05 - 𝘎𝘶𝘺𝘴 𝘯𝘪𝘨𝘩𝘵.

73 7 8
                                    

Shulk no confiaba en el plan de Ike

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Shulk no confiaba en el plan de Ike. A pesar de que éste le había dado su palabra, no estaba seguro de que fuera a funcionar.

- Bueno yo voy primero. Robin, ¿verdad o reto?

- Verdad.

Ike puso una sonrisa diabólica.

- Describe a ese tal Chrom.

El albino se puso como un tomate. ¿Cómo se había enterado? No tuvo otra opción que contarlo todo. - E-es fuerte...guapo...cariñoso...-

Robin soltó una risita. Hablar de él le calentaba el corazón y le hacía sentir un cosquilleo.

- Me refiero a qué tal es en la cama.- Roy escupió su refresco y Marth le dio un zape.

- ¿Cuántas veces te he dicho que no preguntes a la gente sobre su vida sexual?

- Le quitas lo divertido a la vida.

- Yo también te quiero Ike.- y le besó la mejilla. Cloud hizo una mueca de asco.

- Entiendo que seáis pareja pero dais mucha diabetes.

- De acuerdo soldadito tranquilízate.

Shulk tenía la cabeza gacha. A saber qué le iban a preguntar. O lo peor, un reto. Debía pensar bien, cualquier fallo en su respuesta podía ser vergonzoso. Robin intervino.

- Vale, me toca. Roy, ¿verdad o reto?- Roy salió de su trance y respondió. - Reto.

- Te reto a contarnos que pasó en tu habitación después de salir de la enfermería.

Al pelirrojo se le calentó el rostro cuando recordó como Corrin presionó sus labios sobre los suyos. Fue tan inesperado que no tuvo reacción. Se vio obligado a confesar.

- P-pues...Corrin m-me...besó...

La sala quedó en silencio. Entonces Ike lo rompió aún boquiabierto.

- Vaya...eso no...me lo esperaba...

Se quedaron todos en silencio. Roy tenía la cabeza gacha y con el rostro más rojo que su propio pelo.

- ¿Cómo te sentiste?

- N-no lo sé...

El pelirrojo se palmeó las las mejillas para centrarse en el juego. Ahora era su turno.

- Cloud, ¿verdad o reto?

- Verdad.

Shulk estaba de los nervios. Marth pensó que su plan con Ike iba a fallar hasta que su amigo de pelo carmesí hizo su pregunta.

- ¿Cuál es tu orientación sexual?

Cloud suspiró. Debió haber elegido reto, pero ya era tarde para arrepentirse.

- Soy bisexual.

En ese momento, Shulk se alegró, pues eso le dio a entender de que tenía posibilidades con él. Estaba tan centrado en sus pensamientos que no escuchó al mercenario rubio llamarle.

- Shulk, despierta.

- ¿Q-qué pasa?

- Te preguntaba si eliges verdad o reto.

Pensó un momento. Si elegía mal, se arrepentiría y se humillaría a sí mismo.

- Reto...

En ese momento, el rubio sacó una cajita del bolsillo del pantalón. Shulk casi se desmaya. Eran pockys.

- ¿D-dónde s-sacaste eso?

- Marth me lo dio.

Shulk se giró al mencionado. El príncipe le levantó el pulgar en señal de que todo iba bien. Pero para él no estaba bien. Sabía cómo iba a acabar.

Sintió una mano en su hombro. Era Cloud, quién ya tenía el dulce en la boca. - Vamos chico, cuanto antes lo hagamos antes acabaremos.

Asintiendo nervioso, sostuvo el otro extremo del dulce. La cara de Shulk se ponía cada vez más roja, a pesar de la lentitud con la que se comían el dulce de chocolate, la cercanía con el mercenario causaba que tuviera la respiración y el pulso agitados. El chico de la Monado cerró los ojos fuertemente. Todo quedó en silencio. Había tal silencio, que se podía escuchar perfectamente los latidos acelerados de Shulk.

El palito de chocolate ya estaba casi desaparecido y los rostros de los rubios estaban a pocos centímetros de distancia. Solo haría falta un ligero empujón a cualquiera de los dos para que se besaran.
La mente de Shulk empezó a divagar.

"¡Está muy cerca!"

"Maldita sea Marth."

"¿Qué hago ahora?"

"¿Me separo o me quedo quieto?"

" Dios, no puedo moverme..."

Sintió una leve presión en sus labios y su pulso incrementó aún más. Y luego se fue. Fue entonces cuando abrió los ojos. Vio a Cloud con la mirada seria. Los demás tenían la boca abierta y bien sorprendidos.

- ¿Q-qué ha pasado? ¿P-por qué...me miráis así?

Todos se miraron como si no hubiera pasado nada. Ike y Marth se levantaron.

- Nos vamos, es muy tarde e Ike me debe un rato en pareja.

- Voy a por tapones para los oídos.

Y así Marth, Ike y Roy abandonaron el cuarto. Luego les siguió Robin.

- ¿Y tú por qué te vas?

- Odio las tensiones.

Y ambos rubios se quedaron solos. Aún había silencio y era aún más incómodo. Ninguno de ellos se atrevía a hablar. Shulk maldecía internamente al mercenario peliazul. Estaba en trance y lo que es peor, a solas con Cloud. Y aún no sabía que fue esa ligera presión que sintió en los labios. Era un tacto frío.

El ojiazul le llamó. - Shulk, te veo distraído.- El mencionado le devolvió la mirada, nervioso. - No te preocupes, estoy cansado, eso es todo. ¿Cómo tienes el tobillo?

- Lo puedo mover un poco, pero todavía lo noto inflamado. Esto me pasa por ser tan orgulloso.

- Yo creo que lo has hecho muy bien.

Shulk le sonrió y le ofreció su mano para ayudarle. Sin embargo, el mayor se olvidó de la inflamación y se cayó encima del de ojos jade. Estaba apoyado sobre sus codos y muy cerca del rostro de Shulk. Ambos sintieron el aliento del otro en la cara.

El joven científico iba a decir algo, pero el ex-soldado lo interrumpió. - No digas nada.

El ojiverde enrojeció y sus latidos subieron fugazmente. La voz de Cloud era algo ronca y eso lo dejó paralizado. El mercenario se inclinó lentamente hacia el contrario que sólo podía cerrar los ojos. Y lo volvió a sentir.

Esa leve y fría presión. Se puso aún más rojo cuando encajó las piezas. Cloud lo había besado. Dos veces. Unos segundos después, sintió que Cloud se desplazaba a su oído. Abrió los ojos, pero todavía no se movía. Sintió un susurro que le erizó la piel.

- Las paredes de fuera están insonorizadas, pero las de dentro de los cuartos no...

- Las paredes de fuera están insonorizadas, pero las de dentro de los cuartos no

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Confianza [Cloud x Shulk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora