036. ¿Esto es lo que trae la temporada?

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—Interesante espectáculo el de anoche —una voz cautelosa dominó los sentidos del ilegítimo heredero cuando se dirigía a su respectivo salón de clases, obligándolo a girar y encontrarse una cabellera rubia cerca del anfiteatro. No tuvo que preguntar de quién se trataba o qué necesitaba. Estaba perfectamente relacionado con la denominada "Batalla de bastardos" para saber que Kaminari quería picarle la cresta hasta obligarlo a soltar sus poderes.

—¿Mi vida amorosa es algo que le interese a Shigaraki Tomura o por qué tiene a sus ratas traidoras investigando a profundidad? —inquiere al darse cuenta que no hay moros en la costa. Únicamente eran ellos en el pasillo del segundo piso. Sus compañeros, amigos y demás integrantes del cuerpo estudiantil, incluyendo a los héroes profesionales que impartían clases después del receso, se encontraban al interior de sus respectivas aulas, permitiéndoles tener una conversación tranquila.

—En realidad, no podría importarle menos en qué agujero metas el pene. Solo me gusta saber con quién está mi "mejor amigo de boberías" —hace todo lo que puede para orillarlo a reaccionar agresivamente, pero Izuku es más inteligente y ahoga sus impulsos en alguna parte del consciente.

     Lentamente despega su cuerpo de la pared donde se encontraba recargado, ingresando al anfiteatro con Midoriya pisándole los talones. Lo que sea que Kaminari tenga para decir, debe ser bueno. En los seis meses que lleva conociendo su verdadera personalidad e intenciones al interior del colegio para héroes, jamás lo aisló para charlar; y para los aspirantes era extraño, porque antes de que Katsuki fuera secuestrado por la Liga de Villanos eran inseparables, casi como uña y mugre. Los profesores hacían todo lo que estuviese en sus manos para separarlos en clases, sin embargo, Denki y Deku hallaban la manera de permanecer juntos.

     ¿Cómo es que su amistad se esfumó de la noche a la mañana? Ahora conviven en los mismos espacios, cerca de la misma gente y bajo las mismas reglas, pero no intercambiaban palabras a menos que fuera estrictamente necesario. Y no importa cuántas veces pregunten sobre ello, la respuesta de ambos no cambiará: "¿En serio piensan que nos alejamos? No lo había notado".

—Por tu cara de felicidad, supongo que Bakugōu te ha perdonado.

—Por tu cara de imbécil, supongo que vienes a ofrecerme un trato para no pasar el resto de tu vida en Tártaros —el rubio de particularidad eléctrica soltó una risa. La capacidad de Izuku para responder con semejante rapidez e ingenio es algo que siempre admirará, sin importar en qué lado del partido estén.

—De verdad hiciste mierda al pobre chico.

—Y pienso reparar mis errores. Kacchan no derramará otra lágrima por mi culpa.

—Te creo, amigo. No tienes que ponerte a la defensiva conmigo —cuando Izuku toma asiento en uno de los extremos de la tercera hilera, Denki se aproxima al escenario de madera y pega un brinco para sentarse. No lo culpen, la tarima era demasiado alta para simplemente agacharse y, conociéndolo, no subiría los cinco escalones que tiene junto al telón. — Si te traje aquí es para hablar sobre... algo importante, increíblemente importante, al menos para mí. Y no tiene nada que ver con Bakugōu, los impostores o la Liga de Villanos.

—Mentiría si te dijera que no siento curiosidad por lo que tienes para decir.

—Es sobre Shinso Hitoshi. Creo que le gusto —confiesa como si fuera uno de los secretos mejor guardados por el vaticano. El rizado se pone de pie inmediatamente, inclinando un poco la cabeza con incredulidad.

—¿Interrumpiste mi camino hacia el salón de clases para esta basura? Dios y el mundo entero sabe que le gustas a Shinso, idiota.

     Deku aún recuerda la tarde de verano donde Shinso llegó en busca de algún consejo para conquistar al chico de peculiaridad eléctrica, quien había robado su corazón desde que se enfrentaron en los Eventos Deportivos de primer año. Bueno, si somos completamente sinceros, Hitoshi no cruzó los edificios de U.A. para pedirle lecciones de romance a Midoriya, solo quería crear una excelente impresión antes de pedirle una cita como lo dictaminaba las leyes de amor adolescente en Japón, pasando por alto que Izuku tenía pocas —o nulas— intenciones de reunirlo con el alfa de aquella manada de lobos hambrientos.

𝐈𝐋𝐄𝐆𝐈́𝐓𝐈𝐌𝐎 𝐇𝐄𝐑𝐄𝐃𝐄𝐑𝐎 ───── DEKUKATSUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora