Confianza [Cloud x Shulk]

04 - 𝘌𝘹𝘩𝘪𝘣𝘪𝘵𝘪𝘰𝘯 𝘤𝘰𝘮𝘣𝘢𝘵.

Ya era por la tarde. Cloud se encontraba en la cocina tomándose un café. La sala estaba relativamente tranquila, sin ningún ruido. Hasta que alguien entró en la cocina.

- Creí que tenías un combate.- era Robin, que había vuelto de su entrenamiento.

- Lo tengo en cinco minutos. Lo atrasaron por la indigestión de Roy.

- Por cierto, ¿y Shulk? Creí que estaría contigo.

- No lo sé. Parecía bastante decidido a hacer algo pero no sé el qué.

"Cloud Strife preséntese en el campo de batalla."

Cloud dejó su taza en la mesa y se dirigió al campo. Pudo notar que Shulk estaba en primera fila. Su combate era contra Ganondorf, un peso pesado. Era muy resistente, pero Cloud era más veloz. Sería un combate interesante.

- Por fin veré a Cloud en acción.- lo dijo con mucha emoción.

- Lo que yo he entendido es que por fin podrás ver a tu novio en acción.- Soltó Ike con una sonrisa burlona. Shulk se puso como un tomate.

- ¡N-no es mi novio!

- Venga Ike, déjalo tranquilo. Se lo dirá cuando esté listo.

Prestaron atención al combate. Ganon atacaba con ferocidad, mientras que Cloud esquivaba con gran habilidad. Parecía un acróbata profesional. Teniendo el LÍMITE cargado, lanzó una onda de choque, provocando un gran daño. Cuando parecía que el rubio tenía el combate dominado, Ganon pilló desprevenido al mercenario.

Sólo necesitó unos seis golpes para acabar con el rubio. Una vez anunciada su victoria, todos salieron de las gradas. Excepto Shulk que fue a ayudar a Cloud, tumbado en el suelo.

- ¿Estás bien?

- No. Creo...que me he torcido el tobillo.

Shulk le ofreció su mano y Cloud aceptó gustoso. No era momento de ser orgulloso. Pasó su brazo por el cuello de Shulk y éste le agarró del costado. Empezaron a caminar con intenciones de ir a la enfermería.

- No lo entiendo...

- ¿Eh?- Shulk miró extrañado al mercenario.

- ¿Por qué simpatizas conmigo? Hablo muy poco y soy algo borde.

- Simplemente no me gusta que alguien se sienta solo. Además no puedes caminar con el pie así.

Cloud guardó silencio y siguió el ritmo de su acompañante. Por su parte, Shulk estaba algo avergonzado, no solo por lo que insinuó Ike, sino porque era la primera vez que tenía contacto cercano con Cloud.

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Una vez que llegaron a la enfermería, les atendió Peach, pues Mario estaba en su descanso. Cloud se sentó en la camilla mientras se quitaba la bota del pie lastimado. La princesa le puso una bolsa de hielo en el pie.

- Agh.- se quejó al sentir el frío.

Luego Peach le colocó unos vendajes y le pasó unas muletas.

- Ten cuidado Cloud.

Ambos salieron de la sala. Bajaron con cuidado las escaleras y allí se encontraron con Ike, Marth y Roy. Aunque éste último estaba con la mirada perdida.

- Oh Cloud, si sigues vivo.- se burló el portador de la Ragnell.

- De puro milagro lo estoy. Por cierto, ¿qué le pasa al rojito?

Marth intervino. - Ni idea. Está así desde hace un buen rato.

- Por cierto Shulk, Marth, Roy, Robin y yo vamos a hacer una noche de chicos. Por si quieres unirte.

- Suena divertido. ¿Y tú Cloud?

- No sé, estoy muy cansado después del combate.

- ¡Vamos Cloud! No pierdes nada, además así podemos conocernos mejor.

- Está bien. Pero nada de contactos subidos de tono. Bastante tengo ya con la paliza que me han dado para que ahora tenga que escuchar gemidos.

Ike soltó una carcajada. - Vale como quieras rubio teñido. Por cierto Shulk tengo que decirte algo.

Shulk asintió. Se fueron a la cocina para hablar tranquilamente.

- Esta es la ocasión perfecta, Shulk.

- ¿Para qué?

- ¿Para qué va a ser? Para confesarte.

Shulk se puso como una cereza.

- P-pero no soy capaz...

- ¿Y crees que a mí no me costó declararme a Marth?

El rubio desvió la mirada. Su amigo tenía razón, en algún momento se lo tendrá que decir.

- No estoy seguro...

- Tranquilo Shulk, Marth y yo tenemos un plan para allanarte el camino.

- Eso no me tranquiliza.

- Tú confía Shulk. Irá bien.

El rubio no sabía si fiarse de su palabra. Aunque pensó que esta sería su única oportunidad. Decidió ignorar sus sentimientos y divertirse un rato.

Una vez caída la noche, los chicos se reunieron en el cuarto de juegos. Era bastante espacioso, perfecto para esa noche. Se sentaron en círculo. Ike se aseguró de que Shulk estuviera al lado de Cloud. Éste último se sentó con cuidado de no apoyar el pie.

- ¿Estáis todos cómodos?

Todos asintieron.

- Bien, ¿qué queréis jugar?

- Podríamos jugar a verdad o reto. Así nos conocemos mejor.

Shulk bajó la mirada completamente avergonzado. Cloud le puso la mano en el hombro.

- ¿Todo bien?

Shulk le sonrió tranquilo.

- Sí, no te preocupes.