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- Ustedes dos - comenzó a acercarse un chico a nosotros corriendo - ¿tienen auto? - nos señalo con un palo de metal con el que seguramente había golpeado a uno de los infectados.

- Sí - respondió el castaño.

- Bien, ustedes busquen, yo los cubro - dijo mientras tomaba su palo de metal con ambas manos, manteniendo la mirada hacia donde estaban los infectados - solo dense prisa, no sé cuanto podre detenerlos.

No necesitó de más el castaño para seguir corriendo en busca de su auto, y para yo seguirlo detrás. Cada vez se escuchaban más y más pasos junto con unos gritos.

Pasamos corriendo por los autos, buscando el de color rojo, cuando pasé cerca del auto del cuál había sonado la alarma, pude ver a una niña y a una mujer llorando en el interior. Me detuve al ver eso, pensé por unos momentos el pedirle al castaño ayuda para intentar salvarlas, al mirar bien me di cuenta que habia varios infectados rodeando el auto y seria difícil salvarlas, justo en ese momento lograron romper una de las ventanas del auto. Para después intentar entrar al auto.

Mejor desvíe la mirada de ahí. No podría ayudarlas ahora, lo mejor sería apurarme a encontrar el auto o podria terminar como ellas.

Nos acercamos más a los autos, buscando uno de color rojo. Estaba completamente concentrado.

Solo debes buscar uno de color rojo con una estampilla. Me decía a mí mismo.

No entendía que estaba pasando, las personas parecían volverse locas tras ser mordidas, me cuestionaba que fue lo que había ocurrido para que comenzara esto, pero ahorita lo único que importaba no era saber la respuesta a esa pregunta, si no, encontrar el auto lo más rápido que pudiéramos para poder ponernos a salvo los tres. Y después podría volver a preguntarme lo mismo.

El hablar del castaño me saco de mis pensamientos.

- ¡Ahí! - me dijo mientras señalaba su auto, para después tomarme de nuevo del brazo y correr en esa dirección.

Seguía sin entender por completo la razón que podría tener el castaño para seguir ayudándome y cuidando que no me quedará atrás, sin dudar ni un poco.

El otro chico también nos seguía de cerca.

Pasos, pasos y más pasos comenzaron a escucharse, a la par de unos sonidos que seguramente eran generados por los infectados, y en cuanto a la cantidad de pasos que se escuchaban, no estoy completamente seguro si es porque hay muchos de esos seres o sea efecto del eco del lugar. No quería girar la cabeza para poder averiguar la respuesta a esa pregunta.

- Vienen más, seguro que lograron romper algo para poder bajar - decía mientras se acercaba corriendo el otro chico - eso quiere decir que debemos darnos prisa no sabemos cuantos hay ahora.

Abrió el castaño el auto.

- Sube adelante - le dijo al otro chico - tú niño vas atrás.

Nos subimos rápidamente y encendió el auto, para después pisar el acelerador y buscar la salida. Que por suerte estaba realmente cerca del auto.

Cuando logramos salir de la parte de abajo del estacionamiento, me dí cuenta que había cada vez más y más infectados rondando por ahí. Las personas corrían por todos lados atemorizados, algunos intentaban subirse a bardas e incluso a árboles, a cualquier cosa que pudiera ponerlos fuera del alcance de los infectados, otros cuantos intentaban entrar a distintos locales, e incluso entrar a autos, un completo caos.

Los infectados comenzaban a ponerse frente al auto y querer rodearlo, lo que nos comenzó a dificultar esquivarlos.

- Vamos que esperas - le dijo ansioso al de castaño - solo acelera, ellos no se van a quitar.

SAFE ZONE |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora