A poco de empezar el torneo Smash, se han unido nuevos luchadores. Uno de ellos, Cloud Strife, se mantiene alejado de los demás. En un intento de ganarse su confianza, Shulk le propone unirse a una noche de chicos junto con otros compañeros. Lo que...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los rayos del sol atravesaron la ventana de la habitación de Shulk. El primero en levantarse de la cama, fue Cloud. Vio que Shulk aún estaba dormido y tenía unas ojeras terribles. Parece que le costó coger el sueño. Lo cubrió con las sábanas, cerró las cortinas y salió del cuarto.
En el pasillo se encontró con Ike. Parecía algo preocupado. - Buenos días Cloud.
- Buenos días, ¿dónde está Marth?
- Acostado. Está muy triste. Me ha dicho que no está de humor para nada. ¿Qué tal Shulk?
- No lo sé, aún está durmiendo. Lo que le ha pasado a Roy realmente le está afectando.
Ike lo notó preocupado. Nunca lo había visto así con nadie de la mansión. - Cloud, tú...
El rubio se detuvo un momento. No pensó que Ike se diera cuenta del afecto que había desarrollado hacia Shulk. Y era cuestión de tiempo que los demás se dieran cuenta. Se sentó en una mesa y escondió la cabeza entre sus brazos. Sintió un taconeo hacia él. - Ahora no Bayonetta...no estoy de humor.
- No iba a hacer nada. Sólo iba a sentarme contigo. Si no te importa claro.
- Sinceramente, ahora mismo no me importa nada...sólo quiero que todo esto acabe...
- ¿Nada te importa? ¿Ni siquiera el chico que duerme tranquilamente en tu cuarto?
Ya lo descubrió. Levantó la cabeza y miró a la bruja. Al parecer sabía lo que pasaba. Y no pudo ocultarlo. - Le he hecho daño. Sería mejor que se olvidara de mí y se preocupase por él mismo.
- ¿Y eso sería bueno para él o para ti?
Cloud se quedó pensativo. Si se alejaba de Shulk, estaría a salvo pero él se sentiría vacío. Pero si se quedaba con él, lo expondría a algún peligro a cambio de no quedarse solo. - Supongo que para ninguno. En cualquier caso, uno saldría lastimado.
La bruja lo miró sorprendida. - Te preocupas mucho por él a pesar de conocerlo de poco tiempo.
Cloud desvió la mirada. Al parecer, ya es incapaz de ocultar sus emociones. - No tengo hambre.
Se marchó. Le pareció raro que Shulk aún no se hubiera despertado. Entró despacio en su habitación. Se acercó a él y lo sacudió un poco. - Eh, Shulk, despierta.
Nada. Lo intentó otra vez. Nada. Así que decidió probar otra cosa. Se acercó a las ventanas y abrió las cortinas, dejando que entrara la luz del sol. Escuchó un quejido.
- Mmm...cierra las cortinas...
"Qué lindo..." pensó. - Vamos bella durmiente, hora de levantarse.
- Tengo sueño, déjame cinco minutos más anda...
- Si no te levantas pronto se acabarán las tortitas de arándanos y el batido de vainilla.