Capítulo veintisiete

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-Estoy cansado, kenny.-Hable mirando al rubio, este me pasaba una cerveza. Ambos estábamos tirados en el pasto, simplemente mirando la noche.
Nunca habia sido muy amigo del rubio, pero aun así, ambos podíamos recargarnos en el otro.
-Mhm, yo también estaría cansado si tengo media escuela tras mía.-Respondió tomando de su botella. -No puedo creer que no te tiraste a algún todavía.- Continuo kenny. Me reí levemente ante su comentario, hacía que el ambiente sea liviano. -No me nació hacerlo.-Respondí. -Tengo un poco de miedo también, no quiero lastimar a alguien... aún más.-Suspire al soltar las palabras.

Por un lado, tengo a kyle, el cual le gusto. Por el otro tengo a Craig, quien básicamente es mi mejor amigo y el cual aparentemente, según palabras de su novio, «está obsesionado conmigo». ¡Ah! Y Stan, el exnovio de mi mejora amiga, quien casualmente no me visito ni una sola vez porque "Tuvo problemas".

-No me importaría que me arruinaras a mí, si sabes a qué me refiero.-Hablo kenny coqueto. -Pff, cállate kens- Hable riendo. -Fuera de bromas, sé que tienes problemas aun definiendo tu sexualidad.- Soltó kenny. -Y entiendo que es aún más difícil en la posición en la que estas.-Siguió este. -Créeme, estuve en tu situación. Quiero que sepas, james, no te juzgaré por lo que te haya pasado, parece que has pasado por mucho y lo último que necesitas es la confusión de lo que estás pasando.- Ambos nos miramos por un segundo, esbozando una sonrisa mutua
-Si me preguntas a mí, elegiría a Craig, dicen que tiene un p- -Kenny iba a seguir hablando, pero le pegue un codazo para que se callara, ambos soltamos una carcajada.

Nos quedamos unos minutos en silencio, pero, al terminarse las cervezas, ambos nos levantamos. Apenas nos levantamos una mujer rubia estaba frente a nosotros, su cara era conocida, familiar. -Hola james, tu amigo me dijo que podía encontrarte aquí. ¿Me concedes una charla, por favor?- La extraña mujer me hizo una señal para que la siguiera. Mire a kenny señalándole que me esperara allí.

Seguí a la mujer hasta el pequeño bar en la esquina y ambos nos sentamos en una mesa, solo estábamos nosotros. Sus facciones eran delicadas, su cara tenía una forma diamanté y cada movimiento que hacía era sumamente elegante. Sus ropas se veían caras, traía un vestido color blanco crema, su cuello era adorando por un collar de perlas y su pelo estaba recogido. -Así que, james.-Hablo la mujer-Vives con tus tíos?- Pregunto mirándome. Sus ojos eran almendrados, me recordaba a mi tía. -Sí, así es.-Respondí cortante. -Disculpe, pero quien es usted?- Pregunte curioso. La mujer rio levemente y con una sonrisa levanto la mirada a la mía. -Soy tu madre, jamie.-Hablo ella tranquila. Mis nervios subieron a flote ¿Mi madre? ¿Cómo era eso posible?
Con miedo me levanté de la mesa, casi inconscientemente. La silla cayó al suelo, pero no me importo. Quería quedarme, escucharla, preguntarle... Pero mis piernas no escucharon y simplemente salí corriendo del lugar, llorando.

Al salir kenny me miro extrañado, pero en ese momento no me importo. Corrí sin frenar durante minutos, simplemente siguiendo a mis piernas, sin rumbo específico, o eso creía.
Mire a la casa frente a mí, era la casa de stan. Camine hacia el patio de esta, agarre un par de piedras y las tire a su ventana, esperando no haberme equivocado. -¡Mierda!-Grito el pelinegro al pegarle accidentalmente en su cabeza, me reí levemente. -James, sube-Stan hablo dejando caer una soga. Agarre esta y empece a subir a su habitación.

-Hola- Dije tímidamente al colocar mis pies en el suelo. -Uh, te molesta si duermo aquí?- Espete nervioso, no podía mirarle a la cara, sentía vergüenza de haber estado enojado con él y ahora pedirle esto.
-Sí, si puedes.-Respondió adormilado stan. Él se volvió a acotar en su cama, dejando ahí parado, analizando su habitación. Tenía un par de pósteres de una banda llamada «Artic monkeys» y otros de «Radiohead». Al ver que no había nada más que su cama, decidí acostarme junto a él. Me subí a su cama, acurrucándome junto a él, coloque mis manos sobre su cadera, acercándome a su espalda.

A la mañana siguiente me desperté junto a stan, quien se habia dado vuelta y me miraba -Buenos días- Hable despertándome. -Te diría buenos días, pero tu erección me complica saludarte.- Hablo divertido. Me trate de levantar de la cama rápidamente, haciendo que me cayera de esta -¡Mierda, lo siento!- Me pare y me tape con una almohada que se encontraba alli. -Suele pasar.-Hablo quitándole importancia, aunque tanto mis mejillas como las suyas estaban pintadas de carmesí. -Te traeré el desayuno, quédate aquí, mi madre no puede saber que estás acá.-Retomo stan. Se levante de la cama y salió de la habitación, dejándome solo y avergonzado.

ANOTHER DAY| SP x Male| BAJO EDICIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora