todos modos se trataba de un joven como tal y no de un señor al que tenerle confianza como si fuese su padre, graciosamente.

Rey Damon- Querida Liliana, retírese. -Dijo ordenándole a la sirviente quien solo hizo reverencia y obedeció sin decir nada-

Una vez quedando a solas, el joven coronado se acercó a la cama y simplemente se sentó a los pies de la chica pelinegra que solo permanecía callada.

Rey Damon- ¿Cómo te sientes? -Dijo con sumo cuidado en su voz, quizá para darle más calma a la chica que estaba asustada de la situación-

Armelle- Aun tengo frío, pero el chocolate sabe bien...-Dijo tomando sorbo a sorbo dicha bebida caliente-

Rey Damon- Bébelo con calma. Te encontré inconsciente en mi territorio, el doctor dijo que gracias a la ropa que llevabas pudiste mantener el calor en la nieve y, gracias a mí, como siempre, logré encontrarte antes de que esa ropa perdiera la capacidad de ofrecerte calor.

Armelle- Muchas gracias...-Decía con timidez-

Rey Damon- La pregunta es...¿Qué hace una princesa tan lejos de su reino nativo? Y sí, escuché la conversación que tuviste con Liliana. -Dijo mirándola fijamente mientras cruzaba los brazos-

Armelle- Quería llegar a Eisbär. -Dijo al instante, ya sintiéndose más en confianza de alguna manera-

𝑴𝒐𝒏𝒂𝒓𝒄𝒂 𝑨𝒛𝒖𝒍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora