002. Kilometraje lleno.

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     Para la suerte de nuestro protagonista, el camión de mudanza que All Might contrató por la mañana tardó menos de tres horas en adentrarse a las instalaciones. Kirishima, Sero y Tenya se ofrecieron a transportar las cajas de cartón y demás mobiliario hasta su habitación en el cuarto piso, pero —contra todo pronóstico— Izuku declinó la oferta y continuó con los trabajos forzosos por sí mismo. Por una parte, no quería ser molestado mientras conversaba por videollamada con su escuadrón a través del teléfono que Toshinori Yagui le obsequió como compensación por extraviar el suyo, y por el otro, no tenía el más mínimo deseo de que un montón de personas desconocidas husmearan entre sus propiedades. El trío de adolescentes captó la indirecta y se perdieron entre los pasillos del dormitorio, haciéndole saber que no les importaría interrumpir sus deberes para echarle una mano con la mudanza.

—Es todo lo que Midoriya Inko ha enviado para usted—habla el chofer a cargo de trasladar sus bienes materiales cuando la última maleta fue dejada cuidadosamente sobre el pavimento—. ¿Necesita ayuda para llevar esto?

Deku se puso de pie, guardando el aparato electrónico en su bolsillo delantero después de cambiar la conexión por llamada simple. Shindō, Shinjū y Koemi se habían reunido en el departamento de Reiko para ponerse al día con respecto a su llegada a la escuela más prestigiosa del país; Van por el minuto doscientos y —sorprendentemente— ya han discutido sobre el color que deberían llevar las paredes de su nuevo cuarto, el chico de personalidad revienta pelotas —pero rostro aparentemente angelical— que miró en clase, su disputa con el hijo de Endeavor y la cantidad abismal de tareas que tiene para mañana. Asignaciones que no hará, como era de suponerse.

—No, gracias. Puedo con él —le sonríe con amabilidad. Se cuelga la pequeña mochila en un solo hombro y tira del baúl que, según su memoria, contiene zapatos para cada ocasión. — Que tenga un buen día.

—Igualmente, joven —una vez completado el trabajo, Midoriya subió a su dormitorio y los hombres de la mudanza salieron de las instalaciones.

Era extraño para Deku moverse con fluidez entre los corredores del complejo. No por lo que su presencia representaba, sino por la cantidad de ojos puestos sobre su persona con cada sonrisa, respiración y paso.

La mayoría de los aspirantes que compartían su techo con el noveno heredero del One For All esperaban situaciones y hazañas extravagantes, sin embargo, Midoriya Izuku estaba lejos de ser un héroe profesional digno de ser admirado: Suspendía todos los exámenes ordinarios, era demasiado egoísta como para pensar en el bienestar de las personas  que no compartía lazos de afectos con él y la única vez que peleó a puño limpio —sin los tres mosqueteros cuidándole las espaldas— terminó jodido, machacado y sin remedio.

Justificar sus pensamientos insanos y cobarde pensar sería insultar su inteligencia, lo admite. Era la viva imagen del fracaso y está bien con ello... Después de todo, la única persona que le interesaba proteger pereció cuando era joven. Nada ni nadie puede traerla de vuelta.

—¡Hey, príncipe! —el ascensor se detuvo en seco, abriendo las compuertas al mismo tiempo y dándole pase libre para bajar. La voz de Shindō fue lo suficientemente ruidosa para enterrar los recuerdos de su pasado tortuosa una vez más. — ¡Prince, ¿sigues ahí?!

—Deja de gritar. Te escucho bien.

Quizás por eso disfrutaba pasar el día con esos cuatro estudiantes excéntricos. Ellos lo complementaban. Se daban a la tarea de llenar cualquier espacio vacío en su alma, por más pequeño e insignificante que pareciera.

Bastaba con unas cuantas palabras por parte de Yō, un dato curioso sobre la historia de Japón con marca Shinjū, una mirada presuntuosa que pusieran en peligro sus instintos por parte de Reiko y el molesto respirar de Koemi al jugar videojuegos para olvidarse de las preocupaciones.  Actuaban rebeldes, animados y peculiares, como si supieran que van a morir jóvenes y desean aprovechar la vida al máximo. 

𝐈𝐋𝐄𝐆𝐈́𝐓𝐈𝐌𝐎 𝐇𝐄𝐑𝐄𝐃𝐄𝐑𝐎 ───── DEKUKATSUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora