Reino de Liones, ciudad conocida por ser una de las más grandes de Britania, lugar que albergaba o que albergó a una orden legendaria de caballeros a la orden del rey, eran tan poderosos como 100 caballeros sacros ordinarios cada uno por separados, fueron inculpados erróneamente por el asesinato de un antiguo gran maestro conocido como Saratras, pero la verdad saldría a la luz, el verdadero culpable de todo ese caso era el actual gran maestro Hendrickson quien ahora fuera de sus casillas y totalmente loco se había convertido en un Demonio, pero esto no era sólo la punta del Iceberg ya que su plan iba aún más allá de lo que podíamos pensar, por lo que necesitaba la sangre de una de las 3 princesas de Liones, Elizabeth quien había despertado un poder misterioso para todos los presentes, la batalla por proteger a Liones y limpiar el nombre de los caballeros legendarios se estaba llevando a cabo no obstante algo inesperado sucedería puesto que un nuevo ser había llegado totalmente de la nada, y no sólo eso, había derrotado de un simple y sencillo movimiento al que era la amenaza a vencer, en este caso Hendrickson quien estaba tirado en el suelo, solo se podía ver la sonrisa del ser diabólico parado frente a todos los caballeros quien atemorizados de su presión no podían moverse.
Meliodas: No pierdan la calma, concentrense en el plan, no bajen la Guardia~ Gritaria el capitán de la orden legendaria sin bajar su guardia.
Gilthunder: Caballeros en Guardia esto aún no a terminado~ Empuñando fuertemente su espada sin apartar la vista de su enemigo.
Meliodas: Gowther ahora transmiteles el plan a todos~ Ordenaría el capitán para después lanzarse directo a por el enemigo.
Pero antes de que siquiera pudiera tocarlo, el ser frente suyo, al que se supone que iba atacar, había estirado su mano tomando a meliodas del cuello, arrastrandolo por todo el campo de batalla, enviándolo lejos de su vista.
Ban: Capitaaaaan!~ Gritaria el zorro de la avaricia yendo apoyarlo.
Ban lanzaría una poderosa patada que sería esquivada fácilmente por el demonio rojo, recibiendo una patada que le rompería el brazo, escupiendo sangre no se rendiría y golpearia con su otro brazo, pero al conectarlo en el rostro del demonio esta sería totalmente destruida, presenciando la sonrisa del demonio de reojo haciéndolo estremecer, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por el puñetazo del demonio que lo enviaría donde los demás caballeros estrellándose con algunos derribandolos en el proceso.
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Janemba El Terror Encarnado.
Hayran KurguAquel que no proviene de este mundo ni de ningún otro, aquel que es una irregularidad, aquel que nace de la destrucción, aquel que es el terror mismo encarnado, aquel fue un accidente, uno muy pero muy catastrófico que nunca debió suceder, pero un s...