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Tyler dejó un brazo sosteniendo el cuerpo de Wednesday, mientras el otro subía por debajo de la remera de la omega, voltendose mientras la llevaba hacia la cama.
Dejó a la menor sobre esta, separándose de ella para quitarle la remera (su remera), para seguir con los besos por sus clavículas, dejando marcas hasta llegar a uno de los pezones de Wednesday, que también beso, lamió y succionó para el placer de la omega.
Al continuar con el otro, Tyler alzó la vista un poco para ver el rostro de Wednesday, totalmente ruborizado, con los ojos cerrados y los labios entre abiertos, con el pelo revuelto y una expresión algo desesperada, necesitada.
Con sus manos, Tyler delineó el cuerpo delgado y hermoso de Wednesday, enganchando sus dedos bajo el elástico de los pantalones y panties, tirando hacia abajo, deshaciéndose de ambas prendas, dejando a la menor desnuda sobre las sábanas.
El castaño Rojizo no pudo evitar alejarse un poco, deteniéndose para ver el cuerpo de la omega debajo suyo, como admirando su obra.
Aunque la sentía más como su propiedad. Su lobo pedía reclamarla, aunque la parte humana de Tyler decía que era muy pronto, pero concordaba con sus sentimientos.
En ese momento sintió que Wednesday era suya, que le pertenecía.
Que era su Omega.
Al ver que Tyler se había detenido, la menor abrió los ojos para mirarlo, haciendo contacto visual con el mayor automáticamente, sonrió al ver el brillo con el que el otro la miraba.
-No es justo que yo no pueda verte de esa misma manera -dijo, irguiendose para quitarle la ropa a Tyler, aprovechando para tocar todo el abdomen, apenas marcado, para luego seguir por su pecho, hasta pasar la prenda sobre su cabeza.
Se acercó a el mayor, oliendo su cuello, inhalando su aroma a abellana y pino, más fuerte que antes, la embriagaba, frotó su rostro contra el mismo, dejando algunos besos rápidos, mientras bajaba su ropa interior.
Al quedar ambos desnudos, Wednesday pasó sus manos por los hombros de Tyler, subiendo por su cuello hasta tomar sus mejillas, sintió la temperatura de estas y sonrió, mirando directamente a los ojos de el mayor.
Sin dejar de mirarlo, la menor subió sus caderas, rozando su intimidad con el miembro de el mayor, intentando ahogar sus gemidos para escuchar los bajos, casi vergonzosos, de Tyler.
-Entra -pidió, necesitada.
Tyler pareció quedarse en blanco.
Wednesday comprendió.
-Tranquilo, estaré bien -afirmó, y el otro sonrío con algo de vergüenza.
Wednesday pudo ver lo tierno que era el mayor.
Separó una mano de la mejilla de Tyler para apoyarse sobre una de las que la otra tenía sobre sus caderas, guiándolo hacia su espalda, bajando por sus glúteos hasta llegar junto a su entrada, húmeda, caliente, goteando de su lubricante natural. Separando dos dedos de la mano de Tyler, y acercándolos más a su interior.