𝕯𝖔𝖈𝖙𝖔𝖗𝖊𝖘 𝖉𝖊𝖑 𝕮𝖗𝖊𝖕𝖚𝖘𝖈𝖚𝖑𝖔

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"La enfermedad es el resultado no solo de nuestros actos, sino de nuestros pensamientos" (Mahatma Gandhi)


        Como era de esperar, Sognatore, Yharnam y Eisbär no eran los únicos reinos conocidos hasta lo que llevamos de historia. La aparición de un misterioso príncipe en los campos de girasoles más allá del pueblo en las afueras de Sognatore solo era el inicio de un viaje incierto. La dirección en que los girasoles miraban era, de hecho, la dirección del reino cuya fama tenía de ser un infierno disfrazado de paraíso. En este florecían árboles de cerezos, el palacio era una mansión gigante de distinguida arquitectura, mientras que la ciudad tenía edificios italianos tal cual Venecia. También era un reino que poseía la popularidad de generar oro a través de la tierra donde crecían los árboles de cerezo, aunque esto aún no se comprueba por la realeza que gobernaba este reino. Ya que mientras Sognatore perdía el brillo que tenía después de la pérdida de su rey, este reino comenzaba a generar su brillo a partir de las amistades que, por extrañas razones, se convertían en enemigos.

Los ciudadanos de campo cuentan leyendas sobre este extraño fenómeno donde los aliados pasaban a ser enemigos. Una de esas historias dice que el Rey Rafael, un ancestro que había tenido la corona en este reino, fue maldecido por una bruja con la cual tuvo un amorío. Esta antes de morir, le dejo la maldición de que, en su próxima vida, no tendría la misma suerte en el amor. Nadie sabe quién es el que carga con la maldición, pero queda la suposición de que es el origen de las enemistades entre reinos. Mientras los chismes se dan, la realeza seguía su curso, donde el mismo príncipe pelirrojo se encontraba cuidando de los animales de su jardín. Alimentaba a las aves con las semillas de girasol que logró recolectar, estando en un ambiente bastante animado y agradable.


—¡Hum... — Con expresión suave y alegre miraba a las aves comer de su mano, mientras reía por los pellizcos que estas le daban, causándole cosquillas.

—¿Dónde estabas, Nathan? Te estaba buscando ayer y no estabas en la mansión... —Dijo una voz femenina que llegaba de paso y tacón hasta el príncipe pelirrojo.

—Lamento que te haya preocupado, Abigaíl, estaba buscando semillas de girasol. ¿Sabes? Hay un campo bastante lejos de aquí, está cerca de los pueblos campesinos pertenecientes a Sognatore, es un lugar precioso. —Dijo emocionado el chico mientras la rubia lo miraba con una leve sonrisa en su rostro.

—La próxima vez avisa... Por otro lado, es peligroso que vayas solo a un sitio sin guardias, ¿acaso eres tonto? —Dijo mirándola enfadada, mientras noto la expresión del chico que fue lo contrario.

—La verdad lo soy, jajaja, no me gusta que me acompañen. Ir solo por la vida sin que te presione la realeza es bonito, la próxima te llevo conmigo. —Dijo dándole semillas de girasol a la joven rubia mientras sonreía bastante simpático.

—Bueno, si eso te relaja, me parece bien. ¿No te encontraste con alguien en Sognatore? —Dijo la rubia mientras agarraba las semillas y ayudaba a alimentar las aves junto al príncipe.

—Ahora que lo mencionas, sí. Fue bastante extraño —Dijo extrañado, pero a la vez se sonrojaba levemente al recordarlo.

—¡No puede ser, fue una chica! —Dijo al notar la expresión sonrojada del chico, ya parecía de alguna forma conocerlo.

—Pues sí, si fue una chica...—Dijo levemente apenado y tratando de distraerse con los animales de su alrededor.

—Dime cómo era, cómo es su pelo, sus ojos, si es noble o no, dime —exigió emocionada mientras dejó caer las semillas de girasol al suelo. Debido a su voz alta, las aves se espantaron y los animales se fueron corriendo, dejando al pelirrojo sin que distraerse.

𝑴𝒐𝒏𝒂𝒓𝒄𝒂 𝑨𝒛𝒖𝒍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora