040. Los hombres valientes se matan de frente.

445 71 57
                                    

La espiritualidad determina ese conjunto de prácticas sobrenaturales como manifestación, los cristianos decidieron llamarle fe, los ateos optaron por nombrarle placebo, los científicos se refieren a ello como física cuántica y los habitantes de Ciudad Musutafu lo denominaron último rayo de esperanza en medio del caos. Todos discuten el nombre, pero nadie niega su existencia; y simplemente decidieron evacuar la zona de peligro, esconderse en búnkeres nucleares que construyeron tras las bombas arrojadas en la Segunda Guerra Mundial, prestar servicio a la comunidad heroica a través de donaciones monetarias y rogar por la pronta recuperación de Midoriya Izuku. Si la memoria no les falla, han pasado siete semanas desde que Deku fue sustraído en contra de su voluntad por la Liga de Villanos, negándole cualquier signo de vida a las autoridades de Japón y sembrando confusión, desesperación e indignación en los seis continentes.

     Los detectives remarcan que las primeras veinticuatro horas de búsqueda son primordiales, pero Shigaraki Tomura no llamó para pedir rescate, mucho menos para poner la balanza a su favor. Simplemente mantiene a Izuku escondido en algún lugar del Medio Oriente —o tomó el camino fácil y lanzó sus restos a una fosa común, pueden esperar cualquier cosa viniendo de ese loco—. Y aunque los Altos Mandos quieren manejar la situación como si nada mala hubiera sucedido, todos los ciudadanos de Japón saben la gravedad de perder a su mejor combatiente. Él era el próximo Símbolo de la Paz, pupilo de All Might, estudiante destacado en yuuei, encargado de proteger a la humanidad de los malos y voz de los que fueron silenciados. Si un héroe de semejante calibre cayó, ¿qué le depara el destino a quienes pisan sus talones?

     En Ciudad Musutafu y las regiones vecinas, el ambiente se volvió normal. Extrañamente normal.
Y Bakugōu no se molestará en negarlo, pero, cincuenta días después de no tener ninguna actualización sobre Midoriya Izuku, decidió que no se atormentaría pensando en cosas que duelen. Buscar al hombre que ama era una lucha desgastante y prologada, así que tomará un descanso de todo. Solo necesita cinco minutos para recargar su batería, dormir un poco y llorar. Llorar mucho. Su teléfono vibra al recibir mensajes de Momo cuestionándole su paradero. Eran las nueve de la mañana y no le avisó a ninguno de sus compañeros que faltaría a clases, incrementando la preocupación entre los aspirantes a héroe. No esperaba menos de sus amigos. Acaban de perder a un aliado y no les apetecía despedirse de otro.

En absoluto silencio, Katsuki se recuesta sobre una de las murallas que rodean yuuei. Le responde que amaneció mal del estómago y permanecerá en cama lo que resta del día, también que recoja su cuadernillo de tareas en caso de necesitarlo para ponerse al corriente con las actividades de EraserHead. Finalmente, apaga el internet y se dedica a ver el paisaje mientras reproduce las canciones favoritas de su novio. Recuerda que la música de Izuku solía parecerle escandalosa y desagradable, pero daría todo el dinero del mundo por escucharlo tararear su playlist preferida.

     Bakugōu inhala y exhala aire lentamente.

Era una mañana increíblemente preciosa. Los pájaros cantan al compás del viento, los hombres y mujeres se dirigen al trabajo antes de recibir alguna sanción, los coches circulan por las avenidas principales, la risa de los niños en preescolar se tornó demasiado escandalosa para el gusto de Kacchan, los estudiantes se aburren en clases y los vendedores callejeros preparan un festín de alimentos para llevar pan a su mesa; y lo más importante es que no hay villanos repartiendo destrucción entre las calles. Ni uno solo. Los reporteros de televisión agradecen la tranquilidad que se apoderó de Ciudad Musutafu, pero Kaminari, quien lleva años en corporaciones delictivas, no está convencido de semejante calma. Si no tuviera demasiado conocimiento sobre las opciones de la Liga de Villanos, pensaría que no están frente a la crónica de una muerte anunciada.

—Como lo mencionamos en la lección pasada, un binomio al cuadrado es igual al cuadrado del primer término, menos el doble producto del primero por el segundo, más el cuadrado segundo —Aizawa escribía sobre la pizarra un montón de números, letras y signos que Denki no sería capaz de descifrar en años. Él era talentoso para las mentiras y escabullirse en sitios altamente peligrosos, no para comprobar el Teorema de Pitágoras. — El desarrollo de un binomio al cuadrado se llama trinomio cuadrado perfecto. Presten especial atención a las fórmulas, las necesitarán para su examen.

𝐈𝐋𝐄𝐆𝐈́𝐓𝐈𝐌𝐎 𝐇𝐄𝐑𝐄𝐃𝐄𝐑𝐎 ───── DEKUKATSUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora