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Wednesday veía el cielo nublado por la ventana del dormitorio.
Las nubes, de un gris oscuro, anunciaban que pronto estallarían.
Eran nubes de nieve, Wednesday lo sabía.
Una sonrisa se grabó en sus labios, ella amaba la nieve.
Tyler vio a la omega sonreír junto a la ventana, y no pudo evitar hacerlo también.
Su corazón se encogió un poco al pensar que le quedaban pocos días para estar junto a Wednesday.
Como si lo hubiera sentido, Wednesday bajó la vista para mirar su pecho con el ceño fruncido, luego la volvió a alzar para encontrar a Tyler, quién estaba bastante sorprendido por eso.
-¿Qué pasa, Tynnie?
Tyler no dijo nada unos segundos, hasta negar con la cabeza.
-Nada, nada...
Tyler fue hacia su cama, sentándose en esta, le dolían bastante los músculos y algo la cabeza, pensó que debía ser por toda la tensión de ese día. Entre las noticias, Wednesday y su celo, se sentía bastante estresado.
Miró a Wednesday de nuevo, y sintió los párpados pesados.
El sábado era -junto al domingo-, los únicos días que no hacía nada más que trabajar su turno en el supermercado, casi siempre los usaba para descansar o hacer tarea de la universidad, pero ese sábado parecía más especial, ya que era el último que tendría a Wednesday acompañándolo, y quería pasar el día junto a ella y conocerla un poco, ya que, por más que sus lobos se quisieran y ya estuvieran a gusta entre ellos, ellos mismos, como personas, eran prácticamente desconocidos.
Un bostezo hizo que mirara la almohada con deseo.
-Merlina -la llamó, captando la atención de la chica al instante -, voy a dormir un rato, despiértame si necesitas algo.
Wednesday asintió, Tyler se quitó algo de ropa para quedar sólo con la ropa interior y la remera, dándole la espalda a todo, mirando a la pared para que no le llegara tanta luz, intentó concentrarse en el olor de Wednesday de las sábanas para tranquilizarse y dormir más rápido.
A punto de caer dormido, escuchó pasos, sintió las sábanas levantarse un momento y el peso sobre está a sus espaldas.
Se volteó instantáneamente, recibiendo a Wednesday, quién se acurrucó en su pecho.
Las manos de tyler rodearon la pequeña cintura de Wednesday instantáneamente, y sin querer, pasaron por debajo de la remera de la omega, acariciando su piel en círculos lentos y tranquilos, mientras la omega hundía el rostro en el pecho de El castaño rojizo.
Tyler puedo escuchar cómo la respiración de Wednesday se hace un poco más rápida y errante, llegando a creer escuchar jadeos, cada vez un poco más fuertes, y acallados por la omega, mordiéndose el labio.