{20}

1K 38 6
                                    

Olivia

-Olivia...-

-Topper, déjame en paz. No quiero tus malditos consejos. – sigo mi camino sin importarme hasta que una voz hace que me detenga en seco.

- ¡Olivia Elizabeth Thornton!

Trago grueso dándome la vuelta lentamente y la veo, mi madre mirándome con cara de que esto no terminara bien y mi hermano, también mirándome, pero en el veo arrepentimiento y tristeza en su mirada.

¿Qué hiciste, Topper?

-Mama, no creo que lo mejor sea...-

-Cierra...-lo mira – la boca, Topper. Después hablo contigo. -devuelve la mirada hacia a mi - ¿Dónde estabas?

-yo...es...estaba- me tiembla la voz.

- ¿estabas? – levanta las cejas pidiendo una explicación – con los pogues, ¿no? – le niego rotundamente - ¡No me mientas, Olivia! Tu hermano me lo conto. –

Lo miro a Topper con nostalgia, ¿Cómo pudo?

-Tu sabes quienes son los pogues, te enseñe a que ellos son clase baja y nosotros clase alta, ¿no es así?

-sí, pero...-

-pero nada. No te quiero volver a ver cerca de ellos. Son pobres, Olivia. ¿Qué va a pensar la gente cuando te vea? – levanta los brazos indignada – no quiero ni saber. – me señala desafiante con el dedo – No te vuelvas a juntar con ellos, ¿me escuchaste?

-Mama, ellos son personas como nosotros. No son malos, son buenas personas de hecho y...-

- ¡No me interesa! Ellos viven allí y nosotros aquí, así que o te juntas con los de tu clase o despídete de tus tablas de surf – la miro sin entender – siempre supe que surfeabas, te veía cuando te escapabas. Pero tu padre no me dejaba decirte nada y lastimosamente aquí no está. Así que, si no me haces caso, te despides del surf. Para siempre.

Le echo una mirada a Topper - ¿Por qué? ¿Qué te hice?

-Lo siento, Olivia. Yo no quise, enserio.

-Tu hermano hizo bien en decirme, en cambio tu – me mira de arriba abajo con repugnancia – no sé cómo eres mi hija.

Mis ojos con ese mínimo comentario ya estaban aguados y me dolía tanto la garganta gracias al nudo tan grande que sentía de en cualquier momento romperme en llanto.

-Dame tus llaves – estira su mano.

- ¿Qué? – la miro indignada – me dijiste que si me juntaba otra vez me sacabas las tablas.

-ya te juntaste, te las saco si te vuelves a juntar. Como lo hiciste, sacarte las llaves es una advertencia sobre lo que puede suceder si lo vuelves a hacer. – me mira esperando – vamos, Olivia. Dámelas.

Trago más grueso, pongo firme mi postura y la miro – no te las voy a dar.

- ¿Qué dijiste?

-que no te las voy a dar – la miro desafiante sin bajar mi vista– Desde que nací vengo aceptando tus comentarios de mierda y seguir mi camino a pesar de todas las malditas inseguridades y traumas que me generaste, pero me canse. Los pogues son las mejores personas que conocí lejos y si, son pobres, ¿Cuál hay? Por lo menos trabajan para ganarse una vida decente y no consiguen a un hombre que la pueda mantener y no hacer nada de su vida ¡como tú!

No puedo creer que haya dicho todo eso, siempre le tuve miedo a mi madre por lo que me pueda decir y siento que me saque un peso de encima enfrentándola, pero a la vez siento que no hice bien.

Edith || Outer BanksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora