Confianza [Cloud x Shulk]

13 - 𝘞𝘩𝘦𝘯 𝘵𝘩𝘦 𝘴𝘶𝘯 𝘨𝘰𝘦𝘴 𝘥𝘰𝘸𝘯.

A pesar de haber propuesto una cita doble a Ike, seguía dudando sobre si de verdad era una buena idea. Pero no podía dejarlo ahora. Shulk se veía muy ilusionado con la idea de la quedada. Quería causar una buena impresión, así que le pidió ayuda a Link. — ¿Es necesario lo del pelo?

— Sí, si no quieres que te confundan con un delincuente.

— Gracias por el resumen.

— Lo siento, pero sinceramente, la gomina no te sienta muy bien.

Link le puso el pelo como estaba antes, con algo de gomina pero menos de la que tenía antes. — Pues ya está. ¿Qué te parece?

El mercenario se miró en el espejo. Debía admitir que había hecho un gran trabajo de peluquero. — No está mal. Me gusta.

— Cabe la posibilidad de que las chicas se te tiren encima.

— No lo creo. Se irán antes por Ike, y hay posibilidades de que Marth les haga saber que es gay.

Ambos se rieron. El príncipe no era posesivo, ni mucho menos. Si veía a alguien coquetear con Ike, se acercaba al mercenario y se acurrucaba con cariño con él, para hacerles saber que el mercenario ya no está disponible.

Cloud fue a ver si Ike estaba listo. Pero cuando entró en su habitación, lo vio algo nervioso. — Eh Romeo, ¿qué te pasa?

— Estoy de los nervios, no sé ni arreglarme el pelo.

— Llevas saliendo con él desde el torneo pasado, pero parece cómo si fueras a tener una primera cita con él.

— No creo que lo entiendas. La brecha que hay entre nosotros.

El peliazul se levantó de la cama y volvió a mirar al rubio. — Somos de mundos distintos. Incluso en este mundo hay gente que nos repudia.

— No lo entiendo.

Ike suspiró. — Todo empezó antes del torneo Brawl. Aquel año se produjo un evento que nos cambió a todos.

[Flashback]

Ambos peliazules estaban agotados. Ese ser parecía no tener ningún punto débil. Cuando unas luces emergieron de su espalda. — Vete Marth, es peligroso.

— ¡No te voy a dejar! ¡No con esa cosa!

— Si no te vas, nos matará a los dos. ¡Vete!

Aquellas "alas" emitieron una onda de choque. Ike estaba decidido a bloquearla, cuando el príncipe se interpuso. — ¡Marth!

El impacto fue tan fuerte que a pesar del bloqueo que ejecutó Marth, fue lanzado por los aires y aterrizó violentamente de espaldas. El mercenario corrió a socorrerlo.

[•••]

Ya habían pasado dos semanas desde la batalla con Taboo. No hubo víctimas mortales, pero probablemente, eso podría cambiar. Marth aún no había despertado y es posible que no lo hiciera nunca. Pero Ike no perdió la esperanza. Día tras día, el mercenario se sentó a su lado.